El despido de una actriz de 'Romeo y Julieta' salvó a Leonardo DiCaprio de la polémica

Claire Danes se sorprende cuando Leonardo DiCaprio toma su mano para besarla en una escena de la película 'Romeo y Julieta', 1996. (Foto de 20th Century-Fox/Getty Images)
Claire Danes se sorprende cuando Leonardo DiCaprio toma su mano para besarla en una escena de la película 'Romeo y Julieta', 1996. (Foto de 20th Century-Fox/Getty Images)

Leonardo DiCaprio ya empezaba a ser de los actores más solicitados de Hollywood cuando protagonizó Romeo y Julieta (1996). Había cumplido 21 años y contaba con un currículo envidiable, encumbrado por los aplausos a su trabajo en Mi vida como hijo (This boy’s life) y su primera nominación al Óscar por ¿A quién ama Gilbert Grape? con 19. Estaba destinado al estrellato internacional y la adaptación de la obra de William Shakespeare fue el vehículo perfecto para convertirlo en el nuevo galán del romanticismo juvenil. Una especie de primer plato a lo que sería el festín del amor que vimos (y seguimos viendo) en Titanic. Sin embargo, las cosas podrían haber sido muy distintas de no haber sido por un despido que llegó justo a tiempo.

Cuando Baz Luhrmann (Moulin Rouge!, Elvis) comenzó a trabajar en su visión modernizada de la tragedia amorosa, todavía no había fichado a Claire Danes en el papel de Julieta. Sino que había otra actriz contratada para dar vida a la hija de los Capuleto. Se trataba de Natalie Portman que, en aquel momento, era una adolescente en alza en la industria del cine. Su papel en El perfecto asesino (Léon, 1994) como una huérfana precoz que formaba amistad con un asesino a sueldo de mediana edad (Jean Reno) cautivó al mundo en general. El éxito fue tan inmediato que mientras seguía asistiendo al colegio, no dejaba de recibir proyectos. Por ejemplo, según contaron sus padres a The New York Times, llegaban a leer hasta “cinco guiones a la semana”. Y entre esos libretos se encontraban algunas de sus siguientes películas, como Heat: fuego contra fuego con Al Pacino y Robert De Niro o Todos dicen I love you de Woody Allen. Y también, para sorpresa de muchos, Romeo y Julieta. No obstante, el director y ejecutivos de 20th Century Fox se encontraron con un grave problema.

Natalie Portman tenía 13 años cuando fue seleccionada para interpretar a Julieta después de una búsqueda que llevó al director a “ver a cientos de personas” por “todo el mundo”, según explicó a EW. Digamos que, en principio, el fichaje era fiel a la obra original de William Shakespeare manteniendo la misma edad del personaje. Poco después ficharon a la estrella del momento -Leonardo DiCaprio- para el papel de Romeo, sin embargo, los responsables enseguida se encontraron con un inconveniente que traspiraba polémica: tenía 21 años.

Picnic de ayuda pediátrica de 1996. Natalie Portman (Foto de Ke.Mazur/WireImage)
Picnic de ayuda pediátrica de 1996. Natalie Portman (Foto de Ke.Mazur/WireImage)

Es decir, no solo había una diferencia de edad importante, sino que uno de ellos había cumplido la mayoría de edad y la otra seguía siendo una niña. Pero lo curioso del asunto es que, a pesar de lo inapropiada que resulta la idea, no hicieron cambios enseguida, sino que siguieron adelante e hicieron la prueba de ensayar en pareja. Y fue ahí donde se dieron cuenta del grave problema que tenían si seguían adelante.

"Fox dijo que parecía que Leonardo DiCaprio estaba abusando de mí cuando nos besamos", explicó Portman en la mencionada entrevista a New York Times de 1996. "Fue una situación complicada", añadió tiempo después a HelloGiggles. "En ese momento, tenía 13 años y Leonardo tenía 21 y no era apropiado a los ojos de la compañía cinematográfica o del director, Baz”.

Fue entonces cuando Natalie Portman tuvo que abandonar el proyecto a pesar de la ilusión que sentía. A esa edad ya sabía que quería interpretar personajes que la desafiaran como actriz (como demuestran sus fichajes en Heat o Chicas hermosas) mientras que sus padres apoyaban sus elecciones, siendo muy selectivos a la hora de elegir los rodajes que aprobaban para ella. Básicamente, no querían ninguna historia que volviera a sexualizar su imagen -como había hecho El perfecto asesino de Luc Besson-, llegando a rechazar Lolita de Adrian Lyne (Nueve semas y media, Atracción fatal). Y Romeo y Julieta había pasado el corte.

El director y el estudio evidentemente favorecieron el fichaje de Leonardo DiCaprio y Portman tuvo que despedirse del papel de Julieta llegando a “una especie de decisión mutua” con los implicados. La búsqueda comenzó de nuevo y después de que Sarah Michelle Gellar rechazara la oferta por conflictos de agenda, Luhrmann ofreció el papel a Claire Danes a petición de DiCaprio porque “fue la única que lo miró a los ojos en las audiciones” (New Yorker).

Danes tenía 17 años y si bien existía cierta diferencia de edad con su compañero de reparto, no era lo suficientemente evidente como para causar problemas o polémicas.

Natalie Portman durante los MTV Movie Awards de 1996 en Walt Disney Studios en Burbank, California, Estados Unidos. (Foto de Ke.Mazur/WireImage)
Natalie Portman durante los MTV Movie Awards de 1996 en Walt Disney Studios en Burbank, California, Estados Unidos. (Foto de Ke.Mazur/WireImage)

Creo que no soy la única en imaginar que la decisión terminó salvando a la película de las críticas eternas. Y más ahora. No solo porque vivimos en un momento de concienciación global bajo el peso del veredicto social y la opinión pública en redes, sino también porque la propia industria ventila sus trapos sucios cada dos por tres en cuanto a la presión vivida por actores infantiles en el pasado o la sexualización precoz (como volvió a destapar Brooke Shields). Y una pareja de la ficción con este tipo de diferencia de edad seguramente seguiría generarando polémica, y más ahora, 27 años después.

Y si bien podemos estar de acuerdo con que DiCaprio tenía un aspecto juvenil que fácilmente lo hacía pasar por adolescente, y Portman había participado en películas e ilustrado portadas de revistas que la hacían aparentar más edad de la que tenía, no dejaba de haber una diferencia de madurez innata que se habría transmitido en pantalla. Así como aparentemente se transmitó en los ensayos.

Romeo y Julieta fue todo un éxito de taquilla con una recaudación de 147 millones de dólares, pasando a la historia como la versión más moderna, electrizante y colorida de la obra de William Shakespeare. No obstante, si hubieran seguido adelante con el fichaje de Natalie Portman, su legado podría haber sido muy diferente con polémicas en torno a la edad de sus intérpretes que habrían salpicado la impecable carrera de Leonardo DiCaprio. Por suerte, tanto para la película, los responsables y la imagen del actor a la posteridad, no fue el caso y tomaron la decisión acertada a tiempo.

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