Cuando 'Indiana Jones y el templo de la perdición' fue prohibida por capricho de Steven Spielberg

La segunda película de la saga fue prohibida en un país porque Steven Spielberg no quiso cambiar el guion

El público de India pasó décadas sin conocer las aventuras de Indiana Jones en 'El templo de la perdición' a raíz de una prohición que señalaba los prejuicios de la trama. (Foto de Paramount/Getty Images)
El público de India pasó décadas sin conocer las aventuras de Indiana Jones en 'El templo de la perdición' a raíz de una prohición que señalaba los prejuicios de la trama. (Foto de Paramount/Getty Images)

Con cinco películas (aunque las últimas dos prefiramos olvidarlas), Indiana Jones ocupa un lugar especial entre los personajes más emblemáticos de la historia del cine. Básicamente, si tuviéramos una enciclopedia dedicada a la industria del blockbuster, es muy probable que el arqueólogo de Harrison Ford ocupara un fascículo entero. Después de todo, las películas del personaje creado por George Lucas y dirigido por Steven Spielberg ocupan un lugar especial en la memoria de varias generaciones... A excepción de una: Indiana Jones y el templo de la perdición, un clásico inolvidable que se estrenó hace 40 años.

Porque mientras gran parte del mundo se quedó marcada para siempre con una aventura trepidante y una entrega más oscura a la anterior con secuestro infantil y sacrificios de por medio (cómo olvidar la cena entre sopa de ojos y cerebros de mono), existe un país que tardó muchos años en descubrirla.

Indiana Jones y el templo de la perdición llegó a los cines de Estados Unidos el 23 de mayo de 1984, tres años después de que la primera entrega se convirtiera en la película más taquillera de 1981. Fue una secuela arriesgada, más demencial, oscura y menos infantil que su antecesora. Es más, debido a la violencia gráfica tuvieron que crear una calificación por edades que definiera mejor el público que podía acceder a ella, creando por primera vez el rating PG-13 en EE. UU. (cuando una producción no se considera apropiada para menores de 13 años). Aun así el box-office la recibió con los brazos abiertos, repitiendo como la producción más taquillera de su año, aunque la crítica no fue tan benevolente. La recepción fue positiva pero más contradictoria tras el espectáculo aventurero que fue Indiana Jones y los cazadores del arca perdida, tomando a más de uno por sorpresa con aquella historia de sacrificios humanos.

Y precisamente por eso, Indiana Jones y el templo de la perdición fue prohibida en India, a pesar de que la historia se desarrolla allí mismo. Y no porque tuvieran problemas con la violencia o grafismo extremo de sus escenas, sino porque todas ellas señalaban a estereotipos equivocados de su propia cultura.

Esta aventura, que en realidad servía como precuela, trasladaba a Indiana Jones a una aldea al norte de India, donde los niños estaban siendo robados y las reliquias del lugar -las piedras Shankara- también habían desaparecido, despertando el interés del arqueólogo por encontrarlas.

Su primera parada era el palacio local donde acontecía una de las escenas más recordadas del filme: una cena donde veíamos a los locales disfrutando de platos tan excéntricos como cerebro de mono, sopa de ojos, serpientes o escarabajos. Sin embargo, esta representación no gustó nada al gobierno indio, más que nada cuando el país es mayoritariamente vegetariano.

Pero además, otro de los problemas de la historia es que la película incluye a una parte de los aldeanos venerando a una especie de dios demoníaco llamado Kali, incluso con sacrificios humanos de los que Indy se salva de milagro. Sin embargo, Kali representa algo totalmente diferente en la cultura india, es una entidad relacionada con el cambio y el empoderamiento personal. En realidad, es una diosa femenina, también considerada maestra del tiempo y la muerte, destructora del mal para proteger al inocente.

Es más, el actor que daba vida al líder del culto Mola Ram era Amrish Puri, un intérprete de origen indio que recibió un aluvión de críticas en su país por haber participado en la representación errónea de su cultura. Tiempo después él defendió su trabajo, asegurando que había sido “una oportunidad única poder trabajar con Spielberg” y no se arrepentía de su decisión (Expresss). “No creo que haya hecho nada antinacional; es realmente tonto tomarlo tan en serio y preocuparse por eso", dijo.

El actor indio recibió una nota escrita a mano de Spielberg, calificándolo como "mi mejor villano" además de varias ofertas de Hollywood pero sin el poderío de dejar huella como aquel líder de culto diabólico.

"Siempre me pidieron que interpretara al jefe indio rojo", escribió en su biografía (vía Scroll). “La desafortunada elisión de indio y nativo americano en el personaje de Mola Ram se ve mejor en su casco de cráneo de ganado”.

De esta manera, al escribir el guion Steven Spielberg no tuvo en cuenta los estereotipos que podían herir la sensibilidad india que, además, incluían la representación del “salvador blanco cristiano” en la imagen de Indiana Jones, como si fuera el único héroe capaz de salvar a la aldea hinduista. El director incluso tenía intenciones de rodar allí la película. Sin embargo, como el director no quería cambiar el libreto, el gobierno local le denegó los permisos. Por ende, la película se rodó en Sri Lanka y Londres, e India prohibió el estreno del filme en su territorio (Vogue).

Según la web de iMDB, la película recién llegó a India hace unos pocos años, el 1 de abril de 2020, a través de una plataforma online. Es decir, 37 años después de su estreno.

Con el tiempo parece que el propio Steven Spielberg terminó entrando en razón y enterró públicamente su legado, señalándola en una entrevista de 1989 de ser “demasiado oscura, subterránea y muy horrorífica" añadiendo que pensó que "superaba a Poltergeist". "No hay una onza de mis propios sentimientos en Templo de la perdición […] El peligro de hacer una secuela es que nunca puedes satisfacer a todos”. (Sun-Sentinel vía The Hollywood Reporter).

De todos modos, gran parte del público se quedó satisfecho como demuestran los $333 millones recaudados en cines hace 40 años, incrementando el legado del personaje que cinco años después volvió con una secuela más exitosa todavía, Indiana Jones y la última cruzada con $474 millones en taquilla. Incluso Harrison Ford se quedó conforme, diga lo que diga Spielberg.

"Sentí que era divertido y exploraba lugares interesantes y oscuros. Esa escena en la que se saca el corazón, era algo nuevo, algo oscuro. Pero lo disfruté. También posee algo de la acción más loca, la mayor energía. Creo que es una buena película", dijo a la revista Empire en 2012.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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