Al Pacino y Michelle Pfeiffer, el reencuentro prometido por los Oscar que nunca pasó
La Academia nos dejó con las ganas con el mágico reencuentro que esperábamos a 40 años de ‘Caracortada’
Al Pacino (83) y Michelle Pfeiffer (65) iban a aportar la dosis nostálgica a la noche de los premios Oscar con un reencuentro que nos remontaría a uno de los capítulos más importantes de sus carreras. Incluso de la historia del cine. Las oscarizadas estrellas eran dos de los nombres anunciados en la larga lista de presentadores de la 96 ceremonia, incitando rumores de reunión sobre el escenario a 40 años del terremoto dramático que provocaron con el convulso y tóxico matrimonio que interpretaron en Caracortada (1983). Una pareja con química tan explosiva que repitieron de nuevo en 1991, pero desde una faceta completamente opuesta con la romántica historia de un cocinero y una camarera en Frankie y Johnny.
Sin embargo, el reencuentro no sucedió. Al Pacino apareció al final de la gala siendo el encargado de anunciar el Oscar a Mejor Película que coronó el fenómeno de Oppenheimer de manera definitiva. Pero lo hizo solo, sin Michelle Pfeiffer como muchos cinéfilos estábamos esperando. ¿Por qué no asistió la actriz cuando estaba anunciada? De momento no se sabe. Ni ella dio explicaciones a través de sus redes sociales, ni tampoco anunciaron nada oficial desde la Academia.
Sin embargo, las ganas de volver a ver la química que irradiaban juntos despertó gran expectativa entre los amantes del clásico de 1983. Una química que nunca hubiéramos descubierto si el oscarizado actor se hubiera salido con la suya durante la búsqueda de compañera protagonista.
Porque aunque parezca increíble para todo aquel que recuerda la potencia de sus escenas, Al Pacino no quería a Michelle Pfeiffer en la película.
Al Pacino no quería a Michelle en 'Caracortada'
Hubo una época en que las posibilidades de que Michelle Pfeiffer alcanzara el estrellato en Hollywood parecían imposibles. Y todo por culpa de Grease 2 (1982), la desastrosa secuela musical en donde intentó ocupar el lugar de Olivia Newton-John a cuatro años del éxito de la película original. La verdad es que la producción fallaba en su totalidad al ser una copia descarada del clásico de 1978 que no aportaba frescura ni originalidad. Sin embargo, que esta película fuera el crédito más destacado de su currículo no era la mejor carta de presentación para introducirse en las grandes ligas del negocio. Su propio agente dijo que “no podía conseguir ningún trabajo” después de Grease 2. “Nadie quería contratarla”.
Pero entonces vio la luz al final del túnel cuando el productor Martin Bregman insistió a Brian De Palma y Al Pacino para que la invitaran a participar en el casting de Caracortada. Estaban buscando a la actriz ideal para interpretar a la esposa trofeo de Tony Montana, aquel referente cinematográfico de toxicidad masculina que usaba sus "cojones" como excusa para el derroche de violencia. El problema es que Al Pacino no quería a Michelle Pfeiffer en la película. “Le preocupaba que no se viera bien. No encajaba con la imagen de Elvira que tenía en su mente. Pero estaba completamente equivocado”, explicó Bregman (FaroutMagazine).
Al Pacino quería a Glenn Close en el papel de Elvira Hancock (Express) aunque el personaje era tan apetecible entre las actrices jóvenes del momento que muchas más probaron suerte en el proceso de casting. Como Geena Davis, Carrie Fisher, Kelly McGillis, Sharon Stone y Sigourney Weaver (Shortlist).
En aquel momento, Al Pacino era un hombre de 42 años con cinco nominaciones a los premios de la Academia a sus espaldas, estrella de éxitos como El padrino, la secuela y Serpico. Era de los actores más consagrados de su generación junto a Robert De Niro. Michelle, en cambio, era una desconocida de 24 años con un fracaso en su currículo.
“No me quería particularmente para el papel”, confesó la actriz en una entrevista con Jimmy Fallon en 2017. “Mi último crédito había sido Grease 2, ¿lo puedes culpar?”, cuestionaba mientras comprendía el rechazo inicial de su compañero.
Una película que hizo sufrir a Michelle Pfeiffer
El proceso para encontrar a la actriz perfecta fue largo y tedioso, de “unos tres o cuatro meses”, según contó Pfeiffer en la mencionada entrevista. Para colmo de males lo vivió “aterrada” al ser muy joven, siendo consciente de que había más candidatas probando el papel y que el actor más importante del proyecto no la quería en la película.
El casting se convirtió en una pesadilla para la pobre Michelle hasta el punto que el miedo se apoderó de ella y era un “manojo de nervios” cada vez que le tocaba hacer una prueba. “A medida que [la audición] avanzaba se iba poniendo peor porque estaba aterrada”, explicó la actriz mientras revelaba que Brian De Palma la apoyó en el proceso pero se dio cuenta que el tándem no estaba funcionado. Que sus nervios se habían apoderado de ella y la dejó irse.
La actriz recordaba que volvió a casa aliviada de que “la tortura se terminara” después de tantos meses soportando el proceso y con tantos nervios. Pero entonces, un mes después, la llamaron para pedirle que hiciera una prueba de cámara. Su reacción inmediata fue decirles que ‘no’ pero, al final, accedió convencida de que sería una pérdida de tiempo.
Pero se equivocaba. Porque al creer que el papel no sería suyo, se liberó de sus miedos y nervios, pudiendo ser libre en la prueba de cámara junto a Al Pacino. Hicieron la escena del restaurante, la última de su personaje, donde discuten a los gritos, denigrándose mutuamente con una Michelle más delgada que nunca (una apariencia que la actriz consiguió a base de dieta para plasmar los efectos de la adicción a la cocaína en su personaje). Y el resultado fue explosivo. Tanto que Al Pacino terminó sangrando por todos los platos que volaron por los aires. Y así, en ese momento, habiendo herido a su compañero, consiguió convencerlo y ganar el personaje.
Michelle Pfeiffer pasó entre seis y ocho meses rodando la película. Un proceso en donde demostró que era mucho más que la actriz del fracaso de Grease 2, aportando frustración y profundidad dramática a un personaje del que sabemos poco pero que logramos comprender gracias a los matices de su interpretación. Sin embargo, siguió sintiéndose aterrada durante todo el proceso.
Así se lo contó al director Darren Aronofsky en una entrevista para Interview Magazine (vía Daily Mail) compartiendo que se iba a dormir llorando por la presión que sentía. “Te puedo decir que estaba aterrada. Y fue un rodaje de seis meses, creo”, explicaba [Al Pacino dice que fueron ocho]. “Mary Elizabeth Mastrantonio y yo éramos las únicas mujeres”, añadió sobre la actriz que interpretaba a la hermana de Tony Montana. “Era un club de chicos. Y también era la naturaleza de la relación que Tony Montana fuera muy desdeñoso con mi personaje. Así que algunas noches me iba a dormir llorando”.
“Soy muy obstinada, ¿sabes? Soy una sobreviviente. Está en mi naturaleza”, continuaba. “No parezco tan dura, pero lo soy. Y creo que pude esconderme detrás del exterior duro de ese personaje, que simplemente estaba desconectado y drogado”.
A pesar de los diferentes niveles de experiencia que aportaba cada uno, formó una dupla infalible con Al Pacino centrada en la atracción, el interés y la comunicación física por encima de la verbal. Michelle Pfeiffer consiguió iluminar la actuación de ese compañero que no la había querido en el proyecto, siendo la figura que saca a relucir la bravura machista de Tony Montana y sus complejos de inferioridad al mismo tiempo.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.
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