El tráiler de 'La sirenita' confirma lo que ya nos temíamos: el dilema de Disney

Realizar un remake en acción real de una película de animación no es fácil, sobre todo cuando la historia que tienes entre manos tiene elementos que llevados a lo realista carecen de sentido. Es un dilema al que se ha enfrentado Disney en muchas de sus películas de los últimos años, como el caso de Aladdín de Guy Ritchie, El rey león de Jon Favreau, Mulán de Niki Caro o Pinocho de Robert Zemeckis con el controvertido diseño azul del genio de Will Smith, el extraño efecto de ver a leones realistas cantando, la eliminación de personajes claves como Mushu o el copiar escena a escena la cinta original sin la misma eficacia.

Desde luego, esto poco importa si el público responde y los resultados en taquilla o streaming justifican el seguir haciendo estas películas, de ahí que Disney no se de por aludida y realice más y más remakes de sus clásicos ciñéndose a la misma fórmula. Por esta razón, con la nueva versión de La sirenita en el horizonte, era fácil pensar que la historial de Ariel no iba a ser un caso aparte y que muchos de los errores que hemos visto en las últimas readaptaciones de Disney iban a estar presentes. Y su nuevo tráiler, el lanzado durante la noche de los Oscars, parece confirmarlo.

Hay bastantes cosas a destacar, como el carisma de Halle Bailey como Ariel y, sobre todo sus buenas capacidades vocales. A lo largo de las escenas del avance, vemos a la actriz moverse como pez en el agua (nunca mejor dicho) en la interacciones acuáticas con los personajes y entornos y en los instantes donde su presencia acapara el protagonismo en pantalla. Aunque lo que más impacta es la fuerza con la que interpreta el tema musical ‘Parte de él’, dejando claro que Disney ha acertado de pleno con el casting.

Podríamos decir lo mismo de otros personajes, como el Rey Tritón de Javier Bardem, pero en cuanto entramos en los roles no humanos, como es el caso del cangrejo Sebastián o el pez Flounder, empezamos a ver las costuras del complejo proceso de llevar La sirenita al formato de acción real. Por muy entrañables que fueran estas criaturas en su versión animada, cuando se les da un aspecto realista para encajar en la estética del remake la cosa cambia. Y más cuando este tiene un acabado tan marcadamente digital. Viendo el tráiler, mi sensación inicial ha sido de extrañeza y rechazo, porque si ya de por sí un cangrejo tiene aspecto de pocos amigos, imaginar este diseño cantando y hablando con el salero propio de Sebastián me da hasta escalofríos.

También es notorio en la parte tecnológica, donde lograr un movimiento real y fluido en los entornos acuáticos les ha planteado un problema serio. Después de haber visto la fluidez y dinamismo conseguido por James Cameron la secuela de Avatar, rodada en grandes tanques de agua y a mayor número de fotogramas, es difícil no ver el tráiler de La sirenita y pensar en lo artificial que lucen los movimientos de los personajes y en la mala integración que hay entre la figura de Halle Bailey y los elementos digitales del océano. Evidentemente, era imposible grabar un musical de estas características en zonas acuáticas, pero, de nuevo, nos lleva a cuestionarnos el sentido y lógica de hacer un remake de La Sirenita cuando se sabe de antemano que es imposible conseguir la eficacia de su versión animada.

El ejemplo definitivo lo vemos en su parte artística, con una paleta de colores apagada y oscura que poco tiene que ver con el mundo de fantasía, música y diversión con el que disfrutamos en el clásico de 1989. Comprendo que, al llevarla al terreno realista, no sería creíble situar la acción en lo profundo del océano y mostrar un universo de luz y color, pero aleja a La Sirenita de la espectacularidad y disfrute de la original.

He de decir que cuando vi el primer teaser en el cine en 3D la nitidez fue mucho mayor que viendo ahora este tráiler en la pantalla de mi ordenador, por lo que cuando nos acerquemos a verla en pantalla grande en mayo tal vez la percepción cambie. Aunque eso sí, por mucho que la disfrutemos, me parece difícil que salgamos sin cuestionarnos el sentido de llevar este tipo de relatos al mundo de la acción real. Más allá de la taquilla, es algo que traspasa el sentido de la lógica y que termina por manchar el recuerdo de clásicos que todos guardamos con tanto cariño en nuestra memoria.

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