Cómo una azafata pasó de su trabajo en el aire a acaparar toda la atención de Hollywood

T.J. Newman, la azafata que arrasa como escritora en Hollywood (Photo Credit: Melissa Young) y las portadas de sus novelas (cortesía para medios: tjnewmanauthor.com)
T.J. Newman, la azafata que arrasa como escritora en Hollywood (Photo Credit: Melissa Young) y las portadas de sus novelas (cortesía para medios: tjnewmanauthor.com)

T.J. Newman últimamente se codea con celebrities como Nicole Kidman, Steven Spielberg o Jerry Bruckheimer y concede entrevistas mientras cierra acuerdos millonarios con los estudios de cine. Pero hace 3 años su vida era muy distinta. Porque esta azafata de vuelo tuvo una idea que terminaría dando un vuelco a su existencia. Y ahora tiene al mundo del cine a sus pies.

Porque Torri Newman pasó de servir bebidas y de estar pendiente de la seguridad de los pasajeros en el aire, a ser la comidilla de Tinseltown. T.J. Newman escribió dos novelas. Dos thrillers que utilizan vuelos comerciales como escenarios de fondo para contar historias trepidantes: Falling (publicado en 2021) y Drowning. El segundo ni siquiera ha llegado a las librerías todavía (lo hará el 30 de mayo), pero ambos provocaron un terremoto en la industria del cine con ofertas de siete cifras y el interés de algunos de los grandes nombres de Hollywood.

La lucha por conseguir los derechos de sus obras ha sido campal. No solo con la primera novela, sino también con la segunda provocando un fenómeno al que intentaron colgarse Alfonso Cuarón y hasta Steven Spielberg, recibiendo ofertas de Apple y Jerry Bruckheimer (productor de la saga de Piratas del Caribe), Paramount y Damien Chazelle (La La Land), Legendary, Universal Television y Warner Bros, según publica Variety. El día que su agente le dijo que Nicole Kidman la esperaba en una reunión en 15 minutos, T.J. Newman pensó lo mismo que hubiéramos pensado cualquiera en su lugar: “¡Me tengo que lavar el pelo!”, como reveló al medio citado.

"Hubo un período de ocho horas que nunca colgué el teléfono" explicó el agente en el reportaje de Variety, escuchando oferta tras oferta de todos los interesados en comprar los derechos de la segunda novela sobre un avión que se estrella en medio del océano. Al final, Warner Bros. consiguió la adquisición acordando pagar $1.5 millones y otros $1.5 millones en el primer día de producción (Variety), además de otorgarle a la escritora el rol de productora ejecutiva. Y cuando había cinco ofertas sobre la mesa de siete cifras cada una (Deadline). Mientras que Falling, la novela debut sobre un piloto presionado a estrellar su avión después de que su familia es secuestrada por terroristas, se vendió previamente a Universal Pictures por $1.5 millones y dándole a Newman el rol de guionista.

Es cierto que existen muchas historias de escritores que vieron cómo sus cuentas bancarias se inflaban de la noche a la mañana gracias a Hollywood (Paula Hawkins, Gillian Flynn, Amanda Brown, etc.), pero el caso de T.J. Newman es especial. No solo lo consiguió dos veces y con las únicas dos novelas que ha escrito en toda su vida, sino porque lo hizo después de un rechazo descomunal: 41 agentes dijeron que ‘no’ a su primer libro (seguramente más de uno se estará lamentando ahora).

Antes de ser azafata, T.J. Newman trabajó como vendedora de libros e intentó ser actriz de teatro. Se instaló en Nueva York durante unos años pero no tuvo suerte. Se preparó como azafata y pasó 10 años estacionada en el aeropuerto de Los Angeles trabajando, sobre todo, en primera clase. Pero un día, durante un vuelo nocturno entre la ciudad y Nueva York, tuvo una idea.

Según The Guardian, se encontraba bloqueando el acceso a la cabina, un procedimiento de seguridad requerido cuando los pilotos toman un descanso para ir al baño, cuando observó a los pasajeros durmiendo y se dio cuenta de que todas sus vidas dependían del hombre al mando del avión. “Con tanto poder y responsabilidad qué vulnerable es un piloto de vuelos comerciales" pensó en ese momento como reveló a CBS Mornings. Se le había prendido una lamparita.

Unos días después, le presentó la idea a un piloto en otro vuelo: “Le dije: '¿Qué harías si secuestraran a tu familia y te dijeran que si no estrellabas el avión, los matarían?' contó Newman a The New York Times. "Supe por la expresión de su rostro que había tocado un nervio. Estaba aterrorizado. No tenía una respuesta. Y supe que tenía una historia”. Y así comenzó a diseñar la historia, escribiendo durante las pausas en vuelos largos, anotando escenas en servilletas de cóctel antes de pasarlas en limpio. Y todo mientras los pasajeros dormían a 35.000 pies de altura. Y lo terminó.

Sin embargo, el rechazo que vivió como actriz se repitió. La negación de cada agente editorial era como una daga al corazón, pero siguió insistiendo. No le dijo a nadie lo que estaba haciendo, ni a sus amigos o familiares pero, un buen día, obtuvo su primer y único ‘si’. Fue para Shane Salerno en 2019, el guionista de Hollywood convertido en agente literario responsable de Armageddon y Shaft. Salerno aceptó ser su agente, llegando a un acuerdo de siete cifras con la editorial Simon & Schuster.

A continuación, la escritora pidió un permiso voluntario de la aerolínea durante la pandemia y pasó todos los días en casa sola, editando y reescribiendo. Más tarde renunció. Había conseguido que publicaran su primera novela y la conversación comenzaba a generar murmullos de éxito. El autor de novelas criminales, Don Winslow, la describió como “Tiburón a 35,000 pies”, y la escritora de Perdida la felicitaba en Twitter. Sus días volando por trabajo se habían terminado.

Falling se convirtió en una sensación literaria, debutando en el número dos de la lista de los bestseller de New York Times (Fuente: tjnewmanautor.com). Cuando era su primera novela y T.J. Newman era desconocida por el mundo. Pero las buenas criticas y una campaña promocional dedicada al máximo en comunicar el ritmo trepidante de la novela dieron sus frutos.

Ahora se codea con la crème de la crème, preparándose para dar el salto al mundo del cine mientras está a punto de publicar su segunda novela. "El dinero nunca fue un factor motivador en las decisiones de mi vida", dijo a Tamron Hall Show tras el éxito de su primer libro, asegurando que todo el frenesí que vive ahora y los millones de dólares que rellenan sus cuentas no valen tanto como ese primer ‘sí’ que cambió su vida, validando su futuro como una escritora que ha conseguido sacudir a Hollywood con sus ideas.

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