Lo que ocurre con los Óscar y Steven Spielberg es cada año más doloroso
Los premios Óscar han terminado con la victoria de Todo en todas partes al mismo tiempo, que se convirtió en la gran triunfadora de la noche con siete estatuillas doradas, incluida la de Mejor Película. Al título de los Daniels protagonizado por Michelle Yeoh le siguió la alemana Sin novedad en el frente con cuatro galardones, mientras que La ballena se hizo con dos y Top Gun: Maverick, Pantera Negra: Wakanda por siempre, Avatar: El camino del agua, Women Talking, Pinocho de Guillermo del Toro o la india RRR consiguieron uno.
Son notorias muchas ausencias, como la de Elvis, Los espíritus de la isla o TAR, que partían con un amplio número de nominaciones y sonaban como favoritas en muchas de ellas. Pero creo que la que más duele es la de Steven Spielberg y su aclamada ficción autobiográfica Los Fabelman, que también se ha ido de vacío pese a venir consolidándose como una de las propuestas que más han dado que hablar durante la carrera de premios.
Pero no solo es doloroso por la calidad película en sí, sino por el ninguno que la Academia de Hollywood lleva realizando a Spielberg desde hace más de dos décadas y porque una propuesta de estas características, donde el cineasta desgrana su vida, su pasión por el cine y el devenir de acontecimientos que le condujeron a Hollywood, era la ocasión perfecta para honrar el que posiblemente sea uno de los legados más importantes de la historia del cine.
Para empezar, los Óscar llevan sin dar un premio a Spielberg desde 1999, cuando se hizo con la victoria en la categoría de Mejor Dirección gracias a Rescatando al soldado Ryan. Desde entonces, han sido muchas las nominaciones que ha obtenido con películas como Munich, Caballo de guerra, Lincoln, Puente de espías, The Post: Los oscuros secretos del Pentágono o West Side Story, pero debiendo conformándose con premios interpretativos, técnicos o yéndose de vacío. Hay años que es comprensible debido a la fuerte competencia de unos galardones de estas características, pero en otras ocasiones uno termina la gala preguntándose cómo es posible un director de semejante prestigio, con una película sobresaliente bajo el brazo, pase sin pena ni gloria entre los ganadores.
Me ocurrió en la pasada edición con su remake de West Side Story, la que fue mi película favorita de 2021 junto con El último duelo de Ridley Scott. Fue un shock ver que una cinta con tantas virtudes cinematográficas, que desprendía tanta emoción o que revivió la grandeza del cine en la gran pantalla en una época donde la pandemia nos sumergió en el streaming, se tuviera que conformar con un único premio a Ariana DeBose a Mejor Actriz de Reparto. Pero esta sensación se ha intensificado este año con The Fabelman, porque, además de ser otra exhibición del esplendor del séptimo arte a nivel narrativo y en ejecución, estábamos ante una historia que nos lleva a los sentimientos más profundos del cineasta, a aquello que dio rienda suelta a muchos de los más grandes fenómenos que ha vivido la industria.
Y es que hablamos de uno de los directores más influyentes de Hollywood, a quien debemos algunas de las franquicias más exitosas de todos los tiempos como Indiana Jones o Jurassic Park, que nos ha emocionado, hecho llorar y soñar con títulos como El color púrpura, Rescatando al soldado Ryan, La lista de Schindler, E.T. El extraterrestre o Encuentros en la tercera fase, entre muchos otros. Y como tal, sorprende mirar los reconocimientos de la Academia de Hollywood y ver que, con un número amplísimo de nominaciones y siendo aclamado en un no parar de ocasiones por crítica y púbico, únicamente ha sido galardonado en los 90 por La lista de Schindler y Rescatando al soldado Ryan.
Por esta razón, Los Fabelman, que a fin de cuentas es una versión ficcionada de la infancia y adolescencia de Spielberg, era la ocasión perfecta de los Óscar para honrar toda su carrera y saldar la deuda de las muchas veces que pudo merecer ganar. Claro, un rival tan fuerte como Todo en todas partes al mismo tiempo era difícil de batir, sobre todo valorando el fenómeno que despertó en Estados Unidos y lo fresca que se ha mantenido en la carrera de premios pese a estrenarse hace un año. No obstante, unos galardones repartidos, con la cinta de los Daniels coronando la noche y Spielberg ganando en dirección o guion teniendo su merecido homenaje, hubiera sido el ingrediente idóneo. Y es que difícil no entristecerse de que un trabajo tan importante para Steven Spielberg como Los Fabelman se haya ido de vacío, sin un solo Óscar en sus manos.
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