Disney empieza a agotar los cartuchos de su mina de oro

HOLLYWOOD, CA - NOVEMBER 14:  Dwayne Johnson and Auli'i Cravalho  arrive at the AFI FEST 2016 presented by Audi premiere of Disney's
HOLLYWOOD, CA - NOVEMBER 14: Dwayne Johnson and Auli'i Cravalho arrive at the AFI FEST 2016 presented by Audi premiere of Disney's "Moana" held at the El Capitan Theatre on November 14, 2016 in Hollywood, California. (Photo by David Livingston/Getty Images)

Disney prepara otro remake en acción real basado en sus éxitos animados. Otro más. Aunque en esta ocasión no se trata de un clásico del pasado que puede aprovechar el paso del tiempo para modernizar detalles, adaptando la historia a una visión moderna, sino de una película tan reciente como Moana. Y viendo la cantidad de remakes estrenados y los que están por venir, cualquiera diría que la compañía empieza a agotar los cartuchos de su mina de oro.

Dwayne Johnson dio la noticia a través de un vídeo grabado en las costas de Hawái junto a sus hijas, anunciando el desarrollo de la película y su participación. Porque el actor, que dio voz al poderoso semidios Maui en la cinta animada, producirá el proyecto junto a sus socios habituales, Dany García y Hiram García. Mientras Auli’i Cravalho, quien puso sus notas vocales al servicio de la aventurera protagonista, servirá como productora ejecutiva. En principio, se desconoce si piensan interpretar los mismos personajes o buscarán a nuevos actores para que ocupen su lugar. Porque si tomamos las palabras del actor de manera literal, no confirma directamente que vaya a regresar. Sin embargo, teniendo en cuenta el cariño que Dwayne Johnson le tiene al papel de Maui y todo lo que Moana representa en su vida, no me extrañaría que se meta en la piel del dios cantarín.

Estamos aquí en la isla de Motunui, donde creí. Como saben, Hawái significa mucho para mi familia y para mí” explica el ex luchador de la WWE para recordar las tradiciones y cultura que inspiró la historia de Moana. Johnson explica que se trata de una ‘re imaginación’ de la historia. Aunque también añade que volverán todos los mismos personajes y escenarios, incluido el pollo Heihei, inevitablemente despertando mi escepticismo. ¿Qué aportará de diferente entonces?

"Esta historia es mi cultura, y esta historia es emblemática por la gracia y la fuerza guerrera de nuestro pueblo. Llevo esta cultura con orgullo en mi piel y en mi alma, y esta oportunidad única en la vida de reunirme con Maui, inspirado por el maná y el espíritu de mi difunto abuelo, el Gran Jefe Peter Maivia, es algo muy profundo para mí" explicaba el actor y productor con ascendencia samoana, llevando el anuncio a un terreno personal que, como decía, bien podría definir que termine interpretando a Maui.

De momento no se sabe nada más, sin embargo, al conocer la noticia no pude evitar preguntarme qué necesidad existe detrás de un remake de una película que fue un fenómeno hace solo 7 años. Porque no hablamos de clásicos de princesas que necesitan retoques socioculturales y modernización urgente, como Cenicienta, Blancanieves o La bella durmiente. Sino de una película que fue precursora del cambio. Que trajo a una protagonista empoderada y aventurera, que no necesitaba de príncipes ni reyes para cumplir sus deseos.

Además, no olvidemos que su impacto se sintió en todo el mundo en 2016 con una taquilla de $690.8 millones y miles de niños obsesionados con la travesía del personaje y sus canciones pegadizas. Y no solo en cines. También fue la película más vendida en 2017 con una recaudación de $116.3 millones en EE. UU. (The Numbers). Es decir, la cantidad de padres que terminaron con los oídos agotados de escuchar la misma música una y otra vez sería incalculable. Y hace muy poco tiempo.

Por este motivo, si tenemos en cuenta que no se trata de una película que haya envejecido mal con el paso del tiempo. Que sus fans tampoco han crecido lo suficiente como para añadir la dosis de nostalgia que funciona a favor de los remakes de clásicos animados, ¿no les parece demasiado pronto?

Evidentemente debe existir un interés comercial. Después de todo, los remakes de Disney funcionan en taquilla y, en este caso, se trata de una producción que obtuvo el beneplácito del público dando beneficios. Pero cuando observamos los remakes que prepara el estudio del ratón Mickey, sería el primero que recurre a una producción reciente.

Desde que comenzaron la moda de los remakes con Cenicienta en 2015, el estudio ha resucitado clásicos que datan de 1940 con películas de todas las décadas. Desde Dumbo (1940), a Alicia en el país de las maravillas (1951), El libro de la selva (1967), La Bella y la Bestia (1991) o El rey león (1994.). Mulán (1998) es el remake estrenado más cercano a nuestra línea temporal.

Sin embargo, al explotar tanto el fenómeno parece que Disney comienza a quedarse sin cartuchos. La cantidad de proyectos que tienen en marcha a través de remakes de sus películas animadas es increíble. Es como si estuvieran creando su propio multiverso paralelo ‘a la Marvel’. Por ejemplo, este año nos tocará ver el remake de Peter Pan que se estrenará directamente en Disney+ bajo el título de Peter Pan & Wendy. Luego será el turno de La Sirenita, el esperado pero polémico remake de la película de 1989 a raíz del cambio de color de piel de su protagonista.

En 2024 llegará Blancanieves (1937) dirigida por Marc Webb, mientras también trabajan en nuevas versiones de Hércules (1997) bajo las órdenes de Guy Ritchie, El jorobado de Notre Dame (1996), La espada en la piedra (1963) por Juan Carlos Fresnadillo, Robin Hood (1973) con Carlos Lopez Estrada como director, Los Aristogatos (1970) con Questlove al mando y Bambi (1942). Pero eso no es todo, porque además de secuelas en ‘live action’ de Aladdín, El libro de la selva, El rey león y Cruella, el estudio parece que comienza a quedarse sin clásicos que retocar y está empezando a recurrir a obras del nuevo siglo.

Porque antes de anunciar Moana, también dieron a conocer que preparan el remake de Lilo & Stich (2002). Es decir, películas que están presentes en el imaginario colectivo de manera reciente. El remake de Lilo & Stich aun podría jugar con cierta ventaja nostálgica a raíz del cariño que los niños de comienzos de siglo, hoy adultos, pueden sentir por ella. Pero no es el caso de Moana. El público infantil que la adoró y consumió en masa, en su mayoría, siguen siendo niños todavía. Como mucho son adolescentes. No hay ningún factor nostálgico que aprovechar ni tampoco se trata de una historia que necesite retoques o innovación. A primera vista, la necesidad de un remake se antoja completamente nula.

Sin embargo, cuando observamos la inmensa cantidad de proyectos que tiene Disney en su agenda de remakes, parece que empiezan a quedarse sin clásicos, tirando de éxitos modernos sin más remedio. Por supuesto les quedan películas del pasado, sobre todo de la 'era oscura' de Disney en los años 80. Pero no se trata de producciones de alcance masivo como son sus clásicos más comerciales, así que dudo que quieran resucitarlas. Me refiero a esas producciones que muchos vimos pero que no tuvieron el mismo impacto comercial, como El caldero mágico o Policías y ratones. Además, hay un éxito que aparentemente estaría descartado. Según el compositor Alan Menken no deberíamos esperar nunca ver un remake de Pocahontas debido a las sensibilidades modernas (vía Indian Express).

Pero viendo la fatiga provocada por el cine de superhéroes a través de la producción en masa de historias que fueron perdiendo fuerza y trascendencia (como demuestran las últimas apuestas de Marvel), y agotando al público en el proceso, me pregunto si Disney ha considerado la posibilidad de sufrir el mismo problema. No solo porque la moda de los remakes ha perdido el elemento sorpresa, sino porque con el anuncio de Moana transmiten cierto interés por hacer caja que en realidad ofrecernos algo nuevo. Quizás me equivoque, pero la gallina de los huevos de oro descubierta en 2015 les dio buenos resultados cuando aprovecharon clásicos que tocaron a generaciones. Como fue el caso de El libro de la selva ($966.6 millones recaudados), La Bella y la Bestia ($1.2 mil millones), El rey león (1.6 mil millones), Aladdín ($1.05 mil millones).

Mientras que en los últimos años, Mulán, Cruella y Pinocho no tuvieron la misma suerte. Entre los efectos de la pandemia en las dos primeras y las malas críticas de la tercera, no estuvieron a la altura del impacto de sus predecesoras. La sirenita será la prueba de fuego el próximo 26 de mayo, sin embargo, no podemos comparar el impacto de un clásico de 1989 que tocó la vida de diferentes generaciones que una historia moderna de hace apenas 7 años.

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