Elvis y Priscilla, lo que sus películas no cuentan sobre el fin de la relación

Priscilla Presley fue una figura clave en la supervivencia del patrimonio de Elvis

La historia de Elvis Presley y Priscilla no terminó con el divorcio de 1973. (Foto de Michael Ochs Archives/Getty Images)
La historia de Elvis Presley y Priscilla no terminó con el divorcio de 1973. (Foto de Michael Ochs Archives/Getty Images)

Todas las relaciones de amor tienen dos versiones, según las experiencias, emociones e impresiones de cada uno. Y en el caso de Elvis y Priscilla Presley, el mundo del cine se encargó de repasarlas desde visiones completamente opuestas. Elvis de Baz Luhrmann retratando la imagen de un Rey del Rock manipulado por su manager, utilizado y explotado a pesar de sus demonios y vicios donde su esposa era un mero peón secundario. Un daño colateral intrascendente. Pero en Priscilla de Sofia Coppola –actualmente en cines– la historia se gira por completo para contarnos la intimidad de la pareja desde los ojos de la única esposa del cantante. La mujer que vivió en su sombra desde que era adolescente, convertida en una muñeca viviente que Elvis moldeaba a su gusto y antojo. Hasta que ella misma dijo basta.

Cada película relata una historia que parte desde aristas diferentes. Cada una certera a su manera pero con propósitos narrativos completamente distintos. Sin embargo, a pesar de tratarse de obras basadas en historias reales, ambas omiten uno de los detalles más importantes en la unión de Elvis y Priscilla tras el divorcio y muerte de Presley.

“No me divorcié de Elvis porque no lo amara, era el amor de mi vida”, dijo Priscilla Presley en Loose Women en 2016. “En todo caso, me fui porque necesitaba saber cómo era el mundo. Pero lo maravilloso de nuestra relación es que todavía nos amábamos”. Eso es precisamente lo que refleja Priscilla a partir de las memorias que la exesposa publicó en 1985 tituladas Elvis and me. En la película protagonizada por Cailee Spaeny y Jacob Elordi descubrimos una historia de amor sumida en la inseguridad de la complacencia e inmadurez bajo el yugo de un hombre que era diez años mayor, más controlador y con el poder absoluto de ser una de las grandes estrellas del planeta.

Jacob Elordi como Elvis Presley y Cailee Spaeny como Priscilla Presley en 'Priscilla' de Sofía Coppola (Foto: cortesía de Mubi)
Jacob Elordi como Elvis Presley y Cailee Spaeny como Priscilla Presley en 'Priscilla' de Sofía Coppola (Foto: cortesía de Mubi)

Priscilla se adentra en los detalles que Elvis omitió mencionar, como que ella tenía 14 años y el cantante unos 24. Pero, sobre todo, ofrece una mirada íntima hacia la adolescente que vivía aislada del mundo real, pisando la sombra de Elvis, vistiéndose, maquillándose, cambiándose el color de pelo y pensando como él dictaba. Después de 14 años del primer encuentro (seis de matrimonio) fue ella la que puso el fin a la relacion. En Elvis lo muestran como una decisión empoderada. En Priscilla es una conclusión que ella toma a pesar del amor que siente debido a los vicios y problemas del cantante que descuida el matrimonio. Priscilla había empezado a vivir su vida y estaba lista para borrar la sombra.

“Tenía que tomar responsabilidad por mí misma”, dijo a Barbara Walters en 1985. Y así, al dejar a Elvis, “encontró a Priscilla”.

El amor que salvó el legado de Elvis: la mano de Priscilla

El divorcio fue una separación rodeada de amor. Hasta el juez que los separó les dijo que le pareció que estaba oficiando un matrimonio y no un divorcio al verlos tomados de la mano en su oficina antes de firmar los papeles. Incluso fueron captados saliendo del juzgado todavía de la mano.

Y es que la relación después del divorcio fue positiva. “Fue como si nunca nos hubiéramos divorciado”, dijo Priscilla a People en 1978. “Elvis y yo todavía nos abrazábamos, todavía teníamos amor. Decíamos cosas como ‘Mami dijo esto’ y ‘Papi dijo aquello’. Eso ayudó a Lisa a sentirse estable. Nunca hubo discusiones ni amargura”.

Elvis Presley, Priscilla y Lisa Marie cuando solo tenía cuatro días de vida el 5 de febrero de 1968. (Foto de Michael Ochs Archives/Getty Images)
Elvis Presley, Priscilla y Lisa Marie cuando solo tenía cuatro días de vida el 5 de febrero de 1968. (Foto de Michael Ochs Archives/Getty Images)

Sin embargo, el detalle más importante que omiten Elvis y Priscilla es que fue ella quien salvó el legado del Rey del Rock a pesar de las infidelidades, el control ejercido sobre ella y la separación.

El testamento de Elvis nombraba a su padre Vernon como albacea de su patrimonio y a su única hija Lisa Marie como heredera. Sin embargo, antes de morir en 1979, Vernon pasó sus responsabilidades a Priscilla, el contador de Elvis, Joseph A. Hanks y un banco. Seria su labor mantener el patrimonio hasta que Lisa cumpliera los 25 años en 1993. Sin embargo, Priscilla descubrió una terrible verdad: cuando llegara ese momento no quedaría nada.

La exesposa se enteró sin anestesia que Elvis no había planificado muy bien sus finanzas y que su legado financiero, y por ende la supuesta riqueza futura de su hija, pendía de un hilo. Ella nunca se había involucrado en presupuestos ni finanzas durante sus seis años casada con Elvis, pero sabía que el cantante gastaba a lo loco comprando y haciendo regalos a sus amigos. Incluso a desconocidos. (Los Angeles Times)

Según Cheat Sheet, cuando Priscilla tomó control, el mantenimiento de la mansión de Graceland había dejado la fortuna de Elvis en tan solo $1 millón. Una cifra impactante para haber sido el artista más vendido de la historia. Solo la mansión de Graceland costaba 480.000 dólares al año en impuestos, seguros y la seguridad de 24 horas que vigilaba la tumba de Presley. Sin álbumes ni películas nuevas, la herencia solo descendía, colocando presión sobre Priscilla para que vendiera la emblemática mansión.

Elvis Presley en su mansión de Graceland alrededor de 1957. (Foto de Michael Ochs Archives/Getty Images)
Elvis Presley en su mansión de Graceland alrededor de 1957. (Foto de Michael Ochs Archives/Getty Images)

Sin embargo, Priscilla optó por otro camino: contrató la ayuda de un corredor de bolsa llamado Jack Soden y abrió Graceland como atracción turística. La legendaria propiedad comenzó a recibir visitantes en junio de 1982, con tours y visitadas guiadas para los curiosos y fans del rey del rock. No solo eso, la empresa fundada para gestionar este negocio adquirió el alquiler a largo plazo de una propiedad en la calle de enfrente donde solo podían vender merchandising de Elvis. Cuando el contrato expiró lo convirtieron en un museo en 1987 y luego lo compraron en 1993, nombrándolo Plaza Graceland.

Según Market Realist (vía The Things), bajo el liderazgo de Priscilla, el patrimonio de Elvis pasó a estar valorado en $100 millones en los diez años siguientes de abrir la mansión.

Con esta decisión comercial, Priscilla salvó el patrimonio de Elvis que terminó heredando su hija hasta su muerte en enero de 2023 a los 54 años y que ahora controla su nieta, la actriz Riley Keough, tras llegar a un acuerdo con su abuela en 2023 siendo nombrada fideicomisaria única.

Según Forbes, Elvis fue la segunda persona fallecida mejor pagada de 2023 habiendo amasado otros $100 millones a través de las visitas a la mansión (unos 600.000 visitantes en doce meses), merchandising, etc. Y todo gracias a la jugada de Priscilla.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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