Gary Coleman y la batalla que añadió la última gota a su trágica historia
Como surgieron dos testamentos tras su muerte se celebró un juicio que terminó dejando a su exesposa en evidencia
Gary Coleman no tuvo una vida fácil, por resumirlo de algún modo. Conoció el éxito como estrella infantil de la mano de Blanco y negro, siendo el niño mejor pagado de la televisión de la época. Conquistó al público de todo el mundo y seguramente creía que le deparaba una vida de lujo tras ocho temporadas de éxito televisivo. Sin embargo, al cumplir los 17 quiso acceder a su fondo fiduciario y en lugar de encontrar los $18 millones que esperaba, se dio cuenta que sus padres habían despilfarrado su fortuna dejándole unos míseros $220.000 (Biography). Y en ese momento todo cambió. La serie terminó y los focos se apagaron con ella, dejándolo con sus constantes problemas de salud, en bancarrota, sufriendo depresión y distanciado de sus padres mientras se buscaba la vida lejos de Hollywood.
Su existencia dio un vuelco letal cuando sufrió una hemorragia cerebral en 2010. Entró en coma y su exesposa decidió que lo desconectaran del soporte vital dos días después. Murió a los 42 años. Sin embargo, su historia no terminó en ese momento, sino que su fallecimiento abrió un capítulo inesperado marcado por una batalla legal que rozó el ridículo.
Una historia sellada constantemente por la tragedia
Gary Coleman nació el 8 de febrero de 1968 y, al igual que su personaje en la serie, era adoptado. Tenía 6 años cuando hizo su primer comercial, iniciando una carrera que lo llevaría al éxito infantil cuando fue seleccionado para el papel de Arnold Jackson en Blanco y negro a los 10. Una serie emblemática sobre un hombre blanco que adoptaba los hijos de su sirvienta fallecida, formando una familia racial que impartía lecciones antirracistas a través de risas, empatía y la ternura que personificaba la figura del entrañable Arnold.
Debido a sus diferentes problemas de salud, como una enfermedad renal y los medicamentos utilizados para tratarlo, su crecimiento se estancó cuando llegó a los 1.42 metros de estatura, dejándolo con una apariencia infantil eterna. Se sometió a dos trasplantes de riñón -en 1973 y 1984- pero no dieron el efecto deseado y necesitó diálisis. En su caso, su tragedia personal lo llevó hacia el éxito televisivo, manteniéndose en el papel de Arnold mientras ganaba $100.000 por capítulo.
La serie terminó en 1986 y fue entonces cuando descubrió el mal uso de su fortuna. Demandó a sus padres adoptivos y a su exconsejero financiero, ganando el pleito con un acuerdo a su favor de $1.28 millones. Y si bien hizo varias películas y apareció en algunas series, nada logró repetir el éxito de Blanco y negro. Y así como conoció el dulce sabor del reconocimiento en una etapa de su vida, le tocó vivir el olvido radical cuando terminó trabajando como guardia de seguridad en 1998 después de dos intentos de suicidio -como reveló en una entrevista de 1993 (vía Today)- mientras tuvo diferentes problemas con la ley tras golpear a una supuesta fan que le pidió un autógrafo (al negarse surgió una pelea), por discutir con su exesposa, Shannon Price, y otros altercados de desorden público.
A todo esto se sumaban sus constantes problemas de salud, como una operación de corazón en 2009 y convulsiones, hasta su muerte tras caer por las escaleras de su casa y golpease la cabeza, provocando un hematoma epidural.
Dos testamentos y un litigio ridículo
Al momento de su muerte, Gary Coleman estaba divorciado pero vivía con su exesposa. Se habían conocido en 2007 en set de la película Church ball donde ella trabajaba como extra. Y si bien contrajeron matrimonio meses más tarde, el asunto se tornó bizarro cuando ambos visitaron el programa Divorce court para airear sus diferencias maritales, oficializando el divorcio tres meses después en 2008. Imagínense si habría problemas que el actor obtuvo una orden de alejamiento contra ella para evitar que viviera en su casa (Forbes).
Al momento de la muerte de Coleman vivían juntos y Price aseguró al juez que convivían en unión de hecho, sin embargo, fíjense si todo era extraño que el actor dijo en una entrevista de 2008 que seguía siendo virgen a los 40… cuando estaba todavía casado con ella (Digital Spy). Es más, surgieron rumores poco después de la tragedia que señalaban a Price por distribuir y presuntamente intentar vender fotos tomadas en el hospital que la mostraban junto al actor moribundo entubado en su cama (CBS). Finalmente esas fotos llegaron a revistas y tabloides de la época.
Sinceramente, todo muy triste.
Pero aquí no acaban las rarezas: surgieron dos testamentos diferentes tras la tragedia y la lucha fue tan campal que pospusieron y luego cancelaron el funeral del actor.
En el primer testamento firmado en 2005, Coleman nombraba a su amiga y jefa ejecutiva de su empresa, Anna Gray, como la ejecutora y beneficiaria de su legado. Pero después de contraer matrimonio en 2007, firmó una enmienda a mano donde nombraba a Shannon Price como su nueva heredera. Pero era raro. Muy raro. Porque dicho escrito decía: “Hice este cambio por libre albedrío y no fui coaccionado de ninguna manera. Esto lo he hecho por mi egoísmo y debilidad personal y la amo con todo mi corazón” (BBC).
Como estaban divorciados, Price no tenía derechos para exigir gran cosa pero igualmente pidió a la Corte que impusiera la enmienda como testamento absoluto asegurando que convivían como marido y mujer . Un detalle que, en el estado de Utah, era legalmente aceptado. Según Forbes, dijo que no lo oficializaron de nuevo pasando por el Registro Civil porque prefirieron evitar la publicidad… pero digo yo, ¿no habían hecho eso mismo aireando el divorcio en televisión?
Hubo juicio con testigos, declaraciones y pleito completo cuando la herencia apenas se centraba en una casa hipotecada y algunas regalías de su época como actor. Pero Price mantenía que esperaba ganar para poder recibir las cenizas de Coleman y llevarlas en un medallón. Según los medios que cubrieron el juicio, Price dijo que tenían una relación amorosa y sexual. Pero el juez no compró su versión. Varios testigos declararon lo contrario diciendo que Price abusaba físicamente de Gary en público, que lo llevaba de la mano como si fuera un niño y no mostraba ningún tipo de cariño afectivo hacia él (Forbes). Es más, hasta surgió el secreto de que Price tenía una relación romántica con otro hombre (Reuters).
Finalmente, dos años después de la muerte del actor, el juez decidió que no había unión de hecho válida porque no existía “evidencia creíble suficiente para concluir que eran algo más que compañeros de cuarto ocasionales” y, por lo tanto, sentenció que Anna Gray era la beneficiaria final.
En resumen, ni siquiera en su muerte Gary Coleman pudo descansar en paz.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.
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