‘Doble riesgo’, el thriller que recuerda lo cerca que estuvo Ashley Judd de tocar la cima de Hollywood

Mientras los estrenos se acumulan a través de los lanzamientos constantes de las plataformas streaming, Netflix nos recuerda que existen películas que nunca pasan de moda. Porque mientras a veces nos aparecen películas como Gladiador o títulos del pasado entre lo más popular del servicio, en esta ocasión se trata de uno de mis thrillers favoritos de 1999. Una producción que la crítica detestó pero el público adoró y que ahora, 24 años más tarde, nos sirve como recordatorio de la magia cinematográfica de Ashley Judd y su historia truncada en Hollywood.

Les hablo de Doble riesgo, una producción que estoy convencida que los cinéfilos de los ’90 recuerdan gracias a su premisa imposible. Una historia de venganza tan inaudita que no importaba si te gustaba o no porque, al final, nunca la olvidarías. Y eso mismo está demostrando Netflix en los últimos días.

El servicio la añadió a su catálogo en diferentes países y, ya sea por nostalgia, la pasión que provoca el género thriller o porque el público la está descubriendo por primera vez, lo cierto es que enseguida se posicionó entre las películas más populares del momento en México, Brasil, Chile, Republica Dominicana, Ecuador, Honduras, Grecia, Paraguay, Reino Unido y otros territorios (FlixPatrol).

Y no me extraña. Doble riesgo es un guilty pleasure en toda regla. Dirigida por Bruce Beresford (El chofer y la senora Daisy), cuenta la historia de una esposa acusada de asesinar a su marido que descubría, desde prisión, que el hombre había fingido su propia muerte incriminándola injustamente para cobrar el seguro de vida. Desde ese momento, Libby (Ashley Judd) se preparaba a conciencia, animada por la sed de venganza y el descubrimiento de un vacío legal que dice que nadie puede ser sentenciado por el mismo crimen dos veces.

Sin embargo, si bien es cierto que Doble riesgo era un ejemplo de entretenimiento pasajero, también era lo suficientemente trepidante como para generar repercusión entre la audiencia. Sobre todo por esa historia de venganza justiciera capaz de generar curiosidad y conversación ante la libre interpretación de la cláusula de Doble Incriminación de la Quinta Enmienda de EE. UU. Que si bien existe, tiene sus limitaciones. Por ejemplo, como explicó hace unos años el periódico The Straight Dope, si los hechos cambian, se trata de un crimen nuevo. Por lo tanto, en la vida real, Libby nunca se hubiera salido con la suya.

De todos modos, más allá de sus libertades creativas, la película fue todo un éxito de taquilla en 1999 con una recaudación mundial de $177.8 millones, encumbrando la posición privilegiada que Ashley Judd estaba cosechando en la industria. Tenía 31 años y era su mayor éxito como estrella protagonista.

Si analizamos aquella primera década de su carrera, Doble riesgo simbolizó un peldaño importante en su camino hacia la cima de Hollywood. Había pasado los años previos siendo figura secundaria en Fuego contra fuego (1995), compañera de reparto de Matthew McConaughey en Tiempo de matar (1996) y Morgan Freeman en Besos que matan (1997), y esta producción no solo marcó su salto hacia roles protagónicos, sino que demostró que el público respondía a su presencia en pantalla.

Y es que Ashley Judd era la figura central de Doble riesgo, su personaje y venganza eran el corazón de la historia, y la actriz lograba llevarlo a buen puerto junto a Tommy Lee Jones con una interpretación creíble en medio de una trama imposible. Además, lo conseguía en una época de thrillers femeninos en potencia, como fueron La mano que mece la cuna (1992) con Rebecca De Mornay, Mujer soltera busca (1992) con Bridget Fonda, Copycat (1995) con Sigourney Weaver, La red (1995) con Sandra Bullock o Fargo (1996) con Frances McDormand.

Sin embargo, de la noche a la mañana, todo cambió.

Sus producciones siguientes no obtuvieron buenos resultados, como fue el caso de ¿Dónde quedó el amor? (2000), Alguien como tú (2001), Crimen en primer grado (2002), De-Lovely (2004) o Acechada (2004) y el público fue testigo de cómo el peso de su presencia iba disminuyendo en cartelera. Los años pasaron y ni el éxito ni los proyectos que fue protagonizando volvieron a disfrutar del mismo calibre.

Lo cierto es que no supimos muy bien qué había pasado durante una temporada. Al menos hasta que ella misma compartió su historia, señalando a Harvey Weinstein como el culpable de su falta de oportunidades.

Judd contó en 2015 que había sido víctima de acoso sexual por parte de un ejecutivo de Hollywood, pero no dio su nombre hasta dos años más tarde. Fue en 2017 cuando señaló a Weinstein de propasarse durante el rodaje de Besos que matan cuando múltiples actrices levantaron la voz contra los abusos perpetrados por el ex productor. En 2018 presentó una demanda por difamación y acoso sexual contra el ex jefe de Miramax, asegurando que había perjudicado su carrera al difundir mentiras sobre ella después de haber rechazado sus insinuaciones.

“Perdí oportunidades, perdí dinero, perdí estatus, prestigio y poder en mi carrera como resultado directo de haber sido acosada sexualmente y haber rechazado el acoso sexual”, explicó Ashley Judd en Good Morning America, vía USA Today.

Weinstein presentó una moción de desestimación y, en enero de 2019, un juez federal de California desestimó la denuncia de acoso sexual porque no entraba dentro del alcance del estatuto bajo el cual se presentó la demanda, pero permitió a la actriz continuar con la denuncia de difamación (BBC). Desde entonces no hemos tenido noticias del caso, sin embargo, existe un anécdota que juega a su favor.

Y es que Peter Jackson admitió en 2017 que rechazó a Mira Sorvino (otra actriz que acusó al productor de conducta sexual inapropiada) y Ashley Judd cuando las estaba considerando como posibles fichajes para El señor de los anillos bajo presión de Harvey Weinstein.

"Recuerdo que Miramax nos dijo que era una pesadilla trabajar con ellas y que debíamos evitarlas a toda costa", dijo Jackson vía The Guardian. “En ese momento, no teníamos motivos para cuestionar lo que nos decían estos tipos. Pero en retrospectiva, me doy cuenta de que muy probablemente se trataba de la campaña de desprestigio de Miramax en pleno apogeo. Ahora sospecho que nos dieron información falsa sobre estas dos mujeres talentosas”.

Si bien solo podemos usar la imaginación, no resulta descabellado imaginar que si Ashley Judd hubiera tenido la oportunidad de aparecer en la exitosa trilogía de la Tierra Media, probablemente la historia habría sido diferente. Porque habría ocurrido poco después del éxito de Doble riesgo, colocando su nombre en una saga de éxito y ganadora de premios Oscar que sirvió para catapultar las carreras de la gran mayoría de sus actores protagonistas. Desde Viggo Mortensen a Orlando Bloom, Elijah Wood o Liv Tyler.

Y por eso, décadas más tarde, Doble riesgo nos recuerda el momento álgido de Ashley Judd, sirviendo como reflejo de una carrera que tal vez podría haber disfrutado de mayor éxito si no hubiera sufrido la presunta difamación que ella sostiene. Y que Peter Jackson también sugirió. Porque ella no se alejó de Hollywood a pesar del acoso, de la presunta difamación y de cargar con sus propios fantasmas tras haber sido víctima de violación en tres ocasiones, como reveló en la Cumbre Mujeres en el Mundo de 2019. Siguió adelante, y aunque sufriera sus baches profesionales, su filmografía nunca dejó de crecer.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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