La película perturbadora con la que Mia Wasikowska vuelve a inquietarnos con su talento más angustioso
Aunque viva alejada de Hollywood, la estrella de 'Alicia en el país de las maravillas' sigue sorprendiendo con sus proyectos.
Mia Wasikowska lleva años alejada de Hollywood, pero su carrera sigue expandiéndose con películas en Europa y en su Australia natal con las que sigue demostrando talento, como es el caso de Club cero. Dirigida por Jessica Hausner, directora que dio que hablar en el cine de género en 2019 tras presentar Little Joe en el Festival de Cannes, esta película ubicada entre el thriller y la comedia negra pone a la actriz de Alicia en el país de las maravillas ante uno de los papeles más retorcidos de su carrera. Se trata de una gurú del mindfulness que, además de dejar al espectador descolocado, nos descubre mejor que nunca el que siempre fue el mayor talento de su protagonista.
Club cero aterrizó en los cines de México el 13 de junio y relata la historia de Miss Novak, una maestra que llega a un instituto privado para dar clases de nutrición. Tras establecer un estrecho vínculo con sus alumnos, Novak, a quien da vida Wasikowska, comenzará a llevar sus enseñanzas al extremo, motivando a los jóvenes a llevar sus prácticas alimentarias a un extremo inasumible para su salud. Sin embargo, cuando las familias y los profesores se percatan del peligro, ya es demasiado tarde.
El film funciona a modo de sátira sobre el timo que rodea a este tipo de gurús, figuras que se aprovechan de personas moldeables y a través filosofías peligrosas que no se sostienen científicamente, recurriendo a la salud para su beneficio económico. La idea, que también apunta hacia el postureo y al privilegio de clase, se lleva al extremo, planteando al personaje de Wasikowska como la líder de una secta con oscuros secretos y descolocando al público con escenas que se mueven entre lo dramático y lo absurdo.
El tema es tan jugoso que en determinados puntos se echa en falta más garra, ya que a veces alforja el acelerador en exceso. Valorando la complejidad de abordar algo tan delicado como los trastornos alimentarios, o que la propia película se cubra las espaldas con un aviso antes del inicio de la proyección, es entendible que no haya querido ir demasiado lejos. Además, la experiencia global de su visionado es tan incómoda, perturbadora y reflexiva que es difícil no salir del cine removido.
Hasta Guillermo del Toro cayó rendido a su talento
Y es que a Club cero no le hace falta ningún instante pasado de rosca para impactar. El trabajo de Mia Wasikowska al frente, sacando su lado más oscuro desde una contención asombrosa, le basta para sugerir el horror. Es aquí cuando la actriz nos recuerda por qué Hollywood apostó fuerte por ella a comienzos de la pasada década, cuando saltó al universo gótico de Tim Burton, se prestó a la atmósfera fantasmagórica de Jane Eyre, trabajó con maestros del thriller como Park Chan-Wook en Lazos perversos e incluso fue la estrella de Guillermo del Toro en La cumbre escarlata.
Básicamente, podemos decir que es una actriz que siempre se ha movido como pez en el agua en roles oscuros y misteriosos, que sabe transmitir un aroma tétrico y extraño con una facilidad asombrosa. Club cero sabe muy bien el talento que tiene entre manos y lo usa a favor, y solo lo hay que ver las sensaciones de las secuencias de su protagonista en solitario. A través de simples planos de Wasikowska realizando extraños rituales, y sin entrar en ninguna explicación literal, la actriz transmite el horror al que quiere llevarte la película, a ese infierno al que, sin saberlo, sus personajes se ven sumidos.
Si le sumas los sinuosos puntos de humor negro y las múltiples aristas de su temática, la película se salda con una calidad excelente. Aunque eso sí, también nos da que pensar en lo desafortunados que hemos sido perdiendo a una actriz con este talento en el mundo de Hollywood.
En entrevistas como la concedida a IndieWire en 2023, contó que enfrentarse tan repentinamente a la fama en una etapa donde no tenía claros sus objetivos vitales hizo que el agobio se apoderara de ella, especialmente tras un éxito tan masivo como el de Alicia en el país de las maravillas cuando solo tenía 20 años.
“Pasé de 10 a 15 años moviéndome cada tres meses a una ciudad nueva o un país nuevo, y es como empezar en la escuela de nuevo cada pocos meses. Especialmente cuando eres más joven, cuando no tienes esa base, lo encontré realmente difícil”, explicaba la actriz que ahora disfruta de una vida tranquila y feliz en Australia y prioriza proyectos más pequeños, como el caso de Club cero. Por suerte, como bien ejemplifica esta película, estos parecen estar a la altura de su talento y nos dejan disfrutar a lo grande de su capacidad interpretativa.
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