Henry Cavill se despide de ‘The Witcher’ dejando claro el problema que tendrá su reemplazo

ATENCIÓN: Este artículo contiene spoilers del final de la tercera temporada de 'The Witcher'

Llegó la hora de la despedida. Una de las más agridulces en el universo de las series. Porque ya no volveremos a ver a Henry Cavill interpretando al hechicero de los gruñidos y músculos de acero. La tercera temporada de The Witcher ya está completa en la plataforma de Netflix, marcando el adiós definitivo del actor británico en su proyecto soñado. Sin embargo, nos toca despedirnos de él, no del personaje, haciendo que el final de temporada sea uno de los más bizarros, amargos y difíciles de digerir en mucho tiempo.

No creo equivocarme al pensar que todos aquellos que seguimos la serie temíamos este momento desde que Netflix anunció su partida. Por un lado, porque Henry Cavill logró elevar al personaje en medio de la vaguería creativa de sus guiones, siendo lo mejor de The Witcher y el único motivo por el que volvemos a darle una oportunidad a cada temporada. Y por otro, porque en lugar de optar por concluir la serie con el adiós a su protagonista, optaron por una decisión inesperada fichando a Liam Hemsworth -el hermano menor de Thor y ex de Miley Cyrus- como reemplazo.

Y si bien no tengo nada en contra el actor de Los juegos del hambre, creo que tiene una misión imposible después de haber visto el final de la tercera temporada.

Los últimos tres episodios nos devuelven a la aventura que Geralt de Rivia (Henry Cavill), Yennefer (Anya Chalotra) y Ciri (Freya Allan) mantienen desde el principio, buscando aliados y desafiando enemigos, con el propósito de proteger a la poderosa princesa de Cintra. Se encuentran, se separan… lo mismo de siempre, hasta que los últimos minutos los coloca a cada uno por su parte. Yennefer reuniendo a sus amigas magas para prepararse para la batalla contra Vilgefortz. Ciri redescubriéndose independientemente con nuevos compañeros de viaje y Geralt, de nuevo, yendo a buscarla con un final que da la espalda a la cámara y adiós para siempre.

La verdad es que cualquiera se hubiera esperado un final más ceremonioso para marcar la despedida del actor que se convirtió en el imán principal de la serie, convocando millones de espectadores ante el catálogo de Netflix. Sin embargo, en sus últimos minutos lo vemos blindando su espada contra un grupo de soldados más débiles que él, haciendo volar sangre y amenazando con el rescate inminente de Ciri para entonces darse la vuelta y desaparecer entre la niebla.

Sinceramente me esperaba más mimo y grandiosidad en la despedida definitiva del actor que convirtió a The Witcher en un éxito para Netflix. Y es que la escena final, en cierto sentido, parece enviarnos un mensaje subliminal sobre las diferencias entre actor y equipo creativo. Después de todo, oficialmente nunca dijeron los motivos detrás de la decisión de desligar a la estrella del show, pero los rumores apuntaron a diferencias creativas entre el actor (fanático de las novelas originales hasta la médula) y los responsables de la serie (que desde la segunda temporada se tomaron licencias creativas abismales).

Sin embargo, en medio de este desgano narrativo, carente de invención y originalidad que resta homenaje al peso del Geralt de Henry Cavill en el universo de Netflix, surge la realidad que le pone las cosas difíciles a Liam Hemsworth y responsables de la serie.

Y es que en medio de guiones que no sorprenden a lo largo de los tres últimos episodios, Henry Cavill se erige de nuevo como lo mejor que pudo pasarle a la producción. Porque entre personajes secundarios fácilmente reemplazables y diálogos que solo destacan por los gruñidos de Geralt, la presencia de Cavill y su actuación se mantienen como el atractivo principal por el que seguimos dando ‘play’ a cada episodio.

La verdad es que a Henry Cavill nunca pareció importarle caer en estereotipos. Y no me extraña, después de todo, su camino hacia la cima de Hollywood no fue fácil. Lo rechazaron en los castings de Superman, James Bond y Linterna Verde, mientras su carrera se acomodaba en personajes pasajeros sin peso ninguno. Sin embargo, cuando Zack Snyder lo eligió como el Hombre de Acero del Universo Extendido de DC, todo cambió y el actor abrazó con fuerza su rol de héroe fornido en el mundo del cine. Y Geralt es una extensión de ese camino, mitad avatar de videojuego, mitad héroe de acción.

Una especie de caricatura épica que Henry Cavill hizo brillar. Incluso en un final de temporada tedioso, repetitivo y carente de sorpresas.

En resumen, si The Witcher logró trascender más allá de los fans de las novelas de Andrzej Sapkowski y en medio de la marea de series que inunda al universo streaming, no fue por su narrativa, su juego de géneros o porque queramos descubrir los poderes de Ciri (sinceramente me dan lo mismo), sino por ese hechicero gruñón con corazón al que nos creemos como héroe letal bajo el portento físico e interpretación de Henry Cavill.

Sin embargo, su despedida se centró en verlo desaparecer entre la niebla para que Liam Hemsworth reaparezca del otro lado sin ningún tipo de explicación o coherencia cuando las diferencias físicas saltan a la vista. Y así, cuando la serie se despide de su protagonista sin ceremonias ni secuencias grandilocuentes, Henry Cavill logra dejar huella dejando claro que a partir de ahora Netflix tiene un gran problema por delante.

Porque por mucho que concluyan la historia matando personajes y sumando otros nuevos, no son más que relleno para una narrativa que sigue contando lo mismo. Y si algo dejan claro con este final tan insulso es que Henry Cavill es la estrella del show. Que él es The Witcher. Que él es el imán que la hace atractiva y que reemplazarlo no será tarea fácil. Más bien se antoja como una tarea imposible cuando observamos las sensaciones agridulces que sentimos con el final, despidiéndolo con la certeza de que no lo volveremos a ver mientras las ganas de seguir descubriendo la misma historia desaparecen con él.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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