El infierno de 'Alien 2: El regreso' entre un motín y la hora del té

La actriz estadounidense Sigourney Weaver en el set de la película Alien 2: El regreso, dirigida por James Cameron. (Foto: Bob Penn/Sygma/Sygma vía Getty Images)
La actriz estadounidense Sigourney Weaver en el set de la película Alien 2: El regreso, dirigida por James Cameron. (Foto: Bob Penn/Sygma/Sygma vía Getty Images)

Hay clásicos del cine que tenemos en tanta estima que nunca hubiéramos imaginado que su producción pudo ser un completo infierno. Puede ser el caso de Alien 2: El regreso, la secuela de la cinta de ciencia-ficción de Ridley Scott de 1978 para la que James Cameron tomó el testigo casi una década más tarde. Y es que hablamos de una continuación que se considera incluso mejor que la original, con mayor dosis de tensión y acción y una expansión de su universo fílmico que consolidó a Alien como una de las franquicias más aclamadas de Hollywood. Sin embargo, detrás de su realización se esconde una historia realmente caótica, con un rodaje que se turnó catastrófico a causa del estilo de trabajo de su director.

No hay duda de que James Cameron es uno de los realizadores más prolíferos de Hollywood. Estar detrás de éxitos como Titanic o Avatar no es un logro al alcance de cualquiera, pero, como cualquier ser humano, no ha estado exento de errores a la hora de gestionar algo tan grande como la producción de un blockbuster, especialmente al comienzo de su carrera. Alien 2 fue su tercera película, pero el rodar por primera vez fuera de Estados Unidos, en un país con un estilo de vida laboral tan diferente como Reino Unido, le complicó las cosas más de lo que le habría gustado.

Mientras que en Estados Unidos la dedicación al trabajo está en los genes de su sociedad, en la cultura británica no hay hueco para tanto entusiasmo capitalista. Al igual que en muchos países de Europa, las jornadas intensas y sin descanso, como las que Hollywood a veces impone para cumplir calendarios de rodaje ajustados, son prácticamente inviables. Los trabajadores exigen sus paros y en caso de Reino Unido hasta su sagrada hora del té, lo que fue un shock enorme para un director como Cameron. De hecho, hasta llegó a calificar al equipo de Alien 2 como “vago, insolente y arrogante” y a generar un ambiente tan tenso que derivó a un motín en medio de las grabaciones en Pinewood Studios, en Buckinghamshire.

Los actores estadounidenses Paul Reiser y Sigourney Weaver con el director y guionista canadiense James Cameron en el set de la película Alien 2: El regreso. (Foto de Twentieth Century Fox Film Corporation/Sunset Boulevard/Corbis vía Getty Images)
Los actores estadounidenses Paul Reiser y Sigourney Weaver con el director y guionista canadiense James Cameron en el set de la película Alien 2: El regreso. (Foto de Twentieth Century Fox Film Corporation/Sunset Boulevard/Corbis vía Getty Images)

Así se cuenta en el libro The Futurist: The Life and Films of James Cameron de Rebecca Keegan (a través de SlashFilm), donde se publican declaraciones del propio Cameron, de actores como Bill Paxton o del responsable de efectos especiales Stan Winston. "Jim fue como un tornado golpeando Pinewood Studios", dijo Paxton a la publicación. "La gente del equipo estaba acostumbrada a sus descansos a las 10:00 y a las 14:00. Iban al pub en grupo a la hora del almuerzo y estaban listos para terminar a las 17:00".

Aunque lo que de verdad chocó al director fue la fiereza con la que defendían tener su hora para el té. Según Winston, cuando la puerta del set se abría y aparecía el carro con la tetera, todo el equipo dejaba automáticamente de trabajar y se marchaban abalanzados a tomar su deseada taza, lo que derivó en estropicios como dejar máquinas en funcionamiento o derramar el humo de los efectos especiales. "Me sorprendió cuando en un momento de la mañana todos se habían ido", me quede como, ‘¿Hola? ¿Dónde están todos?’", recordaba el responsable de efectos.

“Estábamos impactados de trabajar con gente a la que simplemente no podía importarle menos la película en la que estaban trabajando", dice Cameron. "El equipo de Pinewood era vago, insolente y arrogante. Había algunas luces brillantes entre los jóvenes del departamento de arte, pero en su mayor parte, los despreciamos y ellos nos despreciaron", reflexionaba el director sobre lo ocurrido.

La gota que colmó el vaso fue la mala relación profesional del director con Derek Cracknell, primer asistente de dirección, y Dick Bush, director de fotografía. El primero sentía que podía gestionar mejor el rodaje y el segundo tuvo serias diferencias artísticas con Cameron. Al tratar de imponer su criterio, la grabación sufrió serios retrasos, que sumado a la falta de adaptación a la vida laboral de Reino Unido se tradujo en un ritmo muy por debajo de lo estipulado en plan de rodaje y el presupuesto.

La actriz estadounidense Sygourney Weaver con el director y guionista James Cameron en set de la película Alien 2: El regreso. (Foto: Bob Penn/Sygma/Sygma vía Getty Images)
La actriz estadounidense Sygourney Weaver con el director y guionista James Cameron en set de la película Alien 2: El regreso. (Foto: Bob Penn/Sygma/Sygma vía Getty Images)

El cineasta, junto a la productora y por aquel entonces su mujer Gale Anne Hurd, tomó la decisión drástica de despedir a Cracknell y Bush. Y el equipo de la película no se quedó de brazos cruzados. Decidieron parar y hacer un motín para exigir mayor sensibilidad hacia ellos y su trabajo, lo que puso ante las cuerdas al director. Su primera solución fue buscar nuevos profesionales para terminar el rodaje, una misión imposible debido a que pocos tenían disponibilidad inmediata en Reino Unido. Consecuentemente, contactó con 20th Century Fox para intentar llevar la producción a Estados Unidos, pero su mujer le disuadió de esa idea.

"Fue, hasta el día de hoy, el momento más difícil de toda mi carrera", dijo Hurd en las declaraciones que aparecen en el libro The Futurist: The Life and Films of James Cameron. “En lugar de intentar reemplazar a su equipo, los jóvenes cineastas reunieron a todos en el plató para una reunión. Cameron se dirigió al grupo con su característica franqueza”.

"Mira, esta es una película muy importante para mí", dijo, tal como Hurd recuerda. "Esta es mi primera película de estudio. Tenemos un calendario de rodaje casi imposible y necesito la ayuda de todos. No puedo hacer esto por mi cuenta. Pero tampoco puedo tener una situación en la que parezca que el equipo está trabajando para demostrar que el esfuerzo será un fracaso. Si tienes un problema con eso, tienes que dar un paso adelante porque tenemos que reemplazarte".

Según se relata, la reunión duró varias horas con los trabajadores expresando sus muchas quejas sobre las condiciones laborales. Tras casi una jornada negociando, Cameron accedió a ser más sensible, especialmente con los descansos y con momentos tan irremplazables para los ingleses como la hora del té. A cambio, el equipo técnico y artístico de Alien 2: El regreso se comprometió a apoyarlo en cada una de sus decisiones en rodaje.

Y si bien la publicación matiza que nunca se desarrolló un sentimiento de calidez entre ambas partes, terminaron creando una de las películas de ciencia ficción mejor valoradas de los años 1980s.

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