'El Enjambre: obsesión asesina' es la serie que todo el mundo debería estar viendo

Cartel promocional de 'El Enjambre: Obsesión asesina' (Swarm) (cortesía de Prime Video)
Cartel promocional de 'El Enjambre: Obsesión asesina' (Swarm) (cortesía de Prime Video)

Beyoncé se encuentra en el centro de la conversación en torno a El Enjambre: obsesión asesina (Swarm), la nueva serie de Prime Video, cuando ni aparece, ni se la nombra ni participa en el proyecto. Es más: las tendencias de Google relacionadas con la serie nos muestran que su nombre se encuentra entre lo más buscado en diferentes países como México, EE.UU. o Argentina, por la curiosidad de saber si está basada en una historia real. Y todo esto tiene explicación: la serie está inspirada en la cantante de ‘Lemonade’ y su legión de fans a través de la historia de una fanática que lleva su pasión a extremos asesinos. Sin embargo, vengo a decirles que no se dejen engañar por las similitudes a la hora de decidir verla o no. Porque esta serie es mucho más que eso.

Creada por los responsables de Atlanta, Donald Glover y Janine Nabers, El Enjambre: obsesión asesina es una sátira de terror que cuenta la historia de Dre (con una tremenda Dominique Fishback), una fan obsesionada con una superestrella del pop llamada Ni’Jah. Que, como se pueden imaginar, se parece, suena y tiene una historia muy parecida a la de Beyoncé. Es más, el título de la serie hace mención del ‘enjambre’ de fans que siguen a Ni’Jah, haciendo referencia a los seguidores de la cantante de ‘Crazy in Love’ conocidos como ‘BeyHive’ (colmena en español). Y si bien cada capítulo intenta desligarse de problemas legales con una advertencia que especifica que cualquier similitud con la vida real “es pura coincidencia y no intencional”, hay muchos parecidos más.

En la trama, Ni’jah está embarazada de gemelos, como lo estuvo Beyoncé en 2017. Las dos artistas son nativas de Houston, se hace mención de una pelea en donde la hermana de la cantante se enfrentó al marido, recordando la famosa pelea en un ascensor entre Solange –hermana de Beyoncé– y Jay-Z en 2014. En un momento de la historia, Dre muerde a su ídolo, como la anécdota que contó Tiffany Haddish sobre Beyoncé sufriendo la mordedura de un supuesto fan (fuente: Variety).

En la serie, el fanatismo de Dre es tan grande que se endeuda para comprar las entradas más caras de sus conciertos mientras la defiende a muerte. Literalmente. Porque Dre es un personaje que vamos descubriendo a medida que avanza cada uno de los siete capítulos, siendo una mujer con sus propios traumas que los disfraza de fanatismo como escudo superficial a toda la oscuridad que lleva por dentro. Su negación es tan grande que ser fanática de Ni’Jah es lo único que la define como persona y asesina en serie. Porque Dre tiene un problema: no soporta que critiquen a su reina. Y como abeja de su enjambre de fans reacciona siempre con la misma solución: matando.

Evidentemente, la gran diferencia con la vida real es que no existe ninguna historia (que se sepa) de un fan de Beyoncé defendiendo a la cantante a golpes, disparos y sangre. Sin embargo, El Enjambre: obsesión asesina sirve como comentario social y cultural sobre los extremos del fanatismo. Porque el comportamiento de Dre representa los peligros de las ideologías extremistas, en este caso recurriendo a un fanatismo que cruza la delgada línea entre el entretenimiento y la devoción sin límites. Y en el camino invita a reflexionar sobre el odio libre de culpa que circula en las redes sociales, de la defensa gratuita a cambio del machaque ajeno por la pasión ciega de un fenómeno fan.

No obstante, El Enjambre: obsesión asesina es mucho más que eso. Es una sátira de terror y un análisis social, pero también una serie indescriptible que con cada capítulo aporta algo diferente. Como el sexto capítulo que, de repente, se convierte en una especie de reportaje true crime que te deja con ganas de más.

A su vez, merece la pena destacar el gran trabajo de su protagonista, Dominique Fishback (Judas y el mesías negro), quien hace un trabajo descarnado y crudo como la socialmente inadaptada Dre, siendo la causante principal del desconcierto y el caos que provoca la serie a medida que avanza. Pero no solo ella merece el aplauso. El debut de Billie Eilish tampoco deja a nadie indiferente como la líder de un culto femenino que aparentemente estuvo inspirado en la historia de NXIVM, el culto que ‘marcaba’ a esclavas captadas por la actriz de Smallville, Allison Mack, para su líder sentenciado a 120 años de prisión, Keith Raniere. Así como el cameo de Rory Culkin, la seductora interpretación de Chloe Bailey (hermana de Halle, protagonista de La Sirenita) o Heather Simms como una detective sabelotodo.

La tensión entre la sátira y el drama consigue que El Enjambre: obsesión asesina sea una serie irresistible. Y la originalidad que desprende cada episodio, saltos en el tiempo y matanzas de Dre logran envolver una serie que en ningún momento resulta previsible, sino que se siente como un soplo de aire fresco retorcido y desafiante que merece toda nuestra atención. Por eso, hablar de ella solamente por los parecidos superficiales que la asocian a Beyoncé y su colmena de fans no le hace justicia. Y si bien es comprensible que las similitudes lideren la conversación al tratarse de una de las artistas más consagradas de nuestra era, esta serie es tan creativa, atrevida, caótica, feroz y provocadora que invita a conversar largo y tendido sobre ella. Y solo por eso merece que todo el mundo la esté viendo.

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