La huida de Hollywood de la estrella de 'Vértigo' para salvarse a sí misma

HOLLYWOOD, CA - 10 DE ABRIL: La actriz Kim Novak asiste a la gala nocturna de apertura del Festival de Cine Clásico TCM 2014 y al estreno mundial de la restauración de
HOLLYWOOD, CA - 10 DE ABRIL: La actriz Kim Novak asiste a la gala nocturna de apertura del Festival de Cine Clásico TCM 2014 y al estreno mundial de la restauración de "Oklahoma!" celebrada en el TCL Chinese Theatre IMAX el 10 de abril de 2014 en Hollywood, California. (Foto de Tommaso Boddi/WireImage)

Kim Novak es una de las últimas supervivientes del Hollywood clásico. Actualmente retirada y habiendo cumplido los 90 el pasado mes de febrero, esta actriz legendaria convivió con el glamur del cine junto a figuras como Frank Sinatra, Kirk Douglas, Jack Lemmon y Fred Astaire, pero ninguna película grabó su nombre a fuego en la historia del cine como Vértigo, el clásico que protagonizó en 1958 bajo las órdenes de Alfred Hitchcock. Sin embargo, su historia refleja que el éxito hollywoodense nunca está asegurado, habiendo desaparecido de la pantalla de un día para el otro.

Vértigo es una de las pocas películas que podemos decir con certeza que lograron ganarle al paso del tiempo. No solo aparece entre las mejores de la historia en las encuestas del Instituto de Cine Americano, sino que los críticos la eligieron como la mejor en 2012 en la encuesta que la revista Sight and Sound realiza cada década, cayendo a la segunda posición en 2022. Pero manteniéndose arriba, latente en el podio cuando se estrenó hace 65 años.

No obstante, el éxito de la película no se tradujo con el mismo estatus en la carrera de Kim Novak. Al contrario de otras actrices que trabajaron con Alfred Hitchcock, no califica al director de Psicosis o Los pájaros de abusivo y obsesionarse con ellas (críticas que vertieron figuras como Tippi Hedren y varios libros sobre su carrera). En su lugar, prefiere guardarse esos calificativos para Harry Cohn, uno de los aclamados productores de aquella época que se entrometió en una de sus relaciones amorosas. Porque su pareja era el cantante y actor negro, Sammy Davis Jr.

Kim Novak se sienta en la cama en una escena de la película 'Vértigo', 1958. (Foto de Paramount/Getty Images)
Kim Novak se sienta en la cama en una escena de la película 'Vértigo', 1958. (Foto de Paramount/Getty Images)

La actriz reveló en varias ocasiones que Harry Cohn, el jefe de Columbia Pictures, le pidió que cambiara su nombre por el de Kit Marlow para tener más atractivo comercial. "Quería que fuera Kit Marlow. Fue como si hubieran tomado la decisión a mis espaldas. 'Todos decidimos que tu nombre será Kit Marlow'. Le dije 'No voy a ser Kit Marlow. Entiendo que no voy a ser Marilyn, pero no voy a ser Kit Marlow'", contó a CBS hace unos años.

"Harry Cohn daba miedo", sentenció comparándolo con su padre, un hombre "duro" al que Kim "temía y amaba" al mismo tiempo. Pero ella igualmente le hizo frente, saliéndose con la suya después de llevarle caramelos de chocolate en Navidad. "Recuerdo que se puso a llorar", compartió la actriz y así logró bautizarse profesionalmente manteniendo su apellido real. Pasó de ser Marilyn Pauline Novak, a Kim Novak.

Sin embargo, según reveló en una entrevista concedida a The Guardian en 2021, el productor la había llamado “polaca tonta” y “gorda”, asegurando que se interpuso en medio de su relación debido al color de piel de su pareja. “Se negaron a dejarme que me acercara a la casa de Sammy. Y quería a su familia, eran maravillosos. Sammy ya había perdido un ojo en un accidente y Harry Cohn amenazó con sacarle el otro. Estoy segura de que habría conseguido que sus amigos mafiosos lo hicieran. Cohn definitivamente estaba con la mafia”, explicaba.

Y si bien, semejante intromisión personal podría haber sido uno de los detonantes que hicieron que Kim Novak se hartara de Hollywood, no fue el principal. La verdad es que tras la muerte de Cohn en 1958 se encontró ante una industria que no le ofrecía más que papeles de chica bonita y ligera de ropa que estaban lejos de los objetivos que perseguía en su carrera. Novak siempre había querido ser una actriz original y alejarse de los estereotipos, pero el Hollywood de aquella época no terminó de permitírselo. No como ella soñaba. Y entre la decepción del negocio y el cansancio de ver cómo su vida era diseccionada por el universo mediático, le dio la espalda a Tinseltown en 1966.

Y es que Kim Novak no quería dejarse llevar por Hollywood y terminar perdiéndose a sí misma.

La actriz estadounidense Kim Novak en el set de Vértigo, dirigida y producida por el británico Alfred Hitchcok. Kim Novak interpreta dos papeles, Judy y Madeleine. (Foto de Sunset Boulevard/Corbis a través de Getty Images)
La actriz estadounidense Kim Novak en el set de Vértigo, dirigida y producida por el británico Alfred Hitchcok. Kim Novak interpreta dos papeles, Judy y Madeleine. (Foto de Sunset Boulevard/Corbis a través de Getty Images)

"Puedes ser atraído a amarte demasiado a ti mismo. Por eso dejé Hollywood. No quería entrar en todo eso. No quería perderme. Necesitaba irme para salvarme. Me gusta quien soy, incluso con el sufrimiento que atraviesas, incluso con el hecho de que cuando eres vulnerable sientes todo tan intensamente”, dijo a The Guardian.

Y es que Novak estaba "absolutamente" convencida de que terminaría perdiéndose si se quedaba. “Es emocionante vestirse con ropa preciosa, sentirse y verse sexi. Es maravilloso, pero es una trampa”, sentenciaba rotundamente. Creía que todo ese glamur exterior lleva a que una persona piense que es suficiente pero que más tarde en la vida se da cuenta que no lo es. “Tantas personas, una vez que se hacen mayores y ya no son venerados por su belleza, se derrumban”, añadía.

Soñaba con ser apreciada como actriz a través de personajes que desafiaran su talento. Pero esos proyectos nunca llegaban. “Quería que me apreciaran por lo que era como persona y por lo que tenía para ofrecer. No sentí que mi trabajo significara nada allí. Sabía que era una buena artista y quería expresar mis sentimientos”.

“No del escritor ni del director. Quería expresarme. Quería interpretar el papel de alguien que padecía una enfermedad mental. Creo que podría haber hecho un buen trabajo, porque conocía esos sentimientos", aseguró para entonces exponer el trastorno bipolar que le diagnosticaron en el año 2000.

Desde entonces, la actriz siempre intentó normalizar y romper los estigmas. Novak cree que heredó la enfermedad de su padre, pero varios sucesos como una violación que sufrió de adolescente, el acoso de sus compañeros de escuela, o el pertenecer a una familia cristiana que vivía en una zona peligrosa de Chicago, también habría contribuido a su trastorno. “Se trataba de jóvenes judíos inocentes que intentaban vengarse de los asesinatos de sus familiares. Y no ayudó tener un abuelo cuyo primer nombre era Adolf", admitía al hablar de sus vecinos de barrio. Sobre su violación, solo detallaba que ocurrió “con varios chicos en el asiento trasero del coche de un extraño” y que nunca habló a sus padres de lo sucedido.

Kim Novak asiste al estreno de 'Middle of the Night', junio de 1959. (Foto de Staff/Mirrorpix/Getty Images)
Kim Novak asiste al estreno de 'Middle of the Night', junio de 1959. (Foto de Staff/Mirrorpix/Getty Images)

De esta manera, además de la falta de personajes interesantes, sus miedos a perderse en la vorágine de Hollywood y una lucha constante contra la depresión que llevaba batallando desde su adolescencia, declaraba que se encontró con otras señales que le incitaron a huir. Tras un matrimonio fallido con el actor Richard Johnson que apenas duró un año, la naturaleza se encargó de mostrarle el camino. Kim vivía en la costa de Big Sur en California, donde se había refugiado en sus grandes pasiones: la pintura y la protección de animales rescatados. Pero un incendio hizo que perdiera todos sus objetos de valor mientras que, poco después, un desprendimiento arrasó con los cimientos que quedaban de su hogar.

Y en lugar de derrumbarse ante semejante tragedia, decidió tomarlo como un aviso de que ese ya no era su lugar. Empacó lo poco que le quedaba, alquilo una caravana y se marchó a vivir a un rancho en Oregón. Así, de la noche a la mañana.

Allí conoció a Robert Malloy, un veterinario que fue su marido hasta su muerte en diciembre de 2020. “Me encantaba ayudarlo con las cirugías”, admitía reconociendo que convertirse en su asistente le hizo sentirse “útil”. De vez en cuando volvió a la industria para realizar papeles esporádicos en cine y televisión, pero esos viajes solo le recordaban por qué se había marchado. Como la vez que regresó en 2014 para presentar un premio a los Óscar.

Novak no quería desfilar bajo el escrutinio de los focos de Hollywood pero aceptó la invitación después de que sus amigos la convencieran. Sin embargo, después de aparecer sobre el escenario junto a Matthew McConaughey, leyó lo que Donald Trump había publicado en Twitter ridiculizándola ante el mundo. “Me está costando mucho ver esto. Kim debería demandar a su cirujano plástico”, tuiteó el expresidente.

Y a Kim Novak le afectó tanto que, según Inside Edition, no salió de su casa "durante meses".

HOLLYWOOD, CA - 2 DE MARZO: Kim Novak llega a la 86ª Entrega Anual de los Premios de la Academia en Hollywood & Highland Center el 2 de marzo de 2014 en Los Ángeles, California. (Foto de Dan MacMedan/WireImage)
HOLLYWOOD, CA - 2 DE MARZO: Kim Novak llega a la 86ª Entrega Anual de los Premios de la Academia en Hollywood & Highland Center el 2 de marzo de 2014 en Los Ángeles, California. (Foto de Dan MacMedan/WireImage)

Trump se disculpó el año siguiente cuando se postuló como presidente. La actriz aceptó la disculpa pero enviando un mensaje alto y claro en respuesta. "Es una pena que los chicos no piensen antes de abrir la boca", dijo a Inside Edition.

Años más tarde, en su charla con The Guardian, Kim reconocía que cometió el error de ir a un doctor que le inyectó “grasa” en el rostro. “Fue lo más estúpido que hice”, sentenciaba mientras añadía que había tomado un Valium con el estómago vacío porque estaba intentando perder peso para el evento. Toda esa experiencia le recordó que no estaba hecha para Hollywood. “Soy demasiado vulnerable para esta ciudad”, sentenció.

A los 90 años, Kim Novak sigue adelante. Nunca quiso tener hijos por miedo a que heredaran su trastorno bipolar. En cambio se adaptó a vivir lejos de las luces de Hollywood y a la soledad tras la muerte de su marido Robert Malloy en 2020, imbuyéndose en el mundo del arte, la poesía y la pintura, junto a sus cuatro caballos y dos perros.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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