El choque de Eva Green con Hollywood que habría motivado su misteriosa desaparición
La actriz lleva cuatro años sin aparecer en una producción de Hollywood
Cuando hablamos de los rostros más carismáticos que han desfilado por Hollywood no podemos dejar de lado a Eva Green, la actriz francesa que tras debutar por todo lo alto en Los soñadores de Bernardo Bertolucci en 2003 se abrió hueco en la meca del cine con cintas épicas como Cruzada de Ridley Scott, deslumbrando como chica Bond en Casino Royale o convirtiéndose en musa de Tim Burton.
Durante su trayectoria fue alternando entre proyectos en Hollywood y producciones en su Europa natal. Mientras que en Estados Unidos la vimos destacar en adaptaciones como Miss Peregrine y los niños peculiares, remakes de Disney como Dumbo o secuelas de cintas de prestigio como Sin City 2: Una dama por la cual mataría de Robert Rodríguez, al otro lado del océano sobresalía con la británica Perfect Sense con Evan McGregor, el western danés La salvación con Mads Mikkelsen, la serie de terror Penny Dreadful o el thriller francés Basada en hechos reales de Roman Polanski.
Sin embargo, en los últimos años ha dejado atrás esta dinámica de trabajo, abandonando por completo las grandes producciones hollywoodenses y centrándose en el cine independiente y películas de su país. Es un movimiento extraño, ya que, aunque muchas de sus películas no fueron del agrado de la crítica y se estrellaron en taquilla, su trabajo siempre era ampliamente valorado y se erigía como uno de los rostros femeninos más prometedores de la industria estadounidense.
Por ejemplo, con 300: El origen de un imperio, la criticada continuación del clásico de Zack Snyder de 2007, pocas reseñas dejaban de lado las alabanzas a Green. Medios como Roger Ebert calificaban a la actriz de “intimidante” y publicaciones como Vulture, aun destrozando el film, admitían que jugaba “una carta fantástica” en su personaje y que se debería apostar por una película en solitario de este rol. Pero la misteriosa marcha de la actriz de Hollywood poco tendría que ver con fracasos o críticas, más bien con que la cumbre del séptimo arte no le satisfacía la motivación que siempre persiguió con la interpretación.
EL CAMINO QUE LA LLEVÓ HASTA HOLLYWOOD
Green no empezó a actuar buscando la fama y el reconocimiento, más bien a modo de terapia para calmar la timidez que arrastraba desde pequeña. Tal y como contó en una entrevista en 2016 para W Magazine, desde que su familia y sus profesores la animaron a apuntarse a teatro, ve la interpretación y exposición ante el público como una forma de superar sus límites. “Soy muy tímida y, al mismo tiempo, me expongo literalmente a miles de personas. Realmente no entiendo por qué hago eso. ¡Necesito hacer terapia!”, comentaba sobre esta incongruencia que la ayuda a superar sus miedos.
La actriz lo ejemplificó con su primer papel en Los soñadores, película de alta carga provocativa en la que se expuso en el sentido más amplio de la palabra. Sin embargo, esta cinta despertó un nuevo miedo en ella: ser limitada a un mero objeto sexual en pantalla. De hecho, cuando le ofrecieron ser la nueva chica Bond en Casino Royale rechazó inicialmente la oferta al pensar que optarían por sexualizarla.
“Al principio, cuando se me acercaron, pensé que sería yo usando un bikini y siendo hermosa, así que dije que no haría la audición. Luego me enviaron el guion y vi que Bond se estaba enamorando de mi personaje, que era sensible y estaba llena de secretos. Podría entender eso”, continuaba para W Magazine.
Sin embargo, con el tiempo se dio cuenta de que la obsesión de Hollywood por los desnudos jugaba un papel esencial para cada película que se le ofrecía. “No me gusta hacer escenas de desnudos, son muy incómodas, pero la gente en Estados Unidos está completamente fascinada por ellos. A veces te lo tomas a mal, porque soy algo más que un desnudo. Creen que como soy francesa lo hago muy fácilmente”, dijo en otra entrevista con Vice.
Además, en la actualidad a sus 42 años, ya se ha enfrentado a rechazos porque la industria considera que ya no cumple el ideal de belleza, lo que irremediablemente le ha conducido a sufrir más inseguridades sobre sí misma. “Muchas mujeres dicen: 'Me encontré a mí misma, me siento mucho mejor que cuando tenía 20 años'. Pero todavía quiero que me deseen: ninguna mujer quiere envejecer”, explicaba sobre el tema en una intervención en 2020 con la revista Town & Country (a través de Entertainment Tonight), cuando tenía 39 años. “Ya he oído que soy demasiado mayor para algunos papeles, así que no quiero ser mentirosa y decir: 'Oh, es genial'. Esas personas que dicen: 'Me gustan mis arrugas, es mi belleza interior'... ¡No!”.
Por todo ello, valorando que se inició en la interpretación como método terapeútico para curar su timidez y superar sus límites, es entendible que Green lleve alejada de las grandes producciones de Hollywood desde 2019, desde que la vimos trabajar con Tim Burton en Dumbo. Aunque fuera uno de los rostros más prometedores del cine comercial, ha optado por priorizar cintas independientes y europeas, donde el talento y los retos interpretativos se valoran más que lo meramente superficial de los blockbusters.
Afortunadamente, esto no ha impedido que siga luciéndose a lo grande en pantalla. Ejemplo de ello lo encontramos en películas como la francesa Prometo volver, un drama espacial íntimo en el que volvió a cautivar a la crítica y se llevó la nominación al Premio César a la Mejor Actriz. Además, gracias a grandes producciones de acción y aventura de su país como Los tres mosqueteros, sigue deleitándonos con esa vis misteriosa y oscura con la que nos conquistó en sus grandes títulos hollywoodienses.
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