Drew Barrymore y Anjelica Huston tuvieron una conexión personal en ‘Por siempre Cenicienta’

Drew Barrymore holding apple in a scene from the film 'Ever After: A Cinderella Story', 1998. (Photo by 20th Century-Fox/Getty Images)
Drew Barrymore holding apple in a scene from the film 'Ever After: A Cinderella Story', 1998. (Photo by 20th Century-Fox/Getty Images)

Drew Barrymore consiguió deshacerse de su imagen de adolescente rebelde hace un cuarto de siglo, cuando varios éxitos cinematográficos le sirvieron una nueva plataforma como actriz protagonista e imán para la taquilla. Y una de ellas fue Por siempre: Cenicienta, una historia de amor, la adaptación con aires feministas del popular cuento de hadas que no solo disfrutó de buenos resultados económicos, sino que se convirtió en uno de los placeres culposos más populares de la época. En otras palabras: si la daban por cable había que verla (más o menos como nos pasa con Titanic o Gladiador).

La película cumple 25 años en 2023 y la actriz quiso conmemorar su aniversario en su programa, recordando la conexión personal que utilizó para convencer a una estrella del séptimo arte que se sumara a la aventura. Esa estrella era la ganadora del Oscar, Anjelica Huston.

La intérprete se vistió de época para un capítulo de The Drew Barrymore Show, con un vestido idéntico al de su personaje y alas similares a las que Leonardo DaVinci le construía en la película, para celebrar el 25 aniversario en compañía de sus malvadas hermanastras de la ficción, Melanie Lynskey y Megan Dodds. Compartieron anécdotas del rodaje y recordaron lo especial que fue la película para ellas, sin embargo, la presentadora también sorprendió al añadir otra historia a la ecuación, revelando cómo convenció a Anjelica Huston para que interpretara a su madrastra.

"Estaba en mi cocina y hablábamos sobre quién podría interpretar este papel tan infame” dijo la actriz explicando al público que, en 1998, todavía no estaban de moda los reboots y readaptaciones de cuentos de hadas. No como ahora. “Era un tipo de género muy poco abordado, así que ¿quién podría intervenir como la famosa madrastra?" Y ella lo tenía claro, quería que fuera Anjelica Huston.

Sin embargo, cuando le ofrecieron la idea, no terminaban de ponerse de acuerdo. Barrymore cuenta que había mensajes cruzados en la negociación que no terminaban de concretar si Huston estaba interesada o no. Así que ella misma decidió hacerse cargo del asunto.

"Recuerdo decir: 'A la m*erda, voy a encontrar su número de teléfono y la voy a llamar'", dijo. "Conseguí tenerla al teléfono de alguna manera y le dije: '¿Sabes qué? Para tu padre, John Huston, y mi abuelo, John Barrymore, a quienes sabes que festejaron aquí en la Tierra y están en algún lugar del cielo manteniendo la fiesta en marcha. Barrymore, ¡Huston! ¡Huston, Barrymore!'"

"'Tenemos que hacerlo, solo por los hombres en nuestras vidas que establecieron el tono para lo que se suponía que debíamos hacer aquí en la Tierra. Honremos a esos dos hombres siendo dos mujeres juntas. ¿Estás conmigo?'" le preguntó. E hicieron la película.

Por siempre: Cenicienta, una historia de amor era una versión muy diferente al cuento de hadas de Charles Perrault tantas veces adaptado al cine. Y sobre todo, muy distinto a la película más popular de todas, la cinta animada de Walt Disney de 1950. Porque esta versión dirigida por Andy Tennant (No me olvides, Hitch: experto en seducción) eliminaba los elementos fantasiosos para trasladar la historia a la era del Renacimiento francés, con una protagonista llamada Danielle que se empoderaba a sí misma sin esperar que el príncipe fuera a su rescate.

En 1998, cuando se estrenó la producción, Barrymore se encontraba reconstruyendo su carrera después del empujón que le ofreció Scream,retomando un perfil de protagonista romántica a través de otros éxitos como La mejor de mis bodas y Jamás besada, para entonces volver a la cima con Los ángeles de Charlie.

Y según contó en su programa, tenía claro que quería a la Morticia Addams más famosa del cine en el papel de villana. Una decisión comprensible al tratarse de un nombre que podría aportar caché al proyecto y una actriz con talento de sobra para crear la conexión dramática que tenían ambos personajes. Porque esta versión de la madrastra de Cenicienta no era una caricatura más de la villana de cuento de hadas, sino que Houston le aportaba matices que demostraban la frustración de una mujer viuda que sufría la pérdida de su marido a solas. Danielle era el recuerdo constante de su soledad.

Barrymore recurrió entonces la conexión que las une en Hollywood: ser descendientes de la industria del cine. Nepotismo o no, un término que tan de moda está en estos momentos para hablar del linaje y las oportunidades en el negocio, ciertamente ambas tienen en común el pertenecer a la monarquía del séptimo arte. Porque si el cine tuviera tronos y reyes, ellas sin duda serían herederas. Drew como hija del actor John Drew Barrymore (1932-2004), descendiente a su vez de la estrella del cine mudo John Barrymore (1882-1942). Por su parte, Anjelica Huston es la hija del director John Huston (1906-1987), un visionario de su era, responsable de clásicos como El halcón maltés (1941), La reina africana (1951) o Los inadaptados (1961).

Tanto el abuelo de una como el padre de la otra fueron figuras importantes en la historia del cine, dueños de apellidos influyentes que colisionaron en una ocasión. Fue en 1948 en la película Key Largo, donde John Huston dirigió a Lionel Barrymore, el tío del padre de Drew Barrymore. Además, ambos habrían compartido el afán por las fiestas, como habría sugerido Drew en su monologo para convencer a Anjelica.

Porque John Huston fue, por ejemplo, un jugador de apuestas toda la vida. Como escribió The Guardian: “Gastó millones y no se culpó a sí mismo. Tenía un solo estándar: los mejores caballos, las mejores fiestas, los mejores puros y el mejor casting cuando hacía una película”.

Una de sus anécdotas más conocidas tuvo lugar en uno de sus rodajes más difíciles: el de La reina africana en el Congo y Uganda entre disentería, diarrea, hipopótamos, mambas negras y cocodrilos. Prácticamente todo el equipo enfermó por beber el agua local, menos el director y Humphrey Bogart. Ellos solo habían bebido whisky. "Todo lo que comí fueron frijoles horneados, espárragos enlatados y whisky escocés", recordó Bogart más tarde (The Guardian).

Por su parte, el abuelo de Drew Barrymore formaba parte de los 'Bundy Drive Boys', un grupo de estrellas a los que le gustaba la fiesta formado por el pintor John Decker, los actores W.C. Fields, John Barrymore, Errol Flynn, el periodista Gene Fowler y crítico de arte Sadakichi Hartmann. Fowler contó en sus memorias que "vivían intensamente, como los niños, poetas y jaguares" (LA Times).

"Probablemente, a la larga, desperdiciaron sus mayores talentos bebiendo y divirtiéndose, pero, de nuevo, simplemente no se tomaron a sí mismos demasiado en serio" escribió el nieto de W.C. Fields (LA Times). En su caso, una de las historias más conocidas tiene que ver con su cadáver. Porque tal y como confirmó Drew Barrymore en el programa de YouTube, First we feast, sus amigos W.C. Fields, Errol Flynn y Sadakichi Hartmann se robaron su cuerpo de la morgue para colocarlo contra una mesa de póquer y darle una fiesta por última vez.

Drew Barrymore recurrió entonces al linaje que cargan sus apellidos para convencerla. Utilizando la nostalgia y el peso de sus nombres para atraer a Anjelica Huston, siendo dos mujeres descendientes de apellidos que habían sido encumbrados por hombres. Y su táctica funcionó añadiendo un capítulo más a la historia del árbol genealógico y cinematográfico de sus existencias.

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