La actriz infantil de 'Esposas desesperadas' expone el trauma vivido tras la sombra del éxito
Madison de la Garza tenía 6 años cuando debutó como actriz en Esposas desesperadas (también conocida como Amas de casa desesperadas en Argentina). Interpretó a Juanita Solís, la hija del personaje de Eva Longoria a partir de la quinta temporada, entrando en la historia cuando la serie saltaba cinco años en el tiempo. Sin embargo, en lugar de disfrutar de la experiencia formando parte de una serie de éxito siendo tan pequeña, terminó desarrollando un trastorno alimenticio a raíz del ciberbullying (o ciber abuso) que sufría en Internet. Con tan solo 7 años.
Madison, que además de actriz también es directora y medio hermana de Demi Lovato, llegó a la serie en un momento de furor, justo cuando los enredos de las vecinas de Wisteria Lane se traducían en una de las ficciones más vistas del planeta (BBC). Apareció en 72 episodios entre su debut en 2008 y el final de la serie en 2012. Y según reveló en el podcast Heart of the Matter (vía EW), apenas un año después de su primera aparición, había comenzado a forzar el hambre incitada por los comentarios agresivos que leía en la red.
Porque a pesar de ser muy pequeña y tener prohibido el uso de las computadoras, De La Garza cuenta que se escapaba entre descansos para conectarse y visitar páginas como TMZ y YouTube durante horas, donde leía comentarios “atroces” sobre su peso. “Las reacciones eran impactantes… Decían cosas como que querían que muriera por mi apariencia”, reveló en el podcast citado. "Fue simplemente horrible, cosas como, 'vaca gorda y fea' y 'Espero que tengas cáncer y mueras porque eres muy gorda'. Cosas horribles, horribles, horribles, horribles y esto fue cuando tenía 6, 7, 8 años."
"Leer comentarios como esos definitivamente afectó mi salud mental y, en última instancia, hizo que desarrollara un trastorno alimenticio a una edad muy temprana... Mis primeros recuerdos de intentar forzarme el hambre, son con 7 años" confesó.
Todos los que vimos Esposas desesperadas en su momento recordamos al personaje de Madison De La Garza porque se trataba de una figura clave en el desarrollo de Gabrielle Solís en la serie. Normalmente la veíamos como una niña con berrinches constantes, viviendo discusiones o momentos de capricho contra su madre. Pero todo esto formaba parte de la relación conflictiva que tenían, dado que Juanita Solís representaba todo lo contrario a Gabrielle. Eran polos opuestos, física, social y mentalmente, chocando todo el tiempo. Sin embargo, la base principal de sus diferencias era precisamente las apariencias.
Porque Gabrielle era una ex supermodelo asfixiada en la presión de las apariencias, aferrándose a la belleza de la juventud finita. Y por eso, el peso y cuerpo de Juanita formaba parte de la narrativa dado que su mera existencia funcionaba como crítica social y broma contra la protagonista. “Esto se hablaba literalmente en el guion de la serie” recuerda Madison en la entrevista. “Toda la broma de mi personaje era que Eva era una modelo delgada y hermosa y su hija había salido siendo todo lo contrario”.
De La Garza explica que Eva Longoria se aseguró de hacerla “sentir especial” con cumplidos y halagos cuando lidiaba con los horrores del ciberbullying. Sin embargo, aquella experiencia siendo víctima del odio online cuando era una niña, fue el comienzo de un problema de salud mental que siguió batallando durante mucho tiempo. Madison continuó trabajando como actriz, apareciendo en sitcoms infantiles y aunque ningún proyecto terminó alcanzando la fama y envergadura de Esposas desesperadas, continuó su pasión artística dirigiendo tres cortometrajes.
En líneas generales cuesta comprender la motivación del odio online, pero más cuando la víctima es un niño. En este caso, una actriz que formaba parte de una serie de éxito a quien los usuarios de sitios web machacaban con críticas a su físico, kilos y apariencia con apenas 7 años. Usuarios que, probablemente, eran mucho más mayores que ella si tenemos en cuenta los sitios web que visitaba y que la audiencia de Esposas desesperadas rondaba un grupo demográfico adulto entre 18 y 49 años (Reuters).
Es cierto que la serie utilizaba su figura como parte del arco narrativo de Eva Longoria, pero cualquier espectador con un mínimo de raciocinio podía distinguir que se trataba de una crítica social contra el adulto -en este caso la madre- que forzaba la diferencia en el hogar. No contra la niña ni sus apariencias.
Madison De La Garza ahora tiene 21 años y cuenta que lleva dos años en recuperación por su trastorno alimenticio y ocho meses de sobriedad, mientras señala a su media hermana, Demi Lovato, por haberla ayudado en el proceso.
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