El ganador del Oscar que todavía no se cree que también es una estrella
Ke Huy Quan continúa destilando su humildad cuando está en el centro de Hollywood
La humildad no es una característica que solemos asociar con el universo de las estrellas de Hollywood. El eco de los aplausos, el brillo de los focos y la autocomplacencia que caracteriza a la temporada de premios, encandila cualquier destello de humildad que un personaje quiera transmitir al mundo. A excepción de uno. Porque Ke Huy Quan se ha coronado como el símbolo de humildad más emotiva de la industria del cine, incluso después de haber ganado el Oscar en 2023.
A pesar de haber sido celebrado a lo grande en el último año y codearse constantemente con la créme de la créme de la industria, su humildad es tan palpable que parece que no se cree que él también es una estrella. Al menos así lo demuestra con una de sus costumbres más populares en redes sociales.
Cualquiera que lo siga en Instagram seguramente sabe de qué estoy hablando. Y es que Ke Huy Quan adoptó una tradición particular durante la temporada de premios que protagonizó con Todo en todas partes al mismo tiempo entre 2022 y 2023: publicar galerías con selfies junto a movie stars.
Sin embargo, lo que empezó como una práctica que cualquier mortal en su lugar hubiera repetido al verse de repente rodeado de súper estrellas, ha continuado a pesar de todos los premios cosechados desde entonces irradiando la misma humildad de siempre. Cuando él también posee un Oscar como muchas de las figuras a las que pide una foto. Cuando él también es una estrella de cine con su propia legión de fans.
La costumbre que no cambia por nada
Ke Huy Quan regresó a la temporada de premios como parte de la costumbre de recuperar a ganadores del año anterior. Tras haber ganado el Oscar, Globo de Oro, el SAG y decenas de premios de la crítica por su papel en Todo en todas partes al mismo tiempo, lo vimos desfilando en los Emmy, los Critics Choice, la gala anual del Museo de la Academia y, por supuesto, le tocaba volver a los Oscar para anunciar al nuevo ganador de su categoría, la de Mejor actor de reparto.
El actor de 52 años fue entonces el encargado de hacer entrega de la estatuilla, gritando el nombre de Robert Downey Jr. con efusividad y alegría, aunque la emoción del momento parece que encandiló demasiado al actor de Oppenheimer, ignorando a Ke Huy Quan sobre el escenario y saludando a otros actores presentes a su lado, como Tim Robbins y Sam Rockwell.
Este gesto o despiste impresionó a algunos espectadores que no tardaron en acusar a Robert Downey Jr. de "racismo", sin embargo, solo hay que ver las fotos de ambos detrás de bambalinas y el selfie que publicó Ke en su perfil de Instagram para llegar a la conclusión de que parece haber sido un error provocado por la emoción del momento. Un error terrible pero sin mala intención.
No obstante, Ke Huy Quan no dejó que el mal trago sobre el escenario arruinara su noche, sino que continuó con su tradición, tomándose fotos con el mismo Downey Jr., la estrella de la noche, Ryan Gosling, así como Ariana Grande, Melissa McCarthy, Mark Ruffalo, Carey Mulligan, Anya Taylor-Joy, Jennifer Lawrence, Martin Scorsese, Robert De Niro, Jodie Foster, Michelle Yeoh, Roger Federer, Arnold Schwarzenegger o Greta Gerwig.
Se tomó tantas fotos que hizo dos publicaciones diferentes para darles visibilidad a todas. Y quien sabe cuántas más tendrá guardadas todavía.
“Adoro cómo la mitad de las publicaciones de Instagram de Ke son selfies con celebridades, amo a este hombre muchísimo”, escribía un seguidor debajo de las fotos. “Por favor nunca pares con estos selfies en eventos, ¡son lo mejor!”, apuntaba otro. “Eres la mejor parte de los Oscar”.
Casi dos mil comentarios que, por lo general, aplauden, alaban y celebran este baño de humildad que el actor comparte con sus 1.6 millones de seguidores desde que volvió al ruedo el año pasado.
La humildad anclada en sus orígenes
No existe otra estrella del celuloide que haga lo mismo. Que ceda el protagonismo de sus redes sociales a otras estrellas con tanta asiduidad y naturalidad. Sin embargo, Ke Huy Quan lo hace por la admiración que siente a las figuras que le rodean y porque aparentemente ni él todavía se cree que es tan estrella como esos artistas de sus fotos.
Al menos es la sensación que transmite después de haber ganado el Oscar. ¿O acaso de imaginan a otros ganadores como Robert Downey Jr., Emma Stone o Jennifer Lawrence pidiendo selfies a los compañeros de la noche? Evidentemente, la mayoría de estrellas que aparecen en sus fotos ocupan una posición más privilegiada que Ke Huy Quan en la industria en cuanto a los años y proyectos destacados que acumulan, pero forman parte de la misma profesión y son ganadores de la misma estatuilla. La única diferencia es que Ke Huy Quan no tiene vergüenza en pedirles una foto como si fuera un fan.
Como si fuera un infiltrado en la industria. Un insider que comparte una ventana de normalidad al distante universo de Hollywood.
Esta humildad es justamente la característica que lo llevó a ganarse tantos corazones el año pasado. Y no solo a través de los selfies o su camaradería con el otro ídolo de la humildad en la temporada anterior, Brendan Fraser, sino por el genuino entusiasmo que contagió en cada entrevista, entrega de premios y su emocionante discurso en los Oscar.
“Mi mamá tiene 84 años y está en casa mirando”, comenzó diciendo emocionado con la estatuilla en la mano. “Ma, acabo de ganar un Oscar”, sentenciaba llorando y mirando a la cámara mientras nos llenaba los ojos de lágrimas. “Mi viaje comenzó en un barco. Pasé un año en un campo de refugiados y de alguna manera terminé aquí, en el escenario más grande de Hollywood. Dicen que historias como esta solo pasan en las películas. No puedo creer que me esté pasando a mí. Este es el sueño americano”, recitaba demostrando esa humildad de la que les hablo.
Y es que Ke Huy Quan conoció la fama como estrella infantil después de abandonar Vietnam y huir a un campo de refugiados con su familia, hasta que se asentaron en Estados Unidos cuando tenía 8 años. Participó en la audición para Indiana Jones y el templo de la perdición (1984) por accidente y terminó interpretando al legendario niño que acompañaba a Harrison Ford en sus aventuras. Un año después protagonizaba un clásico como Los Goonies. Pero entonces el tiempo pasó y como les sucede a muchos actores infantiles, las oportunidades se secaron y Hollywood terminó dándole la espalda.
Al ver que sus sueños artísticos no se materializaban, optó por salir adelante encontrando espacio detrás de cámaras como coordinador de escenas de riesgo y asistente de dirección. Y así pasaron décadas en las que solo apareció en dos producciones entre 1993 y 2021, hasta que probó suerte de nuevo a los 50. Un amigo agente accedió representarlo y dos semanas más tarde recibía la llamada para participar en Todo en todas partes al mismo tiempo.
“Le debo todo al amor de mi vida, mi esposa Eco, que mes tras mes, año tras año durante 20 años me dijo que un día mi momento llegaría”, sentenciaba en los Oscar. “Los sueños son algo en lo que tienes que creer. Yo casi me rindo con el mío. Así que a todos ustedes ahí fuera, por favor, sigan sus sueños con vida. Gracias por darme la bienvenida de nuevo”, le decía a Hollywood.
Y un año después sigue pregonando la misma humildad de aquel año. Con 52 primaveras y tras haber recuperado su posición como actor en activo (lo vimos en American born chinese, Loki, prestó su voz en Kung Fu Panda 4 y tiene dos proyectos en marcha), se pasea por los Oscar pidiendo más selfies a otras estrellas como si no estuviera a la misma altura. Como si no fuera una estrella como ellos, dándoles el protagonismo de sus redes y tratándolos como celebridades superiores a las que pedirle una foto. Y contagiando el mismo entusiasmo de siempre.
Ke Huy Quan pasó más de dos décadas esperando volver a trabajar como actor y está saboreando la oportunidad con la humildad de alguien que conoce las adversidades de la vida. Que sabe cómo se siente el terrible peso del olvido y la decepción. Pasó demasiado tiempo en la oscuridad de Hollywood y conoce de primera mano que, a veces, las oportunidades no duran para siempre. Así que ahí sigue, codeándose entre estrellas pero con la sencillez como bandera. Y a cambio se ha metido al público en el bosillo.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.
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