La pesadilla de 'Adorable criatura', un éxito infantil que avergonzó a sus creadores

Recorte del póster de 'Adorable criatura' (Foto: Universal Pictures)
Recorte del póster de 'Adorable criatura' (Foto: Universal Pictures)

Los 90 fueron una época dorada para las comedias familiares, sobre todo para las historias de niños realizando travesuras por doquier. No hay más que fijarse en clásicos como Mi pobre angelito, donde Macaulay Culkin hizo la vida imposible a los ladrones que asaltaban su casa y obtuvo uno de los mayores éxitos de taquilla de todos los tiempos. Aunque el mismo año de su estreno, a raíz de los buenos resultados que ya cosechaba el género en los 80 con títulos como Parenthood, surgió otra cinta que llevó esta fórmula a un nivel más bestial.

Hablo de Adorable criatura, la película sobre aquel temible niño llamado Junior que tras ser devuelto una y otra vez al orfanato llegaba al seno de una familia con travesuras extremas. Siempre se habla de esta comedia como la hermana menor de Mi pobre angelito, aunque lo cierto es que también fue uno de los films más rentables de 1990 y generó una franquicia de tres películas y una serie que dio mucho que hablar. Y no era para menos, porque su humor, que muchas veces traspasaba el terreno de lo familiar para volverse muy adulto, fue un auténtico shock.

Este hecho tiene explicación, ya que Adorable criatura no fue concebida como una película infantil. De hecho, hubo quien planteó el proyecto como una producción de terror. Así lo contaron sus guionistas, Scott Alexander y Larry Karaszewski, durante una intervención en 2014 con el podcast Amazing Colossal, donde señalaron que su intención siempre fue escribir una comedia negra y adulta basándose en una historia real. Sin embargo, los planes del estudio, Universal Pictures, cambiaron en medio de la producción. Y no solo se tradujo en esta mezcla extraña entre el humor familiar y extremo, también en consecuencias que avergonzarían a sus creadores durante toda su carrera.

“Leímos un artículo en la prensa sobre un niño problemático”, afirmaban Alexander y Karaszewski, también conocidos por sus colaboraciones con Tim Burton en películas como Ed Wood o Big Eyes. “Era sobre una pareja que estaba denunciando a una agencia de adopción. Esto ocurrió en el condado de Orange, California, y básicamente adoptaron a este niño, lo llevaron a casa, empezó a hacer travesuras, su vida se volvió horrible y luego descubrieron que el niño había sido adoptado como unas 15 veces y que en todas ellas actuó como si estuviera loco. Y realmente lo estaba.

Los guionistas se refieren a un artículo de Los Ángeles Times de 1988 titulado “An Adopted Boy… And Terror Begins” (Un niño adoptado… Y comienza el terror), donde se hablaba del caso de un niño con graves problemas de salud mental y tendencias violentas que propició su repetida devolución a la agencia de adopción. Fue una historia que Hollywood tuvo en el punto de mira y que muchos presentaron como un relato de terror similar a La profecía, pero Alexander y Karaszewski marcaron la diferencia, porque dentro de la oscuridad que rodea la historia no se puede negar que es un tema inusual con posibilidades de todo tipo. Como bien detallan, su intención fue crear una sátira adulta que respondiera a la pregunta “¿Qué pasa si realmente no todos los niños son buenos?”, pero su plan fue frustrado y se convirtió en una pesadilla.

El proyecto, que supuso el debut de Scott Alexander y Larry Karaszewski en Hollywood, convenció a Universal, sin embargo, una vez comenzada la producción, el estudio no vio del todo clara su viabilidad comercial. Valorando el éxito de las comedias familiares, en pleno rodaje reescribieron la película y regrabaron infinidad de escenas para obtener un producto apto para todos los públicos y alcanzar mejores resultados de taquilla. Según sus creadores, volvieron al rodaje hasta 11 veces y el resultado final terminó por avergonzarles a ellos y al resto del equipo creativo. De hecho, cuentan que terminaron una reunión llorando tras valorar que una película que consideraban terrible sería su carta de presentación como guionistas.

“Todos estaban muy avergonzados porque era una producción bastante vergonzosa. Volvimos a filmar esa película unas 11 veces. Justo después de su estreno, Tom Paul, presidente de Universal, dijo que era su título más rentable de 1990”, continuaban. “Llegamos a llorar en una de esas lecturas de guion. Lloré con el reparto y el equipo, lo hice. Era nuestra primera película y era terrible. Estábamos muy tristes”.

Adorable criatura recaudó 72 millones de dólares en taquilla, que ante un presupuesto de solo 10 fue uno de los mayores éxitos de aquel año. Pero esto no evitó que Scott Alexander y Larry Karaszewski siguieran pensando que su trabajo era espantoso. Y no es de extrañar, porque a pesar de su éxito comercial fue un título que la crítica destrozó y les trajo la desconfianza de Hollywood para proyectos más serios. De hecho, mirando su filmografía es fácil percatarse de que salvo sus trabajos con Tim Burton estuvieron limitados a comedias de bajo nivel.

En su intervención en el podcast se declaran sorprendidos de que hoy se considere un clásico del cine, pero destacan que con el tiempo han terminado teniéndole cariño. Este cambio de parecer se debe a su contacto profesional con personas que crecieron con Adorable criatura, con niños de los 90 que hoy son adultos que se entusiasman por conocer a los creadores de un título que les marcó en su infancia. Aún siguen creyendo que es un “desastre”, pero se sienten orgullosos de haber creado una de las “muy pocas películas para niños con un humor negro y loco”.

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