'Evil Dead: El despertar' se la juega a una idea para los más nostálgicos del terror
Pocas sagas míticas de terror se resisten a regresar con nuevas y reformuladas entregas. Este 2023 le toca el turno a Evil Dead (Diabólico o El despertar del Diablo en Latinoamérica), el clásico de los 80 de Sam Raimi que dio lugar a uno de los legados más recordados del género con dos secuelas incluso mejor que la original, un remake aún más extremo en 2013 de la mano del uruguayo Fede Álvarez, una serie de televisión e incluso videojuegos y otros productos. Pero ahora, con su festín de posesiones diabólicas ya explotado en exceso con múltiples y efectivas ideas, tocaba mirar hacia adelante y buscar una nueva fórmula para acercar la franquicia a nuevas generaciones sin olvidarse de su esencia.
Y ahí nace este nuevo capítulo titulado Evil Dead: El despertar, que lleva la saga hacia un estilo cinematográfico más actual sin dejar de lado las referencias y detalles para el fan más clásico. Sin embargo, por muchas novedades que traiga consigo, al final es la nostalgia la que eleva este nuevo espectáculo de gore y terror.
En esta ocasión, la acción se traslada al seno de un bloque de viviendas en Brooklyn, Nueva York, dejando de lado la recóndita cabaña del bosque para llevar el horror a un escenario más amplio con múltiples posibilidades para expandir la franquicia. El edificio, casi en ruinas y a punto de ser derruido, oculta en sus profundidades una sala usada en antiguos rituales donde se esconde el mismísimo Necronomicón, el conocido libro la saga capaz de traer el mal infernal a nuestro mundo. Cuando este es encontrado por un grupo de jóvenes, el horror no tardará en extenderse en el seno de su familia y por toda la edificación, desatando un infierno de muertos vivientes, sangre a raudales y sustos en cada esquina.
Más que a Evil Dead, la idea recuerda a otros títulos de zombies y posesiones como la española [REC] o la italiana Demons II, donde la oscuridad, asfixia y temor de un edificio repleto de muertos vivientes por una entidad demoniaca también jugaba un papel clave. Esto aporta aire fresco a la franquicia, que como ya demostró con secuelas como El ejército de los muertos nunca ha estado exenta de innovadoras propuestas. No obstante, siento que este punto de partida no se aprovecha todo lo que se podría, ya que Evil Dead: El despertar, que se erige como una secuela independiente al resto de entregas, pone más el foco en emular los códigos del terror actual para acercarse a un nuevo público que en sacar partido a sus nuevas ideas.
Esto se traduce en un primer tramo muy genérico, con sustos fáciles y predecibles que apuestan todo al ruido y a los efectos de sonido. Además, la historia de la familia protagonista está llena de lugares comunes con los que se intenta sin éxito crear una conexión dramática con los personajes. A título personal, durante el inicio no paré de pensar en las muchas oportunidades que se estaban desaprovechando ante las ideas tan buenas que desfilaban por pantalla. Sin embargo, mi percepción cambió en su último acto, cuando Evil Dead: El despertar entró a jugar todas sus cartas al espíritu del cine de terror de los 80.
No quiero entrar en detalles para evitar spoilers, pero digamos que las referencias a las películas originales entran al juego y se fusionan de forma notable con nuevas y extremas propuestas gore. Solo hay que ver a la protagonista blandiendo una motosierra en los avances para averiguar hacia dónde van los tiros. Pero no solo se centra en la propia franquicia, puesto que, como bien deja entrever la escena del tráiler donde emana un tsunami de sangre de un ascensor, otros clásicos de los 80 como El resplandor también tienen su hueco aquí. Aunque no se limita a referenciarlos, sino que trata de llevarlos a un extremo mayor. Y es aquí donde esta nueva película encuentra su esencia, sabiendo usar su nostalgia para cautivar al espectador clásico mientras se abre a nuevos espectadores con sanguinarias y frescas ideas que hacen muy difícil no taparse la cara ante semejante nivel de horror.
La pena es que la nueva ambientación del edificio no se aproveche todo lo que podría y que no se haya encontrado un hilo argumental más cautivador, porque hasta que la película alcanza su clímax se siente como una producción de terror del montón. Por suerte, una vez que apuesta todo al gore y a la nostalgia, Evil Dead: El despertar se convierte en uno de los mayores espectáculos sangrientos recientes.
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