La deuda pendiente de Millie Bobby Brown que ‘Damsel’ deja en evidencia
La nueva película de Netflix mezcla épica, fantasía y acción
Millie Bobby Brown continúa expandiendo sus alas como estrella del streaming de la mano de Damsel, su nueva película para Netflix tras el éxito de Stranger Things y la saga de Enola Holmes, donde sirve como productora y protagonista absoluta. Y esta vez orgullosa de haber realizado todas sus escenas de riesgo, sintiéndose "la versión femenina de Tom Cruise" (THR). Sin embargo, por mucho que la producción cruce la épica, fantasía y mensaje de empoderamiento femenino con el carisma habitual de su estrella, existe un agujero evidente que no pasa desapercibido.
Con la cantidad de películas producidas a lo largo de la historia del cine resulta inevitable que surjan parecidos. Historias similares, referencias u homenajes, así como similitudes que pueden surgir de la más pura casualidad. No obstante, en el caso de Damsel, los déjà vu son demasiados como para no sentir que estamos viendo el reflejo de la falta de originalidad que se cuece en Hollywood con momentos que nos recuerdan pinceladas de Shrek, Tomb Raider, El descenso y hasta Juego de Tronos.
Damsel repite la idea del empoderamiento adolescente que Millie Bobby Brown impuso con sus dos películas de Enola Holmes a través de la historia de Elodie, una chica adorable, buena hermana, hija e hijastra que acepta sin quejarse su deber familiar, contrayendo matrimonio con un príncipe con tal de salvar a su pueblo de la hambruna. Pero lo que empieza como un cuento épico pronto se convierte en una película de acción/terror/fantasía -no queda muy claro- cuando la lanzan a una fosa como sacrificio para satisfacer a un dragón vengativo.
En ese momento la película cambia de tonalidad, obligándonos a pasar más de 80 minutos viendo a Millie Bobby Brown destrozando su vestido de bodas, quejándose, huyendo y arrastrándose por cuevas oscuras mientras busca la manera de escapar del fuego del dragón. Por momentos parece estar emulando secuencias del clásico de terror El descenso -un referente posible al estar dirigida por un cineasta con experiencia en el terror como Juan Carlos Fresnadillo (Exterminio 2)- por otros nos recuerda a la Lara Croft de armas tomar de Angelina Jolie o a Daenerys de Juego de Tronos.
De esta manera, la película advierte desde un principio que no estamos ante un cuento de hadas principesco ni una princesa que necesitará algún tipo de rescate. En realidad, Damsel propone lo mismo que hizo Shrek hace 23 años, dando una vuelta de tuerca a las historias de cuentos para adoptar el concepto anti-hadas donde las mujeres se valen por sí mismas y aplastan el recuerdo de Blancanieves y La Bella Durmiente. Una idea que ya imitaron varias películas desde entonces (¡Buza Caperuza! La verdadera historia o Encantada), e infinitamente retratada gracias a los cambios que fue adoptando la industria hacia la inclusión y expansión de los roles femeninos, que resulta tan poco original como la muerte del tío Ben en la saga de Spider-Man.
Los déjá vu que no ayudan a Millie Bobby Brown
A pesar de las referencias que nos transmiten la sensación de no estar viendo un producto novedoso, el problema de Damsel se agrava cuando observamos a Millie Bobby Brown. Porque transmite exactamente lo mismo.
Es cierto que la actriz británica está amasando un imperio que parece indestructible con su propia línea de ropa, perfume, maquillaje y hasta café. Acumula más de 63 millones de seguidores en Instagram y a sus 20 años ha conseguido algo imposible para la mayoría de jóvenes estrellas: producir sus propias películas. Es decir, Millie tiene voz y voto en todo aquello que acepta protagonizar.
Con tanta implicación y poder artístico tiene la oportunidad de apostar por desafíos nuevos y construir personajes que amplíen su repertorio artístico. Que nos permitan conocer más de su talento como actriz. Sin embargo, con Damsel opta por repetir más de lo mismo.
Porque Millie Bobby Brown nos contagia la sensación de estar viendo una mezcla de sus personajes más conocidos sin nada nuevo en la ecuación. Elodie emana la misma ternura, sed de romanticismo y letalidad de Eleven, su personaje de Stranger Things, pero también la tenacidad, ingenio y dulce arrogancia de Elona Holmes, su versión como hermana de Sherlock Holmes. Es una mezcla de las dos adornada con miradas intencionadas a la cámara, frases fugaces que parecen salidas de un guion diseñado para Arnold Schwarzenegger y secuencias de acción que se tornan repetitivas al enfocar los esfuerzos en colocar a la actriz en la figura de heroína épica que en crear un espectáculo novedoso.
Es cierto que Millie Bobby Brown posee demasiado atractivo cinematográfico para Netflix y Hollywood como para que este fiasco le pese. Tampoco dudo que su público juvenil probablemente encuentre en Damsel una propuesta entretenida, sin embargo, cuando su carrera está construida sobre los cimientos de Stranger Things y Enola Holmes, ¿no es hora de innovar, salir de la zona de confort y demostrar a su público facetas nuevas de su talento que amplíen esa conexión? Viendo su privilegiada posición en la industria, sigue siendo su gran deuda pendiente.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.
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