El tormento marital de Joan Collins cuando era la mayor estrella televisiva con 'Dinastía'

Detrás del éxito y el glamur que disfrutaba con 'Dinastía', la actriz británica vivía una realidad completamente distinta

Joan Collins vivía una realidad muy diferente tras el éxito de 'Dinastía'. (Foto de Dave Benett/Getty Images)
Joan Collins vivía una realidad muy diferente tras el éxito de 'Dinastía'. (Foto de Dave Benett/Getty Images)

A sus 91 años Joan Collins puede decir que ha vivido varias vidas en una: estrella de la era dorada de Hollywood, olvidada al superar la treintena, víctima de la misoginia de su industria y penurias económicas, pero resucitando de sus cenizas cada vez que apostó por sí misma. Fue novia de Warren Beatty, amiga de Roger Moore y hasta recibió consejos de Marilyn Monroe. Contrajo matrimonio en cinco ocasiones, divorciándose en cuatro de ellos, y hasta hizo historia siendo portada de la revista Playboy tras superar los 50. Su vida cuenta con tantos capítulos, a cuál más interesante, que necesitó publicar siete biografías para contarlas todas (la primera en 1978, la última en 2023), dar cientos de entrevistas y protagonizar un documental para la BBC narrado y protagonizado por ella misma, donde no dejaba nada ni a nadie en el tintero.

En This is Joan Collins (2022) la estrella británica repasaba su vida amorosa y profesional mientras recordaba Dinastía como la época en que “estaba en la cima del mundo”. Sin embargo, mientras hacía explotar los ratings como la malvada Alexis Colby y dejaba huella como una de las grandes villanas de la historia televisiva, en casa y lejos de los focos vivía una pesadilla marital con su cuarto marido.

Olvidada a los 45 años, reducida a papeles esporádicos en series y protagonista de películas de terror de poca monta (como El imperio de las hormigas), Joan Collins apostó por renovarse de nuevo con una cinta que fue un éxito en Reino Unido. Se titulaba Discoteca club privado (1978) y estaba basada en una novela de su propia hermana. La producción se vendió como la alternativa británica a Fiebre de sábado por la noche y mostraba a una Joan convertida en una ninfómana de cuidado. Fue de las más exitosas de 1978 en su país e hizo que Joan descubriera un detalle que hasta entonces desconocía: que al público le encantaba verla en el papel de villana. Y así, justo después de haber descubierto que su tercer marido Ronald S. Kass había vuelto a hipotecar su casa y estaban ahogados en deudas, llegó la oferta que encajaba a la perfección con su descubrimiento: el papel de exesposa villanesca en la telenovela Dinastía.

Joan Collins hizo explotar los ratings de 'Dinastía' creando un icono de la malicia televisiva. (Foto de ABC Photo Archives/Disney General Entertainment Content via Getty Images)
Joan Collins hizo explotar los ratings de 'Dinastía' creando un icono de la malicia televisiva. (Foto de ABC Photo Archives/Disney General Entertainment Content via Getty Images)

Corría el año 1981 y la serie no había enganchado a la audiencia todavía. Fue entonces cuando Collins se sumó para la segunda temporada, dando vida a la vengativa Alexis Colby y recurriendo a su look habitual de maquillaje y peluquería para crear un icono del glamur televisivo. Con ella en pantalla, sus guerras verbales y físicas con Linda Evans -que interpretaba a Krystle Carrington, la nueva esposa de su ex marido, el magnate petrolero Blake Carrington (John Forsythe)- y sus frases de villana maquiavélica en planos que destacaban su belleza, Joan Collins hizo que se dispararan los ratings de la serie, convirtiéndose en todo un fenómeno internacional. Sin embargo, mientras el éxito volvía a tocar a su puerta, su tercer matrimonio se desmoronaba y tras 11 años casados, ella y Kass se divorciaban.

Era el tercer divorcio para la actriz tras acumular separaciones difíciles y dolorosas. El primero tuvo lugar en 1956 con Maxwell Reed, un actor 14 años mayor que ella con quien contrajo matrimonio después de que el hombre se aprovechara de ella en la primera cita. Ella misma contó lo vivido varias veces -en entrevistas, columnas y en el mencionado documental- revelando que tenía 18 y experiencia nula con los hombres, cuando aceptó ir al hotel del actor en la primera cita. Una vez allí le pidió que le esperara mientras iba a ducharse, le entregó una revista con fotos explícitas y le sirvió un ron con Coca Cola. Collins no recuerda nada después de aquello, sino que el hombre supuestamente la violó tras drogarla con esa bebida. Según sus palabras, nunca se lo dijo a sus padres ni lo reportó a la policía por miedo a ser juzgada. Collins accedió a casarse con él a pesar de todo, divorciándose cuatro años más tarde cuando ya era una actriz en alza contratada por 20th Century Fox.

Tuvo que darle sus ahorros en el pleito y pagar las costas legales de ambos. Él aseguró haber sido quien la descubrió y le arrebató todo su dinero, obligándola a pedir 10.000 dólares al estudio para poder pagarle (Express). Con su segundo marido, el actor y compositor Anthony Newley y padre de sus dos primeros hijos, vivió años de felicidad hasta que supo que le había sido infiel durante todo el matrimonio. Y con Ronald S. Kass, ex manager de Los Beatles, tercer esposo y con quien tuvo su tercer retoño, vivió penurias y deudas pero aseguró haber sido feliz.

Joan Collins, John Forsythe y Linda Evans dejaron huella televisiva con 'Dinastía'. (Foto de ABC Photo Archives/Disney General Entertainment Content via Getty Images)
Joan Collins, John Forsythe y Linda Evans dejaron huella televisiva con 'Dinastía'. (Foto de ABC Photo Archives/Disney General Entertainment Content via Getty Images)

Y así llegó a la soltería de nuevo a los 50 años, siendo uno de los nombres más aclamados de la televisión gracias a Dinastía. Era adorada por el público, aclamada en premios televisivos y sex-symbol por derecho propio, posando para la revista Playboy en 1983 para decir bien alto que la belleza no tiene edad.

"A los 49 posé para una maqueta de Playboy y sí, me quité la mayor parte de la ropa. En ese momento me di cuenta de lo increíblemente discriminatorio que era no sólo Hollywood, sino la mayor parte del mundo occidental, hacia las mujeres mayores de 30 años, y decidí burlarme figurativamente de ellas demostrando a través de mis fotografías que las mujeres "de cierta edad" podían seguir siendo sexys y seductoras", escribió en su libro The art of living well, vía ABC News.

Su éxito era tal que al descubrir que su compañero de reparto, John Forsythe, cobraba mucho más que ella cuando los ratings habían subido a raíz de su entrada en la serie, tuvo que rogar por un aumento de sueldo. Ella misma contó en el pasado la misoginia que le rodeaba en la producción, hasta el punto que su exmarido en la ficción exigía por contrato que debía aparecer en el centro o en la parte superior de todas las imágenes promocionales. Finalmente le costó pero lo consiguió, subiendo su caché a $2 millones al año (o 1.5 millones de libras esterlinas, según se da a conocer en el documental).

Fue entonces, con éxito y millonaria que conoció a Peter Holm en un restaurante londinense, un cantante sueco con quien contrajo matrimonio en 1985 en Las Vegas. “Gran error” reconoce Joan Collins en el documental.

“No tardaron mucho en comenzar los problemas”, aseguró para revelar a continuación la pesadilla que vivía mientras el mundo solo veía el brillo y glamur de su fama. Resulta que según cuenta ella misma en el documental, Peter Holm tomó las riendas de su carrera y despidió a los agentes y managers de su esposa. En cambio, se auto adjudicó el 20% de todas las ganancias que ella iba acumulando.

Joan Collins con su cuarto marido, Peter Holm. (Foto de Ron Galella/Ron Galella Collection via Getty Images)
Joan Collins con su cuarto marido, Peter Holm. (Foto de Ron Galella/Ron Galella Collection via Getty Images)

Joan Collins reconocía que ninguno de sus amigos lo aprobaba pero ella se mantuvo en sus trece por “testaruda”, al no querer reconocer que había cometido un error. Sin embargo, los problemas no solo se resumían en el aprovechamiento económico sino también en el bullying al que la sometía. “Su rabia era venenosa y cuando teníamos peleas se burlaba de mí sarcásticamente diciendo ‘si solo la gente pudiera ver a la gran Alexis ahora, que bebé llorón más patético’”, confesaba la actriz en el documental de BBC.

“Fue increíblemente estúpido, particularmente porque toda mi familia y amigos lo detestaban”, escribió ella misma en una columna para Daily Mail en 2008. “Pero de algún modo me convenció a través de chantaje emocional para que me casara con él, aunque ya tenía tres divorcios en mi pasado”.

Con total sinceridad, Collins reflexionaba sobre la triste situación de haber estado en la cima de su carrera profesional mientras "permitía" el bullying en casa. En la columna mencionada confesaba que su marido le aseguraba que al manejar sus finanzas estaba haciendo que ganara más dinero. Pero ella no sabía si era cierto porque “trabajaba entre 14 y 16 horas al día y fines de semana los dedicaba a hacer publicidad y ajustes de vestuario”.

Añade que la obligó a renegociar su contrato con los ejecutivos de Dinastía amenazándolos con no ir a trabajar. Algo que iba “en contra de su ética laboral”, pero que las peleas y amenazas que recibía por parte de él la hacían cumplir sus exigencias.

Apenas habían pasado unos meses desde la boda y la situación romántica del noviazgo había cambiado por completo. Y mientras Holm supuestamente la amenazaba con contar mentiras a los tabloides sobre ella, Collins buscó un abogado en secreto. Al final, la separación no tardó en llegar aunque el pleito legal duró 15 meses, convirtiéndose en uno de los divorcios devorados por los tabloides de entonces.

Holm pidió una paga de 50.000 libras al mes ($67.440) mientras se encerraba en la mansión que compartía con la actriz, amenazando con disparar a cualquiera que intentara desahuciarlo. Collins reveló que la amenazó con quitarle toda su fortuna si seguía adelante con el divorcio, mientras el hombre se paseaba por sus mansiones con pancartas que decían ‘Joan, tienes nuestra casa de $2.5 millones, un hogar que compramos durante nuestro matrimonio y ahora soy un sin techo ¡ayuda!’ (Daily Mail). A su lado, otro hombre llevaba un cartel que leía ‘Joan, ganaste $100.000 a la semana gracias a Peter, por favor dale un hogar decente’.

“Era increíblemente humillante. Se había pagado cerca de medio millón de dólares de mis ganancias, viviendo sin pagar alquiler ni gastos y ¿no se podía pagar un alquiler?”, escribía enfadada en dicha columna. Finalmente, gracias al acuerdo prenupcial, el juez le otorgó una única paga de 80.000 dólares.

“El matrimonio ya me había costado suficiente, tanto financieramente como emocionalmente, y estaba encantada de volver a mi vida de nuevo”, escribió. Y entonces Joan Collins pasó página. Dinastía llegó a su fin en 1989 y con la fama y fortuna acumulada, la actriz finalmente se entregó de lleno a su gran pasión: el West End londinense. Protagonizo y produjo varias obras teatrales, volvió varias veces a televisión, escribió libros y hasta vivió una batalla legal con la editorial estadounidense Random House (que ganó). Pero siempre siguió adelante.

Fue al llegar a las 69 primaveras cuando volvió a darle una oportunidad a la unión matrimonial. Conoció a Percy Gibson cuando este producía una obra teatral que ella protagonizaba en el año 2000 y se casaron dos años más tarde en el Hotel Claridge’s de Londres. A ninguno de los dos le importaba que él fuera 32 años menor que ella, porque era “fantástico” y “estaban locamente enamorados”.

Y, hasta el día de hoy, siguen juntos. “Por fin encontré a mi alma gemela y a mi marido para siempre”, describía en el documental.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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