La vez que un elefante destrozó el capricho más lujoso de 'Indiana Jones y el templo maldito'
Los nostálgicos pueden ir preparando las palomitas de maíz porque falta muy poco para el estreno de Indiana Jones y el Dial del Destino. La quinta y última película de la saga protagonizada por Harrison Ford llegará a los cines el 29 de junio, después de su debut en el Festival de Cannes el 18 de mayo. Pero antes de que podamos ser testigos de la despedida al arqueólogo más intrépido del cine, aquellos que quieran revivir la magia de Indy podrán hacerlo en Disney+, donde incluirán todas las películas a partir del 31 de mayo. Por eso, y para ir calentando motores, recordamos una anécdota insólita de Indiana Jones y el templo de la perdición prácticamente desconocida.
Porque rodar películas en parajes exóticos tiene sus ventajas, así como mayor credibilidad en historias trepidantes de aventuras y un apartado visual realista y vivaz que difícilmente se conseguiría en estudios de rodaje. Pero llevar una producción a plena naturaleza no está exento de dificultades y disgustos, y si no que se lo digan al equipo de la segunda entrega de Indiana Jones, que en su periplo por selvas asiáticas vieron cómo uno de los materiales más lujosos e irremplazables de la película terminó sufriendo un destino fatal.
Así se cuenta en el making of de la película, donde Anthony Powell, diseñador de vestuario de esta segunda aventura del personaje de Harrison Ford, recordó el vestido glamuroso que Kate Capshaw, coprotagonista del film, lució para las secuencias iniciales. Si hacemos memoria, El templo de la perdición abría con su elegante y mítica escena del club de Shangai, donde, más allá de disfrutar de jugosas peleas y persecuciones, pudimos ver a Capshaw lucir una hipnótica vestimenta roja llena de lentejuelas, piedras y un brillo cegador cuyo valor parecía incalculable. Y en verdad lo era.
La idea era diseñar un vestido que remitiera a los años 30, donde tiene lugar la acción de la película. No obstante, Powell quería que fuera lo más veraz posible y no se conformó con recrear algún diseño de antaño, sino que quiso utilizar material original de aquella época. Para ello, contactó con la diseñadora Barbara Matera, conocida por estar detrás del vestuario de obras de Broadway como A Chorus Line, Follies, El rey león, Wicked o Mamma Mia y poseedora de una colección de piedras y lentejuelas de las décadas de 1920 y 1930.
Conseguir un material de estas características no debió de ser barato, aunque el inconveniente de diseñar un traje de estas características no tuvo nada que ver con el precio, sino con el número tan limitado de piedras brillantes con las que contaban. Para los rodajes, normalmente se crean varias piezas de recambio por cualquier improvisto o ajustes de producción que puedan surgir, ya sea por manchas accidentales, rupturas o la necesidad de caracterizar a dobles y especiales, pero en este caso, ante la imposibilidad de obtener más material de tantos años atrás, fue imposible.
“Lo encargué a Barbara Matera en Nueva York. Estaba completamente hecho con piedras y lentejuelas originales de las décadas de 1920 y 1930 que Barbara había estado coleccionando durante años”, explicó Powell en el making of de Indiana Jones y el Templo de la perdición. “Esto significaba que solo había suficiente material para hacer un vestido”.
No fue un contratiempo al que dieran importancia, puesto que el vestido solo se iba a ver en una escena al principio de la película y no iba a requerir de un uso intensivo que lo pusiera en riesgo. Pero las probabilidades de sufrir un percance nunca son nulas, y la prenda sufrió un accidente un tanto fuera de lugar que pocos hubieran previsto.
Y es que el rodaje se reorganizó, haciendo que la escena del club de Shangai se retrasara hasta el final de la producción y que su material rondara por el set más tiempo de lo estipulado. Al tener que transportar los utensilios y prendas entre diferentes tomas y localizaciones, el traje terminó por las selvas asiáticas mientras se grababan algunas de las secuencias más aventureras de El templo de la perdición.
Pero, aunque no se utilizara, el llevar un material tan único y lujoso como el que lució Kate Capshaw a un lugar inhóspito no es de sentido común, pero que a alguien decidiera dejarlo colgado de una rama, como bien sucedió, es una idea aún más terrible que le hizo sufrir un destino un tanto insólito.
Ocurrió que, durante una de las jornadas nocturnas del rodaje, mientras se reorganizaba el material para la grabación y el equipo descansaba junto a una hoguera, un elefante hizo acto de presencia y su atención fue hacia el reluciente y rojizo brillo del vestido. El animal debió de pensar que era comida, porque cuando el equipo se dio cuenta de su presencia la prenda estaba en su boca y se había comido toda su parte trasera.
“Pensé que eso no sería un problema, ya que el vestido solo se usó en una escena. Pero luego, todo el programa se reorganizó”, continuó Powell. “Estábamos filmando de noche, Harrison y Kate estaban sentados junto a una pequeña fogata y el vestido estaba colgado sobre la rama de un árbol. Miré y un elefante estaba comiendo tranquilamente toda la espalda del vestido”.
Con el traje destrozado y sin posibilidad de reponer el material faltante, hubo que buscar alternativas para grabar la escena. Powell cuenta que volvieron a contactar con Barbara Matera, le pidieron que regresara con urgencia al rodaje y le ofrecieron las lentejuelas y piedras restantes para que intentara reconstruir la pieza de vestuario. Por suerte, cuando se cuenta con talento es fácil encontrar una solución, y viendo la película podemos comprobar la opción por la que se decantó.
Durante la escena del club de Shangai se puede ver que Kate Capshaw tiene la espalda al aire, con la parte trasera del vestido con recortes de trazado curvado y motivos dorados que consiguen ocultar el destrozó que realizó el elefante. El resto de la prenda continúa luciendo sus lentejuelas y brillos, aunque se aprecian zonas menos pobladas de las piedras antiguas. Aun así, consiguieron salir airosos de una situación que les podría haber dejado sin el que posiblemente sea el vestido más lujoso y elegante de las películas de Indiana Jones. Y la secuencia, una de las más recordadas de la franquicia, no hubiera sido tan fastuosa.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.
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