Francis Ford Coppola, una vez más al borde del desastre por una película

Francis Ford Coppola, otra vez en problemas
Francis Ford Coppola, otra vez en problemas - Créditos: @KEVIN WINTER

“Algunas veces va demasiado lejos. Él es el primero en admitirlo”. La frase, una de las más sencillas y contundentes sobre el enloquecido coronel Kurtz de Apocalypse Now! podría servir también para describir a Francis Ford Coppola, el director de aquel film de extraordinario impacto en la historia del cine quien, una vez más, parece haber llevado su pasión hasta el desastre.

Según un artículo publicado esta semana en el medio especializado The Hollywood Reporter, el rodaje de Megalopolis, el film más reciente del realizador de 83 años es un desastre de proporciones al menos financieras, con un presupuesto que superó largamente los planes iniciales y sufrió la defección de todo el equipo de arte y diseño durante el rodaje. Coppola invirtió 120 millones de dólares de su fortuna en la película, una extraordinaria suma de dinero que reunió con la venta de sus famoso viñedo. Y aunque una de las reglas no escritas pero fundamentales de Hollywood es nunca apostar dinero propio a una producción, se sabe, esta no es la primera vez que el director de El padrino decide romper ese mandato, ni que al hacerlo termina con resultados caóticos.

Así como en los años 80 Coppola quedó en la ruina por financiar a través de su productora Zoetrope su ambicioso musical Golpe al corazón, y espantó a la mayoría de sus inversores en medio de la producción de Cotton Club –que por las laberínticas consecuencias legales sigue sin estar disponible en plataformas digitales desde hace décadas–, el realizador llegó ahora a la mitad del rodaje de su proyecto más grande en años y decidió despedir a las cabezas del departamento de arte, cuyos equipos renunciaron a la película en solidaridad con sus superiores, todos ellos espantados por el estilo de trabajo del director.

Coppola debió filmar siete películas en siete años para poder pagar las deudas que tenía por el fracaso de Golpe al corazón.
Coppola debió filmar siete películas en siete años para poder pagar las deudas que tenía por el fracaso de Golpe al corazón.

“Hay un consenso general sobre cómo debería ser una película y a muchos les molesta cuando tienes ideas diferentes. La gente puede ser muy conservadora pero algunas veces esas nuevas ideas representan el futuro. Y por eso vale la pena considerarlas”, decía hace unos meses Coppola en una entrevista con The Hollywood Reporter para explicar su decisión de autofinanciar Megalopolis, su nuevo proyecto largamente postergado. Es que ya en los años 80 el director había empezado a desarrollar un guion con pretensiones de épica sobre un arquitecto que proyecta reconstruir una versión utópica de Nueva York, luego de que la ciudad fuera destruida después de un desastre. Durante años, el realizador tuvo que archivar el film, que volvió a tomar fuerzas a principios de los 2000, hasta el punto de de que hacia septiembre de 2001 se empezaron a rodar algunas escenas en la Gran Manzana, trabajo que tuvo que ser suspendido en las postrimerías de los ataques a las Torres Gemelas.

Para 2019, cuando muchos consideraban que Coppola ya había abandonado definitivamente la idea de filmar Megalopolis, él aseguró que el proyecto seguía en pie. Aunque no dirigía una película desde 2011, cuando realizó el film Twixt, un drama policial de aires góticos en el que el realizador pretendió probar un formato de edición “en vivo” en el que él iba a ejecutar un rol similar al de director de orquesta -fue la profesión de su padre, Carmine-, ajustando las escenas cada vez que se proyectara la película. Una aspiración tan iconoclasta como impracticable que resultó en la nula difusión de aquel film.

Sin embargo, contra todo pronóstico, en 2022 se anunció el comienzo del rodaje de Megalopolis y el elenco que formaría parte de su gran epopeya cinematográfica. Entre ellos figuraban reconocidos intérpretes como Adam Driver, Nathalie Emmanuel, Forest Whitaker, Laurence Fishburne, Jon Voight, Talia Shire, Shia LaBeouf, Audrey Plaza, Jason Schwartzman y Dustin Hoffman. La idea con la que comenzó la filmación en Atlanta -locación elegida por las ventajas fiscales que ofrece el estado de Georgia y no precisamente por sus similitudes con Nueva York-, era utilizar una tecnología de producción virtual similar a la que se usa en The Mandalorian, algo que, según las fuentes consignadas en la nota de THR, no pudo llevarse a cabo por el altísimo costo que implicaba ponerla en marcha. Ese cambio de dirección que suponía utilizar las viejas y conocidas “pantallas verdes” para realizar los muchos efectos visuales que requería la historia derivó en despidos y el subsiguiente motín que puso en jaque a toda la producción, que ya superó las ocho semanas de rodaje.

Gary Oldman en uno de los clásicos modernos de Coppola, Drácula
Gary Oldman en uno de los clásicos modernos de Coppola, Drácula

Claro que esta no es la primera vez que Coppola despide a todo su departamento de arte por “diferencias creativas insalvables”. Ya lo había hecho durante la filmación de Drácula, su último gran éxito de taquilla, realizado en 1992. Hace treinta años, el director, con la ayuda de su hijo Roman, apeló al uso de efectos visuales tradicionales (ópticos) para reflejar en pantalla los poderes del vampiro más famoso de la historia. Un recurso que en la actualidad resulta tan escaso como aparentemente insuficiente para lo que tenía planeado para la película que él mismo calificó como una “épica de ciencia ficción”.

A esta altura, y con un silencio absoluto de parte de la producción del film, no está claro lo que sucederá con Megalopolis, aunque los expertos en los tejes y manejes de Hollywood aseguran que Coppola terminará la película aún cuando es seguro que gastará mucho más de lo que había planificado. Para el director de Apocalypse Now!, unos millones más o menos y la enemistad de todos los departamentos de arte de la industria probablemente no cuenten siquiera como obstáculos para completar su nuevo opus. Lo dicho: “Algunas veces va demasiado lejos. Él es el primero en admitirlo”.

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