El peso de Adamari López vuelve a causar polémica: las mujeres no tenemos cómo ganar
"Amiga, te vas a desaparecer. Ya no bajes más. Estás bella"… Este fue el comentario que el animador Héctor Sandarti hizo en una publicación que compartió Adamari López.
La alegría fluye en el corto video donde la talentosa puertorriqueña aparece bailando con un grupo de señoras el hit de los 70 “Da Ya Think I'm Sexy?”. La simpática publicación generó muchísimos comentarios positivos, pero el de Héctor Sandarti encendió la polémica, pues suena a lo que quizás te diría alguna amiga impertinente, porque hay que decir que si bien todos tenemos derecho a una opinión, darla sobre los cuerpos ajenos está reconocido como una falta de respeto.
Sin embargo, muchos estuvieron de acuerdo con el también famoso conductor y pronto la discusión se tornó más picante al plantearse el debate si López adelgazó gracias a una corrección en su alimentación o se hizo una cirugía bariátrica. Infinidad de comentarios juzgan si estuvo bien operarse o no, si está bien hacer dietas, y por supuesto, la figura y belleza de la animadora y actriz.
Aunque Sandarti es reconocido por su simpatía ante las cámaras, también recibió algunas respuestas contundentes de algunos seguidores indignados. “Tu comentario fue muy desatinado”; “Ese comentario se hace en privado y si te lo preguntan” o "¡Qué comentario más fuera de lugar”, y es que es inevitable poner sobre la mesa que realmente las mujeres nunca ganamos. Siempre hay alguien que busca corregir algo que no parece complacer ni ajustarse a lo que se espera de nosotras.
La misma Adamari López fue objeto de críticas muy duras cuando tenía sobrepeso. Que si se vestía mal, que nada le quedaba bien, que usaba ropa muy ancha, o vestidos muy cortos, o muy pegados. Son como letanías que pareciera imposible dejar de escuchar, o leer, hagas lo que hagas.
Khloé Kardashian está permanentemente en el ojo del huracán por lo mismo; Ariana Grande y Taylor Swift también han sido criticadas por estar demasiado delgadas, sin importar el talento o sus éxitos como cantantes; Adele era objeto de comentarios crueles por tener sobrepeso, y cuando adelgazó fue señalada por "abandonar" el bando de las tallas grandes. Gaby Espino suele protagonizar debates muy crudos con relación a su peso, y así, mujeres famosas y comunes estamos expuestas a ser juzgadas -en redes y en vivo y directo- por nuestra apariencia.
Pareciera que las famosas, por serlo, tienen que soportarlo todo, y no es así. Son seres humanos que se afectan como cualquiera. Sin embargo, es posible que quizás tengan más acceso a asesoría y apoyo en cuanto a la manera de afrontar estas olas de juicios. ¿Y las que no somos famosas?
La consultora de imagen Deicy Sanabria ha desarrollado algunas herramientas a través de su propio aprendizaje y experiencia. Ser muy flaca no la ha eximido de críticas, juicios e inseguridades, por lo cual ha comprendido en el tiempo que el primer paso para afrontarlo y relacionarse positivamente consigo misma es quitarle poder a la validación externa.
En la búsqueda de la aceptación por el propio cuerpo y de la armonía de vivir consigo misma ha concluido que con paciencia se pueden construir bases sólidas para sentirnos a gusto con cómo somos; también menciona la importancia de evitar compararnos, incluso si es necesario, dejar de seguir personas en redes sociales que nos afectan en ese sentido.
Asimismo, tener consciencia de que las mujeres cambiamos constantemente, no siempre nuestro cuerpo está igual, ni nos sentimos igual. Y, entre muchas otras recomendaciones, ser agradecidas con nuestro propio cuerpo.
Con esto coincide la psicóloga especialista en imagen corporal y trastornos de conducta alimentaria, María Teresa Valero, quien destaca el valor de reconocer lo que nuestro cuerpo, independientemente de su aspecto, hace por nosotros cada día. Por ejemplo, las piernas que otros nos critican -o que juzgamos nosotras mismas- son las que nos llevan y nos traen, nos permiten correr, saltar y bailar como Adamari en su video.
Entonces, obviar la opinión y juicios de los demás, y cuidarnos de no hacerlos nosotras también allanará el camino hacia un futuro en el cual el tema de conversación no incluya ataques y comentarios sobre la contextura física propia ni la de los otras.