La vuelta de tuerca de Joaquin Phoenix a 'Napoleón' sorprende más que la acción épica

El ganador del Óscar da la sorpresa con un matiz particular en la película de Ridley Scott

Joaquin Phoenix entrega lo mejor de 'Napoleón'. (Aidan Monaghan; cortesía de Apple TV+)
Joaquin Phoenix entrega lo mejor de 'Napoleón'. (Aidan Monaghan; cortesía de Apple TV+)

Joaquin Phoenix es el encargado de dar vida a Napoleón en la nueva épica de Ridley Scott, que tras adentrarse en los anales de la historia con Gladiador o Cruzada pone ahora el foco en el emperador y militar francés que rebosó de poder en la Europa del siglo XVIII. Desde luego, una tarea titánica valorando lo mucho que abarcó la vida de esta figura histórica, las diversas conquistas que protagonizó y la infinidad de luces y sombras que lo rodearon, pero viniendo de la mano de un actor y un director ganadores del Óscar apuntaba a un reto alcanzable que podría dejarnos una de las mejores películas de 2023.

Desde luego, ambas partes han cumplido con su cometido. Como bien cabría de esperar del responsable de obras maestras como Blade Runner o Alien, el director da al relato la épica y acción que merece. El film está lleno de batallas impactantes con una planificación exquisita y un nivel de violencia realmente estremecedor, sabiendo captar a la perfección la magnificencia y la grandeza que una figura como Napoleón debe infundir en pantalla. Además, en lo que respecta a las tramas palaciegas, donde el film pone el foco en los desafíos matrimoniales de su relación con Joséphine de Beauharnais (Vanessa Kirby), sabe abrazarse a la contención para poder resaltar los conflictos dramáticos.

Aunque lo mejor viene por parte de Joaquin Phoenix.

El reconocido actor de Joker podría haber interpretado a Napoleón Bonaparte ciñéndose a sus conflictos internos y a su afán de grandeza, que es lo que cabría esperar de cualquier representación histórica, pero no es el caso. Además de todo lo anterior, que irremediablemente es necesario para un rol de estas características, Phoenix decide ir un paso más allá y abrazarse al lado excéntrico, a un toque cómico que, aunque en primera instancia pueda chocar y parecer fuera de lugar, encaja a la perfección con la propuesta del film.

JOAQUIN PHOENIX, LA SORPRESA EN PLENA ACCIÓN ÉPICA

Ambientándose en una esfera palaciega, donde reina lo excéntrico, y con un personaje histórico con ambiciones de poder estrafalarias que llevaron a inmensas campañas militares por todo el mundo, creo que este punto de humor es perfecto para abrazarse a la sátira y abordar sus sombras sin caer en un tono excesivamente dramático. A fin de cuentas, la política, los dramas de palacio y los entresijos del poder siempre traen consigo una vertiente estrambótica de la que el film de Ridley Scott no es ajeno, y si le sumamos que es un producto que busca el entretenimiento por encima de la veracidad histórica es totalmente orgánico que Phoenix se haya lanzado a esta arriesgada interpretación.

Me ha recordado al trabajo reciente de Leonardo DiCaprio en Los asesinos de la luna, donde, en medio de la contención que promulga Martin Scorsese tras las cámaras, él apuesta por romper esquemas ciñéndose a tics histriónicos que reflejen la ineptitud de su personaje, que se erige como una marioneta en medio de ese relato sobre el genocidio indio. No va acorde al tono que esperaríamos de un drama de estas características, pero encaja con los matices que el rol aporta a la historia y con el universo de personajes excéntricos del cine de Scorsese.

En aquel caso, tal vez por el poso tan sobrio que deja el film, me desencajó un poco, pero con Joaquin Phoenix en Napoleón nunca tuve esa sensación. Como decía, creo que la propuesta del film va más acorde a estos puntos cómicos y Ridley Scott sabe manejar a la perfección el tono, recurriendo a este humor de forma medida y disimulada y dejándolo de lado cuando el relato pide engrandecer la épica o el drama. No obstante, pese a esta virtud, creo que el conjunto global de la película no sale todo lo bien parado que me hubiera gustado.

Joaquin Phoenix en 'Napoleón' (Imagen cortesía de Apple TV+)
Joaquin Phoenix en 'Napoleón' (Imagen cortesía de Apple TV+)

Napoleón es tan ambiciosa y quiere abarcar tantos frentes que su larga duración de 147 minutos se queda corta. Tiene un ritmo tan excesivo que no da respiro a pararse el tiempo necesario en cada pasaje, deja la impresión de que solo ofrece breves apuntes históricos y sales del cine pensando en que es un relato sin un enfoque claro. Ya hay anunciado un montaje extendido de cuatro horas que llegará próximamente a AppleTV+, pero en lo que respecta a esta versión para salas deja con la sensación de que todos sus hechos, especialmente las campañas militares, se presentan sin coherencia suficiente.

Pienso que donde mejor parada sale es en las tramas palaciegas, aquellas que abordan la contradictoria relación entre Napoleón Bonaparte y Josefina de Beauharnais. Es donde hay más hueco a desarrollar a los personajes, donde más se destacan sus luces y sombras y donde este trabajo interpretativo de Joaquin Phoenix sale a relucir, conquistándonos con un excentricismo que se impone en diversión y entretenimiento a la épica de las batallas, que sientes que están metidas a la fuerza.

Al final, pese a acercarme a disfrutar de una ficción histórica en la línea de Gladiador o Cruzada, salí del cine satisfecho por donde menos lo esperaba: por esta vuelta de tuerca que Joaquin Phoenix le ha dado a Napoleón y que se impone al resto de elementos potentes de la propuesta.

No obstante, todavía estoy deseoso de ver lo que puede ofrecer en su versión extendida, porque, como venía diciendo, se aprecia un trabajo tan titánico tras las cámaras que creo que con ese respiro que pide a gritos la trama podríamos estar ante otra obra maestra de Ridley Scott.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine 54.

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