Los mitos del retinol: qué le hace realmente a tu piel y cómo aprovechar mejor sus beneficios
Al retinol se le atribuyen muchos beneficios para la piel, es un gran aliado para la disminución de líneas de expresión, eliminar manchas, suaviza y mejora la textura de la piel, induce el aumento de producción de colágeno, disminuye y controla la producción de sebo y, en general, es un ingrediente ideal para dar un golpe de renovación y esplendor a la piel.
Pero estos atributos no son exclusivos del retinol, sino de los retinoides, que son derivados de la vitamina A y su peso molecular es muy bajo, por lo cual penetran muy fácilmente hacia las capas más profundas de la piel.
La experta Johana Méndez explica que la forma activa de la vitamina A, llamada ácido retinoico, no se puede usar directamente en la piel porque es sumamente irritante, por lo cual se utilizan estos derivados que, mientras más cercanos sean al ácido retinoico más potentes y rápidos serán sus efectos.
De esta manera, el uso de estos derivados, como el retinol, es la forma más fácil de aprovechar los beneficios de esta forma de la vitamina A porque la piel los metaboliza y en su interior los convierte en el ácido retinoico. “Aplicar ácido retinoico directamente en la piel nos maltrataría demasiado, pero con sus derivados, le dejamos el trabajo a la piel de procesarlos y convertirlos en ácido retinoico”, aclara.
“Esta capacidad de la piel de metabolizar y procesar estos derivados se llama conversión y se mide con una escala. El retinol pertenece a la tercera escala, es decir, que la piel lo metaboliza tres veces para convertirlo en ácido retinoico y así aprovecha sus efectos”. Esta aclaratoria es importante para poder comprender el alcance de los retinoides y lo delicado de su uso.
"Mientras más conversiones de estos derivados tenga que hacer la piel para llegar al ácido retinoico, menos irritante es el producto, pero más lento será el proceso de generar los efectos deseados, con lo cual se combina con otros ingredientes para ver resultados óptimos. Mientras que los que necesitan menos conversiones son más irritantes y pueden generar efectos adversos. Lo ideal es encontrar un balance entre el producto que necesite menos conversiones y que nos cause menos efectos secundarios".
La retinización: el primer paso del cambio de la piel
Entre los mitos que existen en torno al uso del retinol está que sirve como exfoliante, que puede empeorar la piel en algunos casos y que no puede usarse durante el día. Según explica Méndez, los mitos surgen porque los retinoides no son productos sencillos de usar, pero una vez que se comprende su alcance es un tesoro para la piel.
"En la epidermis, el ácido retinoico promueve y acelera la producción de nuevas células epiteliales, esto causa una renovación de la piel muy rápida. Mientras tanto, ocurre la retinización de la última capa de la piel, la capa córnea, donde se van acumulando las células muertas lo que da lugar a una exfoliación natural, y como esto ocurre más rápido de lo normal, la capa cornea de la piel se ve adelgazada, con lo cual es más susceptible a los rayos UV y de allí la importancia de usar protector solar estrictamente cuando usas retinoides”.
De aquí surgen casi todos los mitos: que adelgaza la piel, que requiere protección solar y que funciona como un exfoliante. "Aunque los retinoides, como el retinol, trabajan en la regeneración celular, no son exfoliantes y no debe usarse como tal, ni tampoco debemos exfoliar la piel con un producto específico antes de usar este ni ningún otro retinoide".
Por otra parte, otro mito vinculado a los retinoides, es que funciona para eliminar manchas, pero puede generar granos. "Lo que ocurre en este proceso de reemplazo celular, es que se eliminan también los focos de hiperpigmentación en la piel. Vas botando piel y con ella las manchas, pero así como se eliminan las células, también se arrastran impurezas y acumulaciones orgánicas, y es por esto que, mientras ocurre la retinización en la piel, podemos apreciar un brote violento de granos e impurezas; esto da la apariencia de un empeoramiento de la piel, es lo que se llama purga. Esto puede tardar unas semanas en aparecer y varias semanas en desaparecer”.
Mendez agrega que con el tiempo la piel se acostumbra a este proceso, se balancea y no ocurre necesariamente la descamación ni el enrojecimiento. Es un periodo que puede angustiar, pero después veremos una piel radiante, uniforme, gran mejoría en la textura.
Por otra parte, aunque la combinación de vitaminas e ingredientes cosméticos mejora y potencia los resultados, no es recomendable usar retinol simultáneamente con vitamina C sin consultar al especialista. "En principio puedes usarlos el mismo día, pero no simultáneamente puesto que la vitamina C es un antioxidante que deberíamos usar en la mañana, y el retinol es recomendable en la noche”.
En este sentido, la cosmetólogo explica además que hay retinoides que sí pueden usarse durante el día. “Depende de su formulación y si son fotoestables o no. El retinol generalmente no es fotoestable, aunque hay algunas formulaciones más avanzadas que lo dotan de cierta estabilidad y puede usarse de día, pero no se recomienda porque puede ser que cambie la formulación o se oxide, con lo cual pierde su efecto o podría causar una alteración en la piel”.
Cómo usarlos sin riesgos
El uso de ácido retinoico es muy delicado, por lo cual, su uso se debe reservar exclusivamente para dermatólogos, quienes podrán determinar cuáles son las necesidades de nuestra piel y la mejor manera de aplicarlo.
Los derivados, por otra parte, están presentes en muchas fórmulas cosméticas, y deberían usarse teniendo en cuenta qué tipo de retinoide estamos usando, y su porcentaje de concentración. De manera que Méndez recomienda que tengamos en cuenta, en primer lugar, las condiciones de nuestra piel y saber si realmente necesitamos este ingrediente.
En segundo lugar, reconocer si tenemos contraindicaciones, por ejemplo, mujeres embarazadas, en período de lactancia, infecciones en la piel, rosácea, todos estos aspectos deben ser evaluados antes de usar este y cualquier otro producto que no hayamos usado antes o no sea directamente recomendado por el médico.
Luego, escoger el formato de producto más adecuado para nuestra piel: un serum, loción, crema, mascarilla, y recordar que estos ingredientes deben usarse con prudencia, empezando con los más suaves para ir preparando la piel. “Si es la primera vez que los usas, si tienes una epidermis delgada o tienes piel sensible, hay que empezar con las concentraciones más bajas posibles y crear tolerancia. El camino con estos productos es largo y tedioso. Si los usas correctamente y con constancia, podrás ver cambios por lo menos en seis meses”.
Por último, la recomendación en el modo de uso es que, además de seguir las indicaciones del fabricante, hay que aplicarlo en mínimas dosis en la piel limpia y seca. “También es recomendable usar primero un hidratante, esperar a que se seque completamente, aplicar el retinoide y cuando este se seque, usar humectante. Además, como ya se mencionó, es necesario usar protector solar”.
Estos son productos que ofrecen resultados asombrosos, pero ameritan paciencia, autocontrol, prudencia y conocimiento pleno de cuáles serán las etapas que atravesarás al usarlos. Es como un maratón, implicará mucho esfuerzo, pero obtendrás recompensas.