Guillermo Coppola: el peor momento de su vida, el especial pedido de Susana Giménez para su bioserie y su actual relación con la familia Maradona
En una época donde las biopics están de moda, no podía faltar la de él. Sin dudas, Guillermo Coppola es uno de los personajes más representativos de la década de los 90; no sólo por haber sido el manager del mejor jugador de la historia argentina, sino por su vida llena de polémicas, altibajos y mujeres famosas. “ Sé que he tenido un recorrido interesante, prácticamente las viví todas. Por eso creo que faltaba esto ”, le confiesa el empresario deportivo a LA NACION mientras asegura que esta propuesta de Star+ no podría haber llegado en mejor momento.
Y es cierto. A nivel laboral, “Guillote” es parte de No está todo dicho -el ciclo radial de La100 conducido por Guido Kaczka y Claudia Fontán-, está en el comité organizador de la Copa Argentina (que hace poco finalizó su décima edición) y es el invitado estrella cada vez que hay contar anécdotas de la era Maradona. En lo personal, el cariño de sus pares y de la gente en la calle le demuestra que, a pesar de las polémicas que rondaron su vida, supo convertirse en uno de los personajes más queridos del ambiente.
Lo cierto es que Coppola, el representante ya está en marcha, pero habrá que esperar hasta 2024 para verla. Lo que sí se sabe es que estará protagonizada por Juan Minujín, que abarcará el período que va desde mediados de los 80 hasta el 2000 y que el propio Coppola tendrá un cameo que lo reunirá en pantalla con Juan Minujín, el encargado de representarlo en la ficción. “ Fue una vida de trabajo, amor y respeto. Amor a mis amigos, a mi familia y a las mujeres que han estado conmigo. Fue una vida linda y divertida pero con altibajos y errores como la de todos. Y por eso quiero compartirla con ustedes ”, revela emocionado.
-¿Qué te llevó a hacer la bioserie de tu vida?
-Sé que he tenido un recorrido y una vida interesante. La vida misma tiene altibajos, cosas buenas, cosas malas; yo las viví prácticamente todas. Creo que faltaba esto y llega en un momento de mi vida especialísimo, el mejor. Yo digo que siempre el tiempo presente es el mejor porque está transcurriendo, el pasado ya fue y el futuro es incierto, pero esta serie llega en un momento de plenitud total. Además, el cariño de la gente que no se explica... Yo soy un laburante, laburo desde los 12 y acabo de cumplir 74. Hace 62 años que trabajo y la gente me da cariño permanente y lo digo emocionado. Entonces faltaba esto.
-¿La gente te lo pedía?
-Me lo pedía la gente y también otras plataformas. Me llamó Darío Turovelzky de Viacom, Guido Kaczka con Kuarzo, Miriam Lanzoni (que tenía una productora internacional que también estaba interesada), Netflix, Martín Seefeld, Alejandro Hartmann; el director de Carmel: quién mató a María Marta... Fue un aluvión de propuestas, así que el resumen es que estoy muy feliz.
-¿Y cómo te decidiste por Star+?
-Me costó un poco decirle que no a Guido porque estamos en la radio juntos, pero en Disney está Diego Lerner, con quien tengo una relación de hace muchísimos años por ESPN; yo hace 50 que estoy en el deporte. Y además porque me tratan de diez; todo lo que digo es poco. Desde la productora Pampa Films, el director Ariel Winograd, los autores Mariano Cohn, Gastón Duprat y Emanuel Diez pusieron toda la carne al asador y ni hablar de Juan (Minujín), que es más Coppola que yo.
-¿Qué es lo que más te gusta de Juan? ¿Le marcaste algo puntual a la hora de interpretarte?
-Yo a Juan no lo conocía, lo había visto en El Marginal y me encantaba. Hubo varios nombres dando vueltas en su momento... Hasta se hablo de Leo Sbaraglia, que es quién me interpretó en la serie Maradona, Sueño Bendito, de Amazon Prime Video, pero el de Juan me pareció bárbaro. Tuvimos una química inmediata. De hecho, lo invité a mi cumpleaños y la pasó bárbaro. Conocí a Guillote en mi fiesta, porque no era Juan (risas). Era como era yo en las fiestas de los 90, nos sacamos fotos, hicimos pogo, no lo tenía así.
-¿Ese es el Coppola que se va a mostrar?
- La idea es reflejar la vida de uno fundamentalmente basada en los años 90, esos años en los que hubo mucha diversión. Pero mi vida tuvo altos y bajos, así que entiendo que también estarán esos años oscuros cuando estuve preso.
-¿Fue ese el peor momento de tu vida?
-Sí, porque no fue un jarrón, fue un garrón. Si bien el juez terminó preso y cumplió su condena, me queda el sabor amargo de mi vieja yéndome a visitar con una bolsa de comida y sometiéndose a esas requisas donde ya sabemos lo que te hacen. Yo le decía: “Mamá, no quiero que vengas más”, y ella me decía: “No, Guillermito, a mi me ven y me dejan entrar porque saben que soy una persona grande”. Eso no se lo voy a perdonar jamás a este delincuente, que no sólo hizo sufrir mucho a mi vieja sino también a mis hijas.
-¿Estás preparado para las posibles polémicas que puedan surgir a partir de esta serie?
-Esta es una serie buena onda, buena leche; no se busca el conflicto, porque no es mi estilo. Yo jamás señalé a nadie. Si las hay, habrá que responder dando la cara como hice siempre, pero se respira buena energía. Yo tuve mi periodo al lado de Diego, sé cómo me manejé y mi respuesta está en la calle, en lo que la gente me demuestra a diario. Yo voy a una cancha de fútbol, salgo al campo de juego, hay 60 mil personas que ven esta cabellera y gritan: “Guillote, Guillote”. Juegue River, juegue Independiente o juegue San Lorenzo; la respuesta es siempre la misma.
-Yuyito González es una de las que en un principio dijo que prefería no estar, ¿cómo la convenciste?
-Fue todo muy light, muy relajado. Querés estar, estás; no querés estar, ningún problema. Yo me preocupaba, pero después pensaba: si no quieren estar se la pierden, porque esta es una serie buena onda. Es la vida de un personaje que se hizo popular a través de los demás, porque representé a Diego (y antes de él a otros futbolistas) y tuve romances con algunas chicas trascendentales del ambiente.
-¿Cumpliste el deseo de Susana Giménez de chequear el vestuario que le iban a poner?
-Me lo hizo a mí ese pedido porque otra de las libertades que me dieron en esta productora fue el poder hablar con aquellas personas que por ahí son más cercanas en mi vida como Susana, Daniel Scioli, Karina Rabolini. Susana me dijo: “Guille, confío, fijate quién me hace y cómo me visten”.
-¿Y que no quería ser interpretada por la China Suárez no te dijo?
-¿Susana dijo eso? No, lo de la China a mi no me lo dijo. No lo sabía tampoco.
-¿Cómo es presenciar el rodaje? ¿No te tienta parar una escena para opinar o decir: “Esto no fue así”?
- Si vos me preguntás si me gustaría, te digo “sí”; pero si me preguntás si lo haría, te digo “no”. Yo respeto a los que saben, entonces meterme a opinar sería faltarles el respeto a ellos. Salvo que estén cometiendo un error garrafal .
-¿Pensás venir seguido o sólo viniste hoy para el cameo?
-¡No, ni se me ocurre! Cuando me llamen vengo, sino no. El cameo fue muy divertido. Dije lo que me pidieron que diga aunque me dejaron improvisar un poco.
-¿Qué es lo que más te atrapó de los libros?
-Te soy sincero: no leí casi nada. Y la verdad es que prefiero no saber para que no me tiren de la lengua. Así que voy a sorprenderme tanto como el público cuando la vea. Confío en que no se ataca a nadie. Uno no puede vivir la vida pensando que el otro te va a perjudicar, yo no la vivo así. Yo confío. Es verdad que me fui bien y mal confiando, pero lo que más me gustó es que siempre se tuvo en mente consultar a quienes iban a aparecer en la serie. Lo que no hicieron conmigo en Maradona, Sueño Bendito; a mí me metieron como un villano pero se la perdieron porque por ahí hubiese sido mucho mejor mi cuento y mi relato. Sobre todo en el episodio de Punta del Este, que lo hicieron light porque Diego estaba casi muerto.
-¿Sentís que esta serie es una respuesta a la producción de Amazon Prime Video, una forma de limpiar esa imagen que mostraron de vos?
-No, yo no necesito demostrar nada. La gente sabe y Diego también sabía. Los logros de cada uno los vivíamos como propios. El bien más preciado que tenemos los humanos es la vida y luego la libertad. Para Diego, el bien más preciado era la pelota. En una foto gigante que tenemos me puso: “Vos sos la pelota de mi vida”. Siempre me decía: “Vos sos mi pierna izquierda”, “Sos el resto del corazón que me queda”, “Sos mi socio, mi hermano, mi padre, mi amigo”. También fui el hombre que le robó la plata de las hijas, pero en un momento de calentura sintió decir eso.
-¿Creés que se arrepintió de decir eso?
-Yo creo que sí y ¿sabés cómo lo revirtió? El día que hubo que despedir a su padre, dándome la manija del cajón. Y para la gente de esa plataforma que hizo Maradona, Sueño Bendito, la realidad es que el día que hubo que despedirlo a él, la familia me dió la primera manija de su cajón. Punto.
-¿En qué quedó la demanda por usar tu imagen y tu nombre sin tu consentimiento?
- No iba a hacer nada, pero Claudia (Villafañe), las nenas (en referencia a Dalma y Gianinna) y Fernando Burlando dijeron “vamos”, y fuimos. No sé en qué situación se encuentra, es algo que no tenía pensado hacer. Si gano veremos qué hacemos, seguro done la plata.
-Paralelamente, participaste de la serie documental La Hija de Dios…
-Me distinguió Dalma porque Diego también tuvo otros representantes, pero soy el único que participó tanto en el documental como en los distintos homenajes que se hicieron de él. Cada uno sabe cómo se manejó, yo estoy agradecido a la familia y, en especial, a Dalma por este gesto.
-¿Ellas no te preguntaron nada sobre cómo se va a abordar la figura de Maradona en tu serie?
-Nada. No sólo no me preguntaron nada sobre la serie, sino que tampoco sobre cómo se iba a representar la imagen del padre. Eso habla del vínculo que tenemos. Diego era feliz, nos divertíamos a nuestra manera pero sin perjudicar a nadie.
-¿Cómo es hoy tu vínculo con el resto de los hijos de Diego?
-Dalma y Gianinna se criaron conmigo: yo estuve en el bautismo, en la comunión, en los 15 años, en el casamiento de sus padres, en sus nacimientos porque cuando ellas nacieron yo estaba de la mano de Diego en Italia esperando que nos digan si era nena o nene. Con los otros no tuve el mismo vínculo. Con Diego Junior (que a veces tiene diferencias conmigo y se las respeto), el que le abrió la posibilidad de verlo por primera vez a Diego en Italia fui yo. Me peleé con Diego ese día porque no quería ir y yo le dije “vas”. Estuvieron reunidos más de una hora y pico, la justicia dijo que era su hijo y Diego lo aceptó. Con Jana lo mismo, la mamá sabe que hice hasta donde pude. Yo trataba de interceder pero bueno, Diego tenía su carácter.
-¿Cómo lo recordás?
- Lo extraño porque nosotros éramos como “Starsky y Hutch”, pero durante el último tiempo ya no era Diego. Yo prefiero recordarlo con alegría aunque lloro porque me falta.