La película de Glen Powell que demuestra que lo políticamente incorrecto en Hollywood puede ir más allá de 'Deadpool'
La nueva comedia del protagonista de 'Con todos menos contigo' se he convertido en uno de los títulos más aclamados del 2024.
Glen Powell está viviendo un año de vértigo. No solo por el éxito de Con todos menos contigo, también porque Hollywood no se ha cortado en potenciar su salto al estrellato con proyectos de lo más jugosos, como el caso de Cómplices del engaño (Hit Man). Dirigida por Richard Linklater, el responsable de Boyhood o Antes del amanecer, esta cinta pone al actor de Twisters o Top Gun: Maverick en la piel de un asesino de pega, un hombre que, adquiriendo diversas identidades, colabora con la policía para detener a aquellos que buscan asesinar a alguien bajo los servicios de un sicario.
Aunque el marketing pueda apuntar hacia el cine de acción, lo cierto es que estamos ante una comedia romántica al uso, con el personaje de Powell enamorándose de una mujer a la que debe detener por intentar asesinar a su marido. Ante la situación, la clave del film reside en la necesidad del protagonista de vivir una doble vida, una como agente de la ley inmerso en una rutina monótona y otra como un carismático y rompecorazones asesino a sueldo, lo que, aparte de demostrar el talento camaleónico del actor, nos deja situaciones tan ingeniosas e hilarantes a las que es difícil no caer rendido.
Pero hay otra virtud que eleva a Complices del engaño por encima de las habituales comedias románticas de Hollywood, la que encontramos en los puntos de humor negro que sostienen la relación del rol de Powell con el de su coprotagonista, interpretada por la actriz puertorriqueña Adria Arjona. Más en concreto, esta está en los terrenos problemáticos en los que avanza el romance, adentrándose en lo controvertido y en lo políticamente incorrecto con temas que hoy en día pocos se atreverían a bromear, y mucho menos desde una perspectiva retorcida camuflada de romanticismo.
Y es que Cómplices del engaño presenta a su protagonista femenina como una víctima de abuso doméstico, lo que hace que el romance con el personaje Powell, que no deja de usar la situación para tomar ventaja romántica y recurre al engaño desde una identidad falsa, roce lo incómodo. Pero, aunque sobre el papel suene desagradable, lo cierto es que el efecto en pantalla es completamente contrario. Richard Linklater se las ingenia para dejar claro que opera desde el terreno de la ficción, jugando con temas delicados pero sabiendo establecer límites gracias al humor y al retrato caricaturesco de los personajes, siempre desde el mayor respeto posible.
En consecuencia, tenemos una película que rebosa ingenio y que se percibe como un entretenimiento ligero y muy disfrutable, algo que, de primeras, es difícil imaginar valorando el contexto que rodea a la historia. Por ello, creo que, en estos tiempos donde la comedia está tan preocupada de ceñirse a lo políticamente correcto, aquí reside la clave de su éxito, en marcar la diferencia en un contexto en el que la industria, especialmente el cine de los grandes estudios, ni se plantea traspasar los límites morales, por mucho que estén realizando ficciones fantasiosas.
Llevar este cine más allá de 'Deadpool'
Eso sí, es una perspectiva a la que Hollywood poco a poco vuelve a abrirse. Durante la última década, en el cine comercial solo lo hemos visto con personajes irreverentes como Deadpool, que ya dejó claro que apostar por situaciones pasadas de rosca que era una línea de negocio de primer nivel. De hecho, solo hay que fijarse en las previsiones estratosféricas de Deadpool y Wolverine, que auguran incluso un estreno por encima de los 200 millones de dólares en Estados Unidos, para darse cuenta de que los espectadores buscan propuestas que le saquen de esta rutinaria política de lo correcto.
Ahora otros géneros, como el caso que aquí nos atañe de la comedia romántica, también se abre a esta senda. Lo comprobamos el año pasado con Hazme el favor, la película con Jennifer Lawrence donde la estrella de Los juegos del hambre se prestaba a una divertida trama en la que mantenía una relación con joven mucho más pequeña que ella. Ahora, Cómplices del engaño retoma esta perspectiva, demostrando que jugando con ingenio uno puede hacer comedia hasta del tema más impensable. Viendo la buena recepción que ha tenido esta cinta de Glen Powell, que desde su estreno en el Festival de Venecia el pasado 2023 no ha parado de recibir buenas críticas, es factible que la industria continúe apostando por esta senda.
Al final, es una forma de sacar al cine de su zona de confort, de ofrecer algo refrescante que rompa con todas las convenciones del público. Son terrenos escabrosos en los que se corren riesgos considerables, pero Cómplices del engaño bien demuestra que con ingenio, un humor muy medido y una trama tratada desde el más absoluto cariño y respeto, se puede romper cualquier límite y obtener resultados sobresalientes que deriven e un gran éxito, como ha ocurrido en este caso.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine 54.
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