¿Cómo cuidar nuestra salud mental durante las fiestas de fin de año?
El psicólogo Ricardo Pichardo nos comparte herramientas para evitar sentirnos tristes, solos o deprimidos durante la temporada de fiestas de fin de año.
¿Sabías que la temporada de fin de año puede transformarse en uno de los momentos más estresantes y abrumadores para muchas personas? Así es, aunque esta época se asocia generalmente con alegría, celebración y tiempo en familia, también es un momento en el que múltiples factores emocionales pueden hacer de las festividades algo poco agradable.
Problemas de dinero, la pérdida de seres queridos, conflictos familiares o las expectativas de lo que traerá un nuevo año, entre muchas más situaciones, pueden generar que estemos más propensos a sentir estrés, ansiedad o depresión durante la temporada de fin de año.
Según una encuesta realizada por la Asociación Americana de Psicología, el 89% de las personas participantes aseguraron sentirse más angustiadas durante las últimas semanas del año, mientras que un 41% también reveló que el estrés en sus vidas aumenta durante los meses de noviembre, diciembre y enero.
“Por cultura, nosotros los latinos tenemos la tradición muy arraigada de celebrar la Navidad… [y] muchas personas pueden sentirse presionadas porque no les gusta la Navidad”, explica el psicólogo Ricardo Pichardo en conversación con People en Español.
El experto añade que no es raro tener pacientes que buscan ayuda por sentir rechazo a las celebraciones de fin de año. “Tenemos personas en terapia [porque no les] gusta la Navidad y se sienten mal, se sienten tristes porque debería gustarles. Llegan a estas celebraciones sintiéndose que no son parte [de], que quizás no son lo suficientemente agradecidos y realmente no es así”.
Proteger nuestra salud mental y la de nuestros seres queridos debe ser una prioridad en esta temporada de fin de año. Aquí te compartimos algunas de las recomendaciones y herramientas que nos compartió Pichardo.
Aceptar
El primer consejo que nos da el terapeuta familiar es aceptar el hecho de que no existe nada de malo en que una persona no disfrute celebraciones como la Navidad. “No todos tenemos motivos para [disfrutar], por las pérdidas, por los recuerdos, por las personas que ya no están, etcétera. No todos lo vamos a celebrar de la misma manera”, asegura.
Pichardo añade que es muy importante que dentro de nuestra familias se pueda normalizar que no todos los integrantes de nuestro hogar deben vivir las festividades con aquel romanticismo e intensidad con que hemos asociado esta temporada.
Establecer límites
Es probable que cuando se siente cierta aversión contra celebraciones como la Navidad o el Día de Acción de Gracias, la causa puede radicar en que no nos sintamos cómodos del todo con las dinámicas o las interacciones familiares que traen estas fechas.
Según lo aconseja el psicólogo, existen momentos en los que debemos ser asertivos en nuestra comunicación y establecer límites con nuestra familia. “Si hay un tema que es tenso, hay un tema del cual no quiero hablar, simplemente [debemos] decirlo: ‘Mira, este tema prefiero no tratarlo en este momento, es un tema que nos puede distanciar, es una temporada para unirnos, para celebrar, no es el momento de esto’”.
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No reprimir los sentimientos
Es muy común que cuando la relación con nuestra familia se encuentre fragmentada o no estemos pasando por el mejor momento emocional, decidamos callar nuestros sentimientos. Este es un error que puede traer consecuencias a nuestro bienestar mental, emocional y físico, según nos explica Pichardo.
“A veces por temor no expresamos nuestras emociones, [decimos]: ‘Bueno, estas son fiestas, no le voy a decir a nadie, mejor voy a reprimir’. Obviamente lo que yo reprimo me somete, lo que yo niego va a salir. Aunque no lo hable, no lo exprese con mi voz, eso va a repercutir en lo que nosotros llamamos enfermedades que son somáticas. Lo que yo no hablo con la boca, mi cuerpo lo va a reflejar”, advierte.
Buscar ayuda
Desde luego, una de las recomendaciones más importantes en las que nuestro experto enfatiza es en buscar ayuda profesional cuando sintamos que el estrés, la ansiedad, la angustia o la depresión se están apoderando de nuestras vidas.
“Cada día [se] está desmitificado más el ir con un terapeuta. No significa que estoy loco, no significa que me va a poner una camisa de fuerza. Es simplemente mirar mi vida, ventilarla, mirar [el] porqué actúo como actúo, [el] porqué soy como soy. Es hacer consciente lo inconsciente”, afirma el terapista.