Un thriller adictivo de 6 capítulos demuestra que Netflix sigue teniendo el as bajo la manga

Kim Riedle, Naila Schuberth como Hannah y Sammy Schrein como Jonathan en el set de 'Mi querida niña'. Cortesía de Netflix 2023
Kim Riedle, Naila Schuberth como Hannah y Sammy Schrein como Jonathan en el set de 'Mi querida niña'. Cortesía de Netflix 2023

El éxito de crítica y público que marcaron la última temporada de Succession, la segunda de The bear o The last of us, entre otras, parecen haber dejado a Netflix en un segundo plano en lo que a fenómenos unánimes se refiere en 2023. Porque será la plataforma streaming más popular del mundo (con 232 millones de suscriptores - Fuente: USA Today), pero sus éxitos llevan un tiempo coronándose como consecuencias puntuales de la popularidad del servicio y no por ser fuentes de atracción puramente irresistibles.

Sin ir más lejos, estamos en septiembre y solo dos series se colaron en el Top 10 de lo más popular de la historia de Netflix (y en los últimos puestos: El agente nocturno (6) y La reina Carlota: Una historia de Los Bridgerton (10)). Sin embargo, solo era cuestión de tiempo para que el servicio demostrara que sigue teniendo el as bajo la manga.

‘¿En qué?’, se estarán preguntando. La respuesta es fácil: en volver a poner sobre la mesa su liderazgo a la hora de crear fenómenos maratonianos. Y en esta ocasión lo consigue con Mi querida niña, un thriller de 6 capítulos tan adictivo que en cuestión de un fin de semana conquistó a los usuarios de Netflix a lo largo y ancho del planeta siendo una historia puntual, sin estrellas internacionales y en alemán (Fuente: Flix Patrol).

Porque seamos sinceros. Encontrar una serie que te obligue a quedarte despierto hasta altas horas de la madrugada no es tan fácil como parece. La historia no solo debe atraparnos, sino que cada capítulo debe estar diseñado para alimentar la impaciencia más irresistible. Esa que silencia tu voz de la razón que, justo cuando está por empezar el siguiente episodio automáticamente, te recuerda que te toca levantarte temprano al día siguiente. Pero en ese momento no te importa. Terminar la historia y descubrir el final es mucho más fuerte, aunque sepas a ciencia cierta que la próxima mañana serás un zombi viviente.

Netflix siempre fue una plataforma experta en esta tendencia gracias a su táctica de estrenar temporadas completas que no dejan espacio alguno para la expectación y la paciencia. Esa que muchos vivimos cuando descubrimos Breaking Bad o Juego de Tronos de manera tardía. Sin embargo, creo que no soy la única en sentenciar que hace tiempo que no vivíamos una adicción maratoniana en dicho servicio. Al menos, en mi opinión, desde que estrenaron Bronca y La diplomática en abril de este año.

Pero justo cuando creíamos que Netflix empezaba a encasillarse en divagar entre espectáculos millonarios (como One Piece, cuya primera temporada habría costado $138 millones -vía Cosmopolitan-) o series que no recordaremos en cuestión de semanas como ¿Quién es Erin Carter?, llega una serie que nos mantiene con los ojos como platos, haciendo el esfuerzo de combatir el cansancio con tal de ver la historia hasta el final.

Mi querida niña es una serie que parece diseñada para ver del tirón. Y no porque se trate de una serie limitada relativamente breve de menos de seis horas, sino porque la narrativa, intriga y ritmo de thriller misterioso la convierten en una especie de whodunit que no podemos soltar. Cada episodio añade a la intriga en torno a por qué, quién y cómo, obligándonos a no sucumbir al agotamiento. Una magia adictiva que solo aparece cuando se crea una conexión interna entre el espectador y la serie.

No pasa a menudo. La mayoría de veces creo que no nos afecta dar pausa y seguir la historia en otro momento o día. Pero, en contadas ocasiones, nace una necesidad de seguir viendo la trama hasta el final sin importar lo consciente que seamos de las consecuencias. Como si conocer el desenlace fuera más importante que el cansancio que vas a sentir al día siguiente. Y así nos pasamos hasta las 2, 3 o 4 de la madrugada enganchados, apresurando cada visionado saltando la intro de cada capitulo. Y eso es lo que vivimos muchos estos días con Mi querida niña.

Kim Riedle en el set de 'Mi querida niña'. Cortesía de Netflix 2023 (© 2023 Netflix, Inc.)
Kim Riedle en el set de 'Mi querida niña'. Cortesía de Netflix 2023 (© 2023 Netflix, Inc.)

Basada en la novela de ficción Liebes Kind de Romy Hausmann (la historia no está basada ni inspirada en ningún caso real), esta serie limitada detalla la historia de Lena, una mujer secuestrada hace 13 años que sufre abusos y cautiverio con sus dos hijos en manos de un hombre desconocido. Sin embargo, su caso se reabre de repente y sin aviso cuando una mujer con el mismo nombre aparece tras huir de su secuestro.

No voy a entrar en más detalles porque sería arruinarles la experiencia adictiva a todos aquellos que todavía no sucumbieron al nuevo éxito de la plataforma, pero sí les diré que estamos ante un relato cautivante. Porque cada episodio va aportando datos y piezas sueltas a un rompecabezas que vamos armando poco a poco en nuestra cabeza. De esta manera nos involucra como espectadores, queriendo descubrir qué pasó, cuándo y por qué con la misma intensidad por descubrir al culpable. A su vez, el entramado completo se convierte en un relato cautivante que profundiza en las desgarradoras consecuencias psicológicas del secuestro, a través de una narrativa sobresaliente y giros inquietantes.

Y así, siendo una serie que no tiene nada que envidiarle a las grandes producciones hollywoodenses, esta propuesta alemana vuelve a demostrar que cuando se trata de series adictivas, que nos mantienen enganchados a la pantalla sin importar el mañana, Netflix sigue sabiendo cómo conseguirlo.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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