Cuando un perro se coló entre los nominados de los Oscar a espaldas de la Academia

'Greystoke, la leyenda de Tarzán, el rey de los monos' llevó su representación del mundo animal hasta los Oscar

La historia de los Oscar está repleta de anécdotas aunque una de las más curiosas tiene a un perro como protagonista. (Foto de Robyn Beck/AFP via Getty Images)
La historia de los Oscar está repleta de anécdotas aunque una de las más curiosas tiene a un perro como protagonista. (Foto de Robyn Beck/AFP via Getty Images)

Con 96 años de historia los Oscar son una fuente rica de anécdotas de todo tipo. Discursos que quedaron grabados en la enciclopedia imaginaria de los premios de la Academia como el de Matthew McConaughey a momentos bizarros como el que protagonizó James Cameron durante uno de los 11 premios que ganó Titanic, pasando por la ternura de Roberto Benigni pisoteando las sillas para llegar al escenario mientras se colgaba de Steven Spielberg a la polémica de la bofetada de Will Smith o el sobre mal leído por Warren Beatty y tantos momentos más. En casi un siglo, hubo de todo. Sin embargo, existe un nominado que ocupa un capítulo curioso.

Esta es la historia de la vez que un perro estuvo nominado al Oscar.

Para conocer está anécdota debemos remontarnos a la ceremonia número 57 celebrada en marzo de 1985. Fue el año de la victoria de Amadeus de Milos Forman y del premio a Haing S. Ngor, un doctor camboyano sin experiencia previa ante las cámaras, un hombre con una historia memorable pero trágica, que ganó la estatuilla a Mejor actor de reparto por Los gritos del silencio. El mismo año de Greystoke, la leyenda de Tarzán, el rey de los monos, la película basada en la clásica novela de Edgar Rice Burroughs que tuvo a Christopher Lambert como protagonista. Y la misma que protagoniza esta anécdota.

¿Qué tiene que ver un perro con Tarzán?

Muchísimo... Greystoke obtuvo tres nominaciones a los Oscar a Mejor actor de reparto para Ralph Richardson, Mejor maquillaje y Mejor guion adaptado. Y en dicha categoría compartían el honor los escritores Michael Austin y P.H. Vazak. Aunque este último no era un ser humano, sino el nombre del perro del guionista original.

Pero vayamos por el principio. Esta producción que se centraba en el descubrimiento de Tarzán y su intento por adaptarse a la civilización había comenzado en 1975 cuando Robert Towne inició el proceso de adaptar la novela. Estamos hablando de un guionista conocido en Hollywood, tanto por haber ganado el Oscar en 1975 por Chinatown de Roman Polanski como por sus dos nominaciones añadidas por El último deber con Jack Nicholson y Shampoo con Warren Beatty. Además, era un doctor de libretos destacado entre los ’60 y ‘70 habiendo ayudado a Francis Ford Coppola en una escena crucial de El padrino (cuando Marlon Brando transfiere su poder a Al Pacino, The Washington Post), entre otras producciones.

'Greystoke, la leyenda de Tarzán, el rey de los monos' llevó su representación del mundo animal hasta los Oscar. (Foto de Sunset Boulevard/Corbis via Getty Images)
'Greystoke, la leyenda de Tarzán, el rey de los monos' llevó su representación del mundo animal hasta los Oscar. (Foto de Sunset Boulevard/Corbis via Getty Images)

Warner Bros. había comprado los derechos de Tarzán en 1974 y Towne se puso manos a la obra con la adaptación de la novela. Sin embargo, con el tiempo se dio cuenta que había llenado el libreto de anotaciones que solo él comprendería y decidió que debía ser el encargado de dirigir la película. “No había nadie más que hubiera podido verlas, necesitaba dirigirla”, dijo a AV Club al recordar el proceso en 2006.

Pero hubo varios problemas. Por un lado, se tomó su tiempo para escribir el guion y, en el camino, optó por dirigir su primer largometraje, Relación perversa (1982), que debería haber servido como prueba de fuego para sentarse en la silla de director de Tarzán. Sin embargo, pasaron dos cosas cruciales: la película sobre un grupo de mujeres entrenando para calificar en las Olimpiadas de 1980 se estrelló en taquilla y, además, tuvo que trasladar los derechos del guion por $1 millón a Warner Bros. cuando su ópera prima se vio estancada a raíz de la huelga del Sindicato de Actores de 1980 (New York Times).

“'Greystoke' puede ser el niño que más amo, pero estaba embarazado de ocho meses de 'Relación perversa', así que ese es el niño que tuve que salvar”, dijo Towne a NY Times en 1982. Entre el fracaso de su debut y el acuerdo pactado, se quedó sin dinero y, en aquel momento con Oscar bajo el brazo y todo, vivía en la casa de huéspedes del productor de Chinatown, Robert Evans. “Nadie puede creer lo arruinado que puedes estar financieramente por estos chicos de estudio. Un taxista de Nueva York que no recibe propinas recibe más simpatía que cualquier escritor de Hollywood”, sentenciaba. Towne demandó a Warner Bros. Pictures por $110 millones aunque el asunto terminó arreglándose fuera de los juzgados.

En ese momento Robert Towne perdió la silla de director de Greystoke y entró Hugh Hudson en su lugar, el responsable de Carrozas de fuego que se había alzado con el Oscar a Mejor Película en 1982.

Y es aquí donde entra el perro en la ecuación.

El rencor de un guionista que dio la espalda al Oscar

Robert Towne terminó tan molesto con el desplazo, el desacuerdo económico, los cambios al guion y todo lo vivido que, cuando llegó el momento de postular la película a la temporada de premios, no quiso formar parte del circo y pidió que reemplazaran su nombre con el de su perro. Vazak era su pastor húngaro y es el único nominado a la historia de los Oscar con cola y orejas peludas.

Robert Towne cuenta con un largo historial en Hollywood. (Foto de Alberto E. Rodriguez/Getty Images for Writers Guild of America, West)
Robert Towne cuenta con un largo historial en Hollywood. (Foto de Alberto E. Rodriguez/Getty Images for Writers Guild of America, West)

El director Hugh Hudson recordó la historia en una entrevista de 2016 para The Hollywood Reporter, confirmándolo todo. “A Robert Towne nunca le gustó, por supuesto. ¿Por qué lo haría? Para empezar, era su bebé pero lo vendió, por decirlo de algún modo. Y cuando hicimos la película, puso el nombre de su perro en los créditos”, explicaba.

En resumen, Robert Towne no volvió a estar nominado a los Oscar desde aquel reconocimiento perdido por aparente rencor, aunque siguió trabajando como guionista. Incluso se convirtió en uno de los escritores habituales del cine de Tom Cruise durante un tiempo, siendo el guionista de Días de trueno (1990), The Firm: Sin salida (1993) y las dos primeras entregas de Misión Imposible. Además, dirigió su segunda y última película como director en 1988, Traición al amanecer, con mejor suerte. Porque si bien obtuvo críticas mixtas, este thriller romántico protagonizado por Mel Gibson, Michelle Pfeiffer y Kurt Russell fue un éxito de taquilla.

A su vez, fue productor consejero de la última temporada de una serie de éxito como Mad Men y a sus 89 años se encuentra asociado a la precuela de Chinatown que desarrolla Netflix. Pero todo con su nombre real. Su perro solo tuvo el privilegio de estar nominado al Oscar en una sola ocasión haciendo historia.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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