La película de ciencia ficción ambientada en México que impactó rompiendo esquemas

TORONTO, ON - 15 DE SEPTIEMBRE: El actor Scoot McNairy, el director Gareth Edwards y la actriz Whitney Able de
TORONTO, ON - 15 DE SEPTIEMBRE: El actor Scoot McNairy, el director Gareth Edwards y la actriz Whitney Able de "Monstruos - Zona infectada" posan para durante la promoción de la película en el Festival Internacional de Cine de Toronto en 2010. (Foto de Matt Carr/Getty Images)

La ciencia ficción es uno de los géneros que más rienda suelta da a la creatividad, repleto de cintas que buscan volarnos la cabeza con relatos fantásticos, universos futuristas, la ruptura de los límites de la realidad, la exploración de conceptos imposibles o guiones llenos de giros de lo más enrevesados.

Sin embargo, tal vez lo último que pensemos cuando nos viene a la mente el género sea en historias románticas e íntimas, un tipo de propuesta que, más allá de imaginarla como elemento secundario en subtramas de personajes, difícilmente la ubicaríamos como motor conductor de este tipo de cine y mucho menos en películas que involucran temibles y enormes extraterrestres o escalofriantes secuencias postapocalípticas. Pero esta fórmula no es misión imposible, y, de hecho, hay películas que han roto expectativas aplicándola.

Es el caso de Monstruos - Zona infectada, película de 2010 centrada en una invasión alienígena en México que corrió a cargo del director Gareth Edwards, responsable de Rogue One: Una historia de Star Wars, Godzilla o Resistencia. Su trama giraba en torno a la clausura del norte del país en zonas de cuarentena pobladas por estas temibles criaturas, que empezaron a poblar la Tierra después de que una sonda de la NASA descubriera vida extraterrestre y se estrellara junto a la frontera con Estados Unidos.

Leyendo este planteamiento, lo primero que podríamos imaginar es una cinta de acción de humanos tratando de controlar la invasión, librando a México del terror del espacio exterior y enfrentándose a las criaturas. Pero nada que ver. Monstruos - Zona infectada es una película centrada al 100% en la relación de sus dos protagonistas y en la exploración de la monstruosidad del ser humano, sin apenas artificios, únicamente valiéndose de una ejecución en pantalla pausada e íntima y un guion sencillo a la vez que ambicioso dispuesto a emocionar y hacernos reflexionar sobre nuestra posición como seres humanos.

La trama sigue a un reportero fotográfico que debe escoltar a la hija del jefe de su periódico a Estados Unidos, para lo que tendrán que cruzar la zona infectada a través de la costa mexicana. Este viaje les hará despertar sentimientos mutuos, analizar las implicaciones en la sociedad civil de la acción militar en esa zona de cuarentena fronteriza o pensar que nuestro comportamiento no está tan desencaminado. Es decir, ciencia ficción existencialista con un claro mensaje social.

En cierto modo, Monstruos podría calificarse como la hermana pequeña de District 9, la cinta de Neill Blomkamp estrenada un año antes que fue nominada al Oscar. Su concepto distópico, el de aliens conviviendo en la Tierra con humanos tras ser apartados en zonas de cuarentena, es prácticamente el mismo. Además, la ambientación de aquella en Sudáfrica funcionaba de la misma manera que la ubicación en México de la de Gareth Edwards, relacionando el planteamiento de ciencia ficción con problemas reales de los países, como los dramas fronterizos y de convivencia que traen consigo las barreras y la violencia.

Sin embargo, el concepto más íntimo y romántico de Monstruos, con un presupuesto mucho menor, marca una clara diferencia. Y diría que a mejor, aunque aquí también entra en juego los gustos de cada uno. Pero, a título personal, creo que este enfoque le permite entrar como pocas películas de ciencia ficción en el concepto de humanidad, en todos aquellos sentimientos que nos definen como personas o nos convierten en monstruos, con ideas, escenas y diálogos muy bien ligados al contexto de la invasión extraterrestre sin ningún tipo de efectismo. Y todo funciona como un reloj.

Por otro lado, es una película que ayuda a comprender mejor la filmografía de su director, incluyendo decisiones que fueron bastante controvertidas. Por ejemplo, viendo Monstruos - Zona infectada se entiende que en Godzilla, la adaptación que Edwards dirigió para Warner Bros. en 2014 con Aaron Taylor-Johnson, Elizabeth Olsen y Bryan Cranston, el monstruo tuviera un protagonismo bastante limitado. Y es que su intención pasaba por repetir la hazaña de esta cinta, la de centrarse en el drama humano con el apocalipsis de fondo. Y aunque era un enfoque chocante en un blockbuster al uno se acerca buscando acción a raudales, creo que le otorgó un sobresaliente aroma sobrio y autoral que no muchos supieron apreciar.

Me atrevería a decir que Edwards se ubica en el camino de cineastas como Christopher Nolan o Denis Villeneuve, siendo de esos directores capaces de moverse en franquicias y cintas comerciales con ideas vibrantes, rompiendo expectativas y sin renunciar a un sello autoral. Puede que todavía le quede un largo camino para depurar su estilo, como bien dejaron claras las muchas irregularidades de Godzilla o Rogue One, pero tiene una base electrizante con la capacidad de convertir cualquier historia genérica en un espectáculo íntimo y refrescante para el que no le hace falta recurrir a la acción ruidosa, solo conceptos atractivos con los que romper expectativas. No en vano su nueva propuesta, Resistencia, que se estrena el 28 de septiembre está convenciendo a la crítica en general.

Y Monstruos - Zona infectada, la cinta donde dio rienda suelta por primera vez a su cinematografía con esta emocionante historia humana, es el mejor exponente de ello. Si quieres descubrirla, está disponible a través de alquiler en servicios como Apple TV o Google Play.

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