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Gastón Ricaud: el actor que es Dios en teatro y que usa sus “poderes especiales” para construir una casa hobbit en Córdoba

Gastón Ricaud es Dios en teatro y usa sus "poderes especiales" para construir una casa hobbit en Córdoba
Gastón Ricaud es Dios en teatro y usa sus "poderes especiales" para construir una casa hobbit en Córdoba - Créditos: @DIEGO SPIVACOW

Gastón Ricaud vuelve al teatro. El actor regresa con nuevas funciones de Oh Dios mío!, en el Teatro Regina y en gira por el Gran Buenos Aires. Además, en verano estará en Mar del Plata y en toda la costa atlántica. Con dirección de Carlos Kaspar y junto a Paula Morales, Ricaud se zambulle en la interpretación de un personaje complejo: Dios. La obra, que hace algunos años ya habían protagonizado Juan Leyrado y Thelma Biral, narra el encuentro entre una psicóloga y un dios desesperanzado que baja a la Tierra para hacer terapia. El actor conversó con LA NACION sobre este desafío y también sobre sus otras actividades, relacionadas con el campo y con la construcción de una casa hobbit en Córdoba.

-La obra habla de una sesión de terapia entre Dios y una psicóloga. Y vos interpretás a Dios, todo un desafío...

-Es una obra muy profunda, maravillosa. Cuando me convocaron, lo primero que pensé es cómo hago de Dios, porque es algo tan grande. Creas o no en Dios, todos lo tuvimos alguna vez en la cabeza o hablamos con Él, más allá de las religiones. Si pensaba que tenía que hacer de Dios, no agarraba el trabajo (ríe). Sentí mucho respeto y un poco de miedo, sinceramente. Confié en el equipo, supe que no iba a estar solo en esto y acepté, pero era un desafío muy difícil, por la inmensidad del personaje. En los primeros ensayos no me salía nada. Me achicaba.

-¿Y cómo lo resolviste?

-Olvidándome que era Dios. Lo humanicé y además en la obra está planteado así: Dios va a una psicóloga porque todo se le fue de las manos, está perdiendo su poder y se siente enfermo. Necesita hacer terapia, que alguien lo escuche porque todo se termina. Es un dios muy humano que llega a la Tierra destrozado, ya sin esperanzas. Es su último manotazo de ahogado porque sabe que se trata de la razón versus la fe. Es una obra muy divertida porque cuestiona la psicología constantemente, y es muy emotiva porque estás con las emociones a flor de piel. Por un lado, tenemos a un dios desesperanzado y por otro, a una psicóloga que dejó de creer en Dios, porque tuvo una vida difícil.

-¿Sos creyente?

-Soy creyente y tengo formación católica, pero no voy a la iglesia, aunque tengo mi conexión con Dios. Siento que está y yo hablo con Él. Es algo que tiene que ver con la energía, con necesitar apoyarme en la fe porque me hace bien. Obviamente tuve muchos enojos, como les sucede a todos alguna vez, especialmente cuando uno cree que es injusto lo que le está pasando. Por otro lado, también pido perdón y agradezco. Mi punto de partida es que hay algo que nos excede, porque somos mucho más pequeños de lo que nos creemos. Y cada uno se lo imagina de diferente forma.

Gastón Ricaud confiesa que le costó afrontar su nuevo desafío actoral
Gastón Ricaud confiesa que le costó afrontar su nuevo desafío actoral - Créditos: @DIEGO SPIVACOW

-Trabajás como actor desde hace treinta años, ¿cómo te adaptás a los cambios audiovisuales y los nuevos formatos?

-A pesar de la pandemia, hay trabajo. Sin embargo, todo ha cambiado mucho y ya no tenemos la novela de la tarde o de la noche, ni el unitario semanal. Ya no hay nada de eso, pero llegaron otros formatos y hay que reinsertarse. También está esto de las redes sociales. Necesitás estar vigente y mostrarte y eso me cuesta, sinceramente. No sé si soy antiguo, pero soy actor de teatro, de ficción y no me gusta exponerme todo el tiempo. Yo no desespero, por suerte no es lo único que hago.

-¿Qué otras cosas haces?

-No tengo otra profesión, pero trabajo en diferentes cosas. Crecí en el campo, siempre trabajé ahí y me gusta, así que ahora estoy volviendo. Hago huerta en Manzanares, donde viven mis padres; voy probando. Es mi pasatiempo, no hago dinero, pero me divierto. Y la idea es hacerlo productivo en algún momento. Instalo paneles solares y hago algunas cosas de construcción. Ahora me estoy haciendo una casita hobbit en Córdoba, en El Durazno de Calamuchita.

-¿Una casa hobbit?

-Sí, son casas de piedra y madera perdidas en la montaña. Mirás y no las ves porque están perdidas en el paisaje; como las casitas de los hobbits de la película El Señor de los anillos.

Gastón Ricaud, una cara conocida de la televisión de las últimas décadas
Gastón Ricaud, una cara conocida de la televisión de las últimas décadas - Créditos: @DIEGO SPIVACOW

-¿Tenés la idea de mudarte a Córdoba?

-Creo que sí, que en un futuro voy a terminar viviendo ahí. Por ahora busco un equilibrio, ir y venir. Tenemos ese lugar con dos amigos y plantamos más de 200 frutales. Es un proyecto de vida. En el transcurso del año pasado hice tres protagónicos en cine, y de los tres estoy muy orgulloso. El hombre inconcluso se estrena el 24 de noviembre en los cines y es la ópera prima de Matías Bertilotti, un policial de pueblo que filmamos en Misiones, una historia preciosa con una sorpresa al final. Los paisajes increíbles, con una hermosa música y un elenco fabuloso: Carlos Santamaría, Nico Pauls, Víctor Laplace, Ernesto Claudio y muchos actores de Misiones. Me encanta hacer algo federal y laburar con actores de otras provincias porque hay mucho talento. Este año también terminamos Deus irae (la ira de Dios), que dirige Pedro Cristiani. Es una película que venimos haciendo hace unos años y pudimos terminar ahora. Todos los efectos son hechos en vivo, no hay casi nada de compaginación, ni se agregan los efectos por computadora, sino que se hicieron los muñecos. Además, hice una película de un director misionero, Axel Monzú, que se llama Zulma y es una historia fuerte de tierra adentro. Tres películas en menos de un año es una maravillosa entrada al cine, aunque ya había hecho algunas cositas.

-Siempre hiciste mucho más teatro y televisión...

- Sí, y hasta antes de la pandemia giramos por todo el país con La denuncia, una obra que fue creación mía, y en la que uní mi pasión por el campo y la tradición con el teatro, con resultados maravillosos. Es una obra con máscaras, como un pedazo de Martin Fierro o una obra de Molina Campos, muy teatral. Éramos cuatro actores de circo criollo que representábamos varios personajes y la historia es sobre una denuncia policial de 1909. Es un proyecto que me trajo muchas alegrías. Y por otro lado tuve la posibilidad de hacer El hombre araña, una súper producción con supervisión de Marvel que hicimos durante varios años, y fui Peter Parker para toda Latinoamérica. Fue increíble hacer un personaje tan conocido en todo el mundo, por gente de todas las edades. El teatro es donde me formé como actor y nunca dejé de hacerlo, salvo en pandemia. A veces es muy difícil vivir del teatro.

El actor planea radicarse en un futuro en Córdoba
El actor planea radicarse en un futuro en Córdoba - Créditos: @DIEGO SPIVACOW

-Naciste en Olavarría, ¿fue el teatro lo que te trajo a Buenos Aires?

-No vine a Buenos Aires para estudiar teatro sino diseño industrial. Trabajé mucho en el campo de chico, con caballos, en hacienda, en los corrales, manejando tractores, cosechadoras. Manejé mi primer tractor a los 10 años, ayudando a mi papá, y para mí era como un juego. Vine a la ciudad un poco escapando de lo que veía: mi papá trabajaba para otra gente que tenía muchos campos, y vi muchas injusticias, el no reconocimiento del trabajo, y sabía que si me quedaba ese era mi futuro. Me propuse estudiar y salir de ahí. Cuando llegué a la ciudad, extrañaba y no me podía despegar del campo, esto me parecía enorme, con tantas calles, tantas casas, estaba perdido con los olores. Empecé a estudiar teatro para no volverme al campo los sábados, porque los viernes terminaba de cursar y de trabajar y me tomaba el tren a Olavarría, hasta el domingo a la noche. Encontré esa ocupación para no irme, y me encantó y no paré más. Al poco tiempo esa misma profesora nos mandó a una agencia de publicidad y empecé a hacer castings.

-¿Cuál fue el primer trabajo por el que te pagaron como actor?

-Una publicidad en la que tenía que comer un postrecito. Y en ficción hice Aprender a volar, en 1994, con Juan Carlos Thorry, un abuelo que vivía con sus tres nietas. Había hecho un casting en Canal 13 en el que me fue muy bien, pero en ese debut no tanto, porque estaba muy asustado y eso se notó. Pero uno aprende de todo y cuando tuve una segunda oportunidad, no fallé. En algún momento me gustaría dirigir. Quiero hacer cosas que me hacen feliz, no me interesa hacer plata y estar en primera plana.

-Tu hija Lola, ¿quiere ser actriz?

-Lola tiene 15 años e hizo un comercial hace poco. Estudió piano, canta muy bien, hace danzas y va probando de a poquito. No la quiero obligar a nada. Me gusta disfrutar a mi hija, hacerle una comida casera. Soy familiero y comparto mucho con mis viejos también.

-¿Estás en pareja?

-Me separé hace un par de años de la mamá de mi hija y estoy conociendo a alguien.

Oh Dios mío! Los martes 1, 8 y 29 de noviembre, los lunes 21 y 28 de noviembre y miércoles 23 de noviembre, a las 20.30. En el Teatro Regina, Santa Fe 1235