El bochorno que Disney pudo evitar y tiene indignados a los latinoamericanos

Imagen del tráiler de 'Primos' (YouTube)
Imagen del tráiler de 'Primos' (YouTube)

La cultura latina está dividida. Y con un debate candente diferenciado por dos bandos: los nativos de países latinoamericanos y los descendientes de latinos en EEUU que están cuestionando la pertenencia del idioma y la cultura a través de redes sociales. Y todo por culpa de Primos, la nueva serie animada de Disney que ni siquiera se ha estrenado todavía (ni tiene fecha de estreno) pero que muchos están criticando de “racista” y propagar la imagen “estereotipada” de la cultura latina desde una perspectiva que no hace sentir representada a la audiencia de México y el resto de América Latina.

Todo empezó el 14 de junio cuando el canal presentó un video con la introducción musical de la serie, dando a conocer una historia que gira en torno a una niña de 10 años llamada Tater cuya vida da un vuelco radical cuando 12 de sus primos se instalan en su casa. Según la sinopsis oficial, se trata de una serie animada de enredos familiares donde, a pesar de los conflictos iniciales, el personaje va afianzando las relaciones a través de diferentes aventuras.

A primera vista puede parecer una idea inofensiva. Una niña, aventuras, familia… Nada del otro mundo. Hasta que vemos la dichosa ‘intro’. Porque en el video de 59 segundos quedan en evidencia las diferentes temáticas que pueden herir sensibilidades.

Uno de los elementos que más está disgustando es que el estribillo de la canción dice ‘Oye primos’, denotando un evidente error gramatical que combina un verbo en singular con un sustantivo en plural. Como si las personas implicadas no tuvieran conocimientos básicos del idioma que representan con la serie. Porque, en todo caso, debería ser ‘Oigan primos’ u ‘Oye primo’.

Por otro lado, tampoco han causado gracia algunos nombres de los personajes en cuestión. Como ‘Cuquita’, al tratarse de una manera coloquial de referirse al órgano reproductor femenino en países como Colombia. O que la ciudad donde transcurre la historia se llame Terremoto Heights, despertando el rechazo de muchos usuarios que sienten que no se tuvieron en cuenta los horrores vividos en México o Chile por ese tipo de desastres naturales.

O el simple hecho de que todos tengan que vivir en una misma casa, perpetrando el estereotipo de familia hacinada, de bajos recursos, desordenados y sucios (en una secuencia de la ‘intro’ se ve la habitación claramente sucia, con ropa tirada por el suelo y todos felices y contentos en medio de la mugre). Es cierto que los latinos somos ‘familieros’ pero tampoco es que todos nos sintamos representados con la idea de estar juntitos bajo un mismo techo.

No obstante, hay un detalle que debe tenerse en cuenta a la hora de analizar la reacción inicial y llegar a una conclusión definitiva. Y es que resulta evidente que Primos no está retratando a la cultura latina de un país latinoamericano en particular, sino a la cultura de los descendientes de latinoamericanos en EEUU. En este caso, aparentemente, de una familia multicultural mexicanoamericana. Que, como demuestra este debate, comparten claras diferencias con el resto de América Latina. Por ejemplo, en el acceso limitado a aprender la fluidez del idioma o el uso de estereotipos forzados por Hollywood para la identificación de una familia latino-estadounidense en la ficción.

Y así lo demuestran las reacciones de varias personas implicadas con la serie que se han sumado al debate dando su opinión, defendiendo su trabajo y la visión que pretenden reflejar.

Por ejemplo, Myrna Velasco, quien prestó su voz a la protagonista, respondió criticando los comentarios contra la representación ‘latina estadounidense’, defendiendo la perspectiva de quien crece en EEUU con raíces transmitidas, aprendiendo el idioma español sin la influencia de la cultura completa. Además, reconoce las dificultades sociales que supone saber que serán criticados por no hablar español a la perfección, mientras el mismo país donde viven los hace "sentir menos debido a las costumbres y tradiciones que llevamos de nuestras raíces latinas".

"El lenguaje es fluido y transitorio según el lugar donde vives y de quién lo aprendiste. Yo, los escritores, ni los creadores de este hermoso programa no tenemos que demostrar nuestra latinidad a usted ni a ningún otro nazi de la gramática en Internet", sentenciaba evidentemente molesta.

A su vez, continuó a través de una storie de Instagram (en inglés) explicando que "el idioma español no es un lenguaje de América Latina. Es un lenguaje que los conquistadores españoles forzaron sobre el pueblo latinoamericano. La única razón por la que somos gente latina y no nativos americanos es por esa distinción", respondía.

"Enójense todo lo que quieran conmigo por errores de ortografía en español, por pronunciar palabras mal, eso no quita el hecho de que soy una mujer mexicoamericana nativa".

El problema es que varios usuarios luego descubrieron que hace un tiempo publicó una foto de sus abuelos en Instagram, agradeciéndoles que hubieran abandonado "ese país de m*erda” (se entiende que habla de México si dice ser mexicoamericana) para que ella pudiera tener “trabajos soñados”. Una publicación que, evidentemente, no ayuda a su causa al perpetrar una idea de superioridad por haber crecido en tierras estadounidenses lejos de la cultura mexicana en su totalidad.

A su vez, la creadora y productora de la serie, Natasha Kline, recurrió a la diplomacia para responder a la polémica, explicando cómo, al final, crea su contenido bajo los límites de su propia experiencia. "Es difícil cuando cargas con los sueños de otros. Solo me mantengo firme con la verdad que conozco", dijo.

Y es que la reacción ha sido tan negativa que Disney eliminó el video de varias cuentas oficiales y actualmente solo se puede ver en el canal de YouTube donde, además, han desactivado la opción de comentarios.

En resumen, me parece evidente que se trata de un debate que pone sobre la mesa la nueva ramificación de la cultura hispanoparlante. Esa que probablemente también se vivió durante la transición cultural y generacional de los inmigrantes europeos que influyeron en la mezcla y formas que fue tomando nuestra cultura a lo largo de los años. Pero que, por entonces, no contaban con redes sociales para volcar la diferenciación que se iba gestando a través de la descendencia en países de Latinoamérica.

Como defienden sus implicados, la introducción de Primos refleja la idea de la cultura latino-estadounidense con sus errores gramaticales al no tener la misma influencia idiomática que el resto de países, así como también los fallos en la percepción generalizada de la cultura latina ante el resto del continente. Como mostrar a una familia hacinada, desordenada o utilizando nombres que evidencian la falta de conocimientos hispanos en general para contentar a la cultura en toda su extensión.

Esto me confirma que Primos se hizo desde la mirada exclusiva del descendiente latino en Estados Unidos, y el debate no hizo más que evidenciar las diferencias que nos caracterizan. Por un lado, los latinos de América Latina y, por otro, aquellos que arrastran las raíces a través de influencias familiares, exentas de todas las ramificaciones que tenemos el resto, desde el barrio, las amistades, la familia, el colegio, etc.

Y esto nos lleva al gran debate de fondo. ¿A quién le pertenece la cultura latina? ¿A los países de Latinoamérica o a todo aquel que sea descendiente sin importar dónde viva, siempre y cuando crezca y se nutra de las mismas raíces sintiéndose latino por dentro?

Creo que en este caso, ambos bandos tienen sus motivos para estar acertados y equivocados al mismo tiempo. Por un lado, porque los responsables de la serie no parecen haber tenido en cuenta la percepción que iba a tener el resto del continente hacia la imagen estereotipada de la familia protagonista o los errores gramaticales que a ellos los caracterizan. Es decir, podemos tener nuestros fallos de vez en cuando, pero sabemos conjugar los verbos. Lo hacemos a diario. Todo el tiempo. Y al no habernos tenido en cuenta cuando se trata de una serie animada con personajes latinos que, evidentemente, despertará el interés de la audiencia hispanoparlante, me parece lógico que muchos se sientan ofendidos.

Sin embargo, también desde este lado del continente podemos ejercitar la comprensión mutua y aceptar que nuestra cultura se expande a través del mundo, con todas las ramificaciones, cambios y transiciones que ello conlleva.

Con los dos bandos claramente definidos, finalmente nos queda el elemento más llamativo que aflora de este debate: que estamos hablando de una serie producida por un estudio de repercusión global como Disney. Por mucho que la serie represente al descendiente latino, nacido y criado en EEUU, resulta evidente que llamará la atención de la comunidad hispanohablante. Después de todo, no existen muchas series animadas que hagan sentir a los niños latinos representados en pantalla. Por este motivo, las preguntas son inevitables: ¿Cómo no previó el estudio el debate que iba a generar? ¿Cómo es posible que no hayan tenido en cuenta al público hispano contratando a un latino nativo que aportara un mínimo de ayuda gramatical? Al menos para evitar ofender a la amplia comunidad de América Latina que también consume sus series, y evitarse el bochorno de la debacle viral.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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