James Cameron y cuando la burbuja de ganador del Óscar explotó en su cara

El director James Cameron levanta su Oscar después de ganar en la categoría de Mejor Director durante la 70ª edición de los Premios de la Academia en el Shrine Auditorium el 23 de marzo. Cameron ganó por su película

James Cameron hizo historia hace 25 años en los premios Óscar. Titanic no solo había arrasado económicamente coronándose como la película más taquillera de la historia (un título que mantuvo durante más de una década hasta que Avatar ocupó su lugar), sino que en la noche del 23 de marzo de 1998 igualó el récord de Ben-Hur como la cinta más premiada por la Academia con 11 estatuillas. Sin embargo, el éxito descomunal de aquella noche nubló tanto a su director, que al recibir el premio a Mejor Director se dejó llevar por la efusividad y lanzó una frase que no causó nada de gracia.

Remontémonos a la ceremonia. Titanic estaba arrasando y cuando llegó el premio a su director hacia el final de la gala, Cameron estaba en una nube de gloria máxima. Lo dejó claro al comienzo de su discurso, agradeciendo a todo el reparto que lo había ayudado a “crear oro” mientras rechazaba nombrar al resto de implicados porque ya habían sido reconocidos con una nominación o victoria. Era verdad, pero sus palabras podían percibirse como un alardeo innecesario frente a decenas de nominados que esa noche habían perdido contra su película. Sin embargo, el asunto se tornó bizarro cuando, al agradecer a sus “productores originales”, sus padres, gritó la famosa frase de su película: ¡Soy el rey del mundo!”. Con los brazos abiertos, alarido ‘a la Leonardo DiCaprio’ y todo. Solo le faltaba la proa del barco. Sin embargo, ahora reconoce que supo que se había metido en un problema cuando vio la cara de Warren Beatty (el encargado de entregarle el premio) entre bastidores.

"Te diré exactamente cuándo me di cuenta por primera vez [de que iba a ser un problema]: cuando caminé detrás del escenario y Warren Beatty tenía una expresión en su rostro como de '¿Qué diablos acabas de hacer?'. Como de 'Pobre bobo, ¿qué carajo acabas de hacer?'”, explicó el cineasta nominado este año por Avatar: El camino del agua en un reportaje dedicado a la ceremonia de los Óscar más vista de la historia por The Hollywood Reporter. La de la noche de Titanic.

“Le dije, ‘ah, ¿Qué no fue genial? OK.’ Quiero decir, obviamente lo he analizado. Mi esposa en ese momento, Linda [Hamilton], me había dicho: 'Si vas a citar una frase de la película, cítala con entusiasmo'. Y yo dije: 'Puedo hacer eso’” añadió. Evidentemente, James Cameron estaba viviendo una burbuja de gloria suprema, recibiendo todos los reconocimientos posibles después de pasar dos años y medio dedicado a su ambicioso proyecto. Cualquiera puede entender que la alegría y efusividad se apoderaran de él, sin pensar en las consecuencias de la frase en ese momento en particular, pero, siendo un director tan consciente del público y las reacciones que espera con sus trabajos, resulta más llamativo y chocante. Sin embargo, según sus palabras, esa burbuja no tardó en explotarle en la cara ni bien cruzó miradas con Warren Beatty segundos más tarde.

En 1998 no vivíamos con la hambruna opinante que actualmente alimentan las redes sociales, pero su discurso igualmente no fue bien recibido. El director de la ceremonia, Louis J. Horvitz, admitió en el mismo reportaje que Cameron le había parecido un “estúpido” por aquel discurso, mientras que el ex jefe de Fox Film Entertainment, Bill Mechanic, hizo una reflexión sobre la repercusión desastrosa que una presunción arrogante de esas características puede tener en la industria.

“Si hubiera hecho eso antes de que cerrara la votación, hubiéramos perdido”, dijo Mechanic. “Es el tipo de cosas que te costarían la victoria”. A su vez, en el mismo reportaje, el actor encargado de interpretar al novio posesivo de Rose, Bill Zane, tambien expresó su desconcierto tras ver al director gritando la frase de Jack.

LOS ANGELES - DECEMBER 19: The movie
LOS ANGELES - DECEMBER 19: The movie "Titanic", written and directed by James Cameron. Seen here from left, Leonardo DiCaprio as Jack Dawson and Danny Nucci as Fabrizio in the "I'm the king of the world!" moment. Initial USA theatrical wide release December 19, 1997. Screen capture. Paramount Pictures. (Photo by CBS via Getty Images)

Una frase que, en el contexto de la victoria arrolladora de Titanic y frente a toda la industria presente con sus propios trabajos nominados, fue percibida como un gesto de arrogancia. De fanfarroneo innecesario. En otras palabras, no hacía falta y terminó acompañando a Sally Field en la lista de discursos más bizarros en la historia de los Óscar. Si no lo recuerdan, cuando la actriz ganó el Óscar a Mejor Actriz por En un lugar del corazón en 1985, se dirigió a la industria diciendo: “No puedo negar el hecho de que les gusto. Ahora mismo, ¡a ustedes les gusto!”, siendo injustamente ridiculizada durante toda su carrera a través de bromas, sketches y películas como La máscara.

Sin embargo, 25 años después, James Cameron reconoce que las críticas no estaban equivocadas. "De lo que me di cuenta es que el problema es que es demasiado autorreferencial y visto como arrogante, no se trata del tipo de semiótica de 'Soy el rey del mundo', sino del escenario de estar citando tu propia película como si cada persona en la audiencia fuera un gran admirador” reconoce.

Porque había mucha gente en esa audiencia que no votó por 'Titanic'. No puedes asumir que porque estás ganando, has ganado por una gran mayoría” explicó. Sin embargo, si bien reconoce que el uso de la frase de Leonardo DiCaprio en la proa del Titanic, tuvo una resonancia arrogante, también explicó que la utilizó como mensaje para sus padres, haciéndoles saber que estaba feliz en ese momento. “No estaba diciendo específicamente [a la industria]: ‘Miren todos ustedes, hijos de p***, cómo se hace, y sí, ¡soy el rey del mundo! No es lo que estaba diciendo. Pero, por supuesto, eso es lo que escucharon” sentenció.

Sin embargo, a pesar de todo, sabe que no fue la reacción más acertada. Sobre todo al ser un cineasta tan dedicado al entretenimiento y la conexión con el público a través de sus experiencias cinematográficas. “Por supuesto, como director, se supone que debo ser mejor que eso. Se supone que debo saber lo que escucha la audiencia: cómo una frase aterriza es parte del arte”.

De esta manera, James Cameron reconoce que aquella frase tuvo dos significados muy diferentes entre la película y el momento de la vida real cuando decidió usarla. Una frase que todo el mundo repite e imita cuando se encuentra en la proa de un barco, bote o lancha. No importa el tamaño, es un clásico. Y gracias al mensaje que engloba en la película, de libertad, de aventura hacia un nuevo destino, de alegría al tratarse de un joven humilde agradecido por las vueltas de la vida. Y no por el momento bizarro de los Óscar manchado por aires arrogantes sin intención por su director.

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