Elizabeth Debicki descubrió cómo se habría sentido la princesa Diana en el rodaje de 'The Crown'

Elizabeth Debicki vuelve a interpretar a la princesa Diana en la sexta y última temporada de The Crown, después de haber reemplazado a Emma Corrin en la tanda anterior. En esta ocasión, el final de la exitosa serie de Netflix se acerca a la etapa de mayor persecución mediática que vivió Lady Di, ya separada del príncipe Carlos y en pleno ascenso como personaje público, por su cuenta y lejos de la familia real, hasta su muerte en 1997. Sin embargo, la actriz británica no solo vivió la experiencia como un trabajo interpretativo más de su carrera, sino que durante las grabaciones de esta última temporada, descubrió en sus propias carnes la sensación “increíblemente invasiva” que sufrió la princesa acechada constantemente por paparazis.

Peter Morgan, el creador de The Crown -que ya había escrito el guion de La reina (la película de 2006 sobre Isabel II que le valió el Oscar a Helen Mirren como Mejor Actriz)- se lanzó al vacío cuando diseñó una serie que, desde el principio, se sabía que iba a necesitar el cambio de actores cada ciertas temporadas. No le quedaba otra si quería repasar el reinado de Isabel II y nadie sabía si la apuesta iba a convencer al público. Pero se arriesgaron y salieron ganando. Porque The Crown ayudó a que la industria del entretenimiento comenzara a tomar en serio a la plataforma, consiguiendo su primer Emmy a Mejor Serie Dramática en 2021 y gracias a una serie que estaba a la altura de provocar las mismas reacciones que servicios consagrados como BBC y HBO.

The Crown nunca pasó desapercibida con ninguna temporada, generando conversación, debate y polémica a través de un repaso que se toma sus libertades a la hora de interpretar las intimidades de la familia real británica. En esta ocasión, la sexta y última temporada cubrirá el reinado de Isabel II entre 1997 y 2005. La primera mitad, que se estrena el 16 de diciembre, se centrará mayoritariamente en Diana (Variety). La segunda, que llegará el 14 de diciembre, volverá a centrar su foco en la reina (Imelda Staunton) y su hijo Carlos (Dominic West), incluyendo su boda con Camilla Parker Bowles (interpretada por Olivia Williams) y la adolescencia de Harry y William. Sin embargo, la parte que le tocó a Elizabeth Debicki no habría sido nada fácil.

LA EXPERIENCIA ‘DESAGRADABLE’ DE ELIZABETH DEBICKI

La actriz de 33 años interpreta a la princesa en sus últimas semanas de vida, cuando se había convertido en una de las mujeres más fotografiadas del mundo a través de su trabajo activista y el interés masivo que rodeaba a su figura. Al parecer, la serie mostrará cómo fue aquella etapa en donde los paparazis buscaban la manera de captar fotografías íntimas y personales que podrían valer su peso en oro. Un acecho que, finalmente, derivó en una persecución que se saldó con su vida en un túnel de Paris en 1997.

Elizabeth Debicki revela que el acecho mediático fue una experiencia “difícil de recrear” en la última temporada. Lo contó en una entrevista para Netflix (realizada antes de la huelga de actores), vía Variety, asegurando que fue “pesado, muy maníaco e increíblemente invasivo”.

“Tenía una especie de presión”, explica. “A veces era casi como una respuesta anómala a ser perseguida por tantos actores que interpretaban a la prensa, porque no hay ningún lugar al que puedas ir y sólo tienes que estar en una situación así durante aproximadamente un minuto, antes de darte cuenta de que es completamente insoportable”.

La intérprete describió que la situación de intentar “ir de un lugar a otro” mientras era perseguida por un “enjambre”, la hizo sentirse “muy atrapada”. “Es una experiencia realmente desagradable”, continuó. “Es realmente horrible tener tanta gente gritándote y queriendo algo”, añadía para entonces reflexionar que tuvieron que dejar que sucediera en las grabaciones porque les parecía una parte "muy importante de la historia que contar”.

Y al leer sus palabras enseguida me volvieron a la mente las sensaciones de exasperación y claustrofobia que todavía provocan los diferentes vídeos que circulan en documentales, reportajes y redes, en donde Diana padecía el acecho de los flashes sin descanso.

EL ACECHO DE LOS PAPARAZIS

Para que nos hagamos una idea de la profundidad masiva del acecho de paparazis que padeció la princesa de Gales, a los fotógrafos llegaban a ofrecerles hasta 500.000 libras esterlinas (656.000 dólares) -incluso por fotografías granuladas-, según publicó The Guardian. El Daily Mail, por su parte, reportó que uno de sus perseguidores más famosos, Jason Fraser, ganó más de 1 millón de libras (1,3 millones de dólares) vendiendo fotografías de Diana con Dodi Fayed. En resumen, como dijo su hermano Charles Spencer en su funeral, Diana fue “la persona más perseguida de la era moderna”.

En otras palabras, perseguir a Diana y captarla en fotografías, era un negocio. Uno que ha sido analizado, criticado y culpado por su muerte desde entonces. Incluso el príncipe Harry señaló a los paparazis y a la prensa mediática como responsables, diciendo en un documental de BBC titulado Diana, 7 days que “lo más difícil de aceptar” tras su muerte es que “la gente que la perseguía en el túnel eran las mismas personas que estaban tomándole fotos mientras moría en el asiento trasero del auto”. Añadía que, según personas allegadas, supieron que Diana sufrió “un golpe severo” en la cabeza pero que seguía viva en ese momento “y esas personas que causaron el accidente, en lugar de ayudarla estaban tomándole fotos”.

Y existen muchos vídeos que reflejan la presión del acecho que ahora Elizabeth Debicki habría experimentado al interpretarla. Como uno donde, estando de vacaciones en el Caribe con una amiga, se vio rodeada de fotógrafos y les gritó “¡Vamos, piérdanse!” O cuando estaba en un viaje familiar con sus hijos en un centro de esquí en Austria, con las cámaras apuntando contantemente.

Como recordó Harry en su serie documental de Netflix, Enrique y Meghan, se acercó a los fotógrafos pidiendo que respetaran el espacio de sus hijos, que quería protegerlos, pero el paparazi en cuestión le dice si puede tomarle una foto a William a cambio.

“Mi mamá fue acosada durante su vida como mi papá”, dijo el príncipe. “Pero después de separarse, el acoso se fue a otros niveles. En el momento que se divorció, que dejó la institución, estaba sola. Puede haber sido la una de las mujeres más influyentes y poderosas del mundo, pero estaba completamente expuesta. Vi cosas, experimenté cosas, aprendí cosas”, sentenciaba.

Y así muchos vídeos más donde podemos verla tapándose la cara con una raqueta de tenis, sin poder ver hacia adelante, mientras los flashes no cesan; corriendo por las calles para huir de los fotógrafos, llorando en su auto con los fotógrafos encima o gritando a uno de ellos “¡Hacen que mi vida sea un infierno!” (vía Time).

Es cierto que la princesa Diana tuvo una relación ambivalente con los medios, señalando a los tabloides y fotógrafos de no permitirle tener una vida normal, pero también sacando provecho de la prensa cuando necesitaba la atención mediática, como habría sido su polémica entrevista a Panorama o momentos personales donde parecía estar posando. Como, según la creencia de algunos, habría sido el caso con las famosas fotografías tomadas en sus últimas vacaciones con Dodi Fayed en un yate de St. Tropez.

Y ahora, 26 años después de su fallecimiento, The Crown volverá a sacar a la luz ese acecho que tanto marcó la historia de su muerte y el debate de la ética periodística -o ausencia de ella-. Y si tenemos en cuenta las palabras de su protagonista, explicando lo difícil que fue revivirlo, incluso desde la ficción, es probable que la serie despierte la empatía del mundo otra vez hacia esa princesa jamás olvidada.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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