Una separación de Hollywood alberga una lección de serenidad para tomar nota
No es sorpresa para nadie que un matrimonio en Hollywood acabe en saco roto. La vida romántica de las estrellas del cine y la televisión tiende a ser volátil y muchas veces con finales complicados que alimentan rumores, cotilleos y tensiones que pasan a ocupar el interés mediático por encima de sus trabajos, incluso entorpeciendo su vida profesional. Solo hay que ver lo que ocurrió con parejas como Brad Pitt y Angelina Jolie, cuya pasión no tardó en convertirse en conflictos de los que prensa y público se hicieron eco casi al instante.
Pero generalizar está mal, y si indagamos entre los entresijos de la industria podemos encontrar historias de matrimonios rotos que dejan importantes lecciones sobre cómo gestionar los problemas en una relación y no convertir la separación en un drama, sino más bien en lo contrario. Y fue justo lo que ocurrió con Danny DeVito y Rhea Perlman, otra de las parejas cuya relación también trascendió a la pantalla con los muchos trabajos que compartieron juntos y que se alargó durante más de 40 años, hasta que decidieron seguir caminos separados en 2017.
Se conocieron en enero de 1971, cuando DeVito presentaba la obra The Shrinking Bride. Perlman acudió a ver a una amiga a la función y no tardó en echar chispas con el actor y director de La guerra de los Rose. Dos semanas después de este encuentro ya vivían juntos, aunque no se unieron en matrimonio hasta el 28 de enero de 1982, casi una década después. Tuvieron tres hijos y comenzaron a trabajar juntos en varios proyectos, como el programa de televisión Taxi o la adaptación de 1996 de Matilda, donde también fueron pareja en pantalla interpretando a los padres de esta niña prodigio con poderes. Pero su amor se apagó.
Después de 30 años de matrimonio y más de 40 juntos, en octubre de 2012 se separaron. Consiguieron reconciliarse y en 2013 reanudaron su relación sentimental, pero en marzo de 2017 volvieron a seguir caminos separados. No obstante, no se puede decir que su relación cayera al abismo, puesto que desde entonces han creado un vínculo aún mayor que el que disfrutaron en sus últimos años como pareja. De hecho, la propia Perlman reconoce que su separación fue clave para lograrlo.
Así lo contó en 2019 para el programa Watch What Happens Live with Andy Cohen, donde admitió que su felicidad y la de todos los seres queridos que les rodea se encuentra en su máximo exponente. “No sé por qué es difícil para otras personas, pero Danny y yo siempre nos hemos amado y tenemos tres hijos maravillosos juntos”, dijo sobre el estado actual de su relación con DeVito. “Realmente estamos de acuerdo en casi todo lo importante”.
“Sabes, estuvimos juntos durante 40 años. 40 años es mucho tiempo, así que quizás tengamos que hacer otra cosa”, continuaba detallando sobre las razones de su separación, dejando claro que en la actualidad continúan hablando con mucha frecuencia. Fue cuando el presentador le pidió hacer una comparativa de su estado actual con cómo fueron las cosas en los últimos tiempos de su relación, a lo que Perlman contestó haciendo alusión a lo mucho que les ha ayudado dejar atrás todas las tensiones. “Mucho mejor ahora, porque todas las cosas tensas se han ido".
Sin embargo, no se puede negar que la pareja tuvo una separación complicada. En otra entrevista con People la actriz matizó que el cambio fue difícil de asumir y que hubo muchas razones de por medio que los llevaron a tomar dicha decisión. Pero el tiempo les hizo reflexionar y cambiar de parecer hasta el punto de sentirse unidos como pocas veces en los últimos años. "No voy a endulzarlo, fue difícil", declaraba al mencionado medio. "Fue muy difícil al principio. Y hubo muchas razones por las que nos separamos, en las que no voy a entrar. Pero nos tomó tiempo llegar a este entendimiento y una relación bastante decente entre nosotros".
Su caso es comparable con otros matrimonios rotos de Hollywood como el de Bruce Willis y Demi Moore. De hecho, la actriz ha apoyado a Willis como pocos en los momentos delicados de salud que atraviesa actualmente, habiendo compartido la custodia de sus hijos en armonía e, incluso, pasado la cuarentena provocada por la pandemia en la misma casa cuando el actor de Duro de matar tiene esposa.
Básicamente, casos que demuestran que los sentimientos van más allá de una mera relación amorosa y que, cuando algo no funciona, es mejor cortar por lo sano y no dejar que los problemas de pareja afecten a la buena conexión creada. Desde luego, algo atípico en un mundo como Hollywood, especialmente el de Danny DeVito y Pearlman, que, con una conexión casi mayor que en sus últimos años juntos, incluso se niegan a divorciarse ante las buenas vibraciones que aún se transmiten mutuamente. De hecho, continúan yendo juntos a eventos, a veces acompañados también por sus hijos, como se les pudo ver el pasado diciembre en la premiere de Avatar: El camino del agua. “Todo el mundo tiene una buena relación con Danny, conmigo y entre nosotros. Eso es todo lo que nos importa”, concluía Perlman su intervención.
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