Jennifer Grey y el otro obstáculo para avanzar en Hollywood después de 'Dirty Dancing'
Jennifer Grey descubrió la fama de repente, y casi sin aviso, cuando Dirty Dancing impregnó su huella cultural como uno de los clásicos más rítmicos y efervescentes de 1980s. Había trabajado en varias producciones, pero la historia de amor la colocó en la mira de Hollywood como la nueva novia de América. Sin embargo, el estrellato no duró mucho tiempo. Porque después de someterse a dos rinoplastias que, según la actriz, destruyeron su “identidad” y su “carrera”, ahora revela que hubo otro factor personal que le cerró más puertas.
Porque unos años después del éxito de Dirty Dancing, la hija del legendario Joel Grey (Cabaret) aceptó ser una de las muchas artistas invitadas que pasaron por Friends. Lo hizo en el capítulo 20 de la primera temporada, interpretando a Mindy, la dama de honor de Rachel (Jennifer Aniston) que, después de que la protagonista dejara a Barry (Mitchell Whitfield) plantado en el altar, se marcha con él a la luna de miel, comprometiéndose y planificando su propia boda. Sin embargo, las cosas se tuercen cuando Rachel se reencuentra con su ex y viven un breve romance, descubriendo que antes de escapar de su casamiento, Barry y Mindy habían mantenido una relación paralela.
No obstante, la experiencia despertó en Jennifer Grey una sombra inesperada que terminó cerrándole oportunidades.
Es cierto que su papel era muy breve. Apenas aprecía en dos escenas de pocos minutos, pero al tratarse de un personaje que formaba parte del arco dramático más relevante de Rachel en la primera temporada, fácilmente podría haber reaparecido. Sobre todo cuando recordamos que las examigas de Rachel aparecieron de nuevo más tarde y que Barry volvía en un capítulo de la segunda temporada centrado en su boda con Mindy. Sin embargo, cuando le ofrecieron a Jennifer Grey que volviera a protagonizar a la amiga, se negó. Porque sintió tanta ansiedad grabando la sitcom que se dio cuenta que no podía repetir la experiencia, llegando a rechazar la oferta de otro programa que también se graba con audiencia en vivo, y codiciado por muchos artistas, como Saturday Night Live.
"Era fanática del programa y recibí la llamada para hacerlo", contó la actriz en una recienta entrevista a MediaVillage. "Luego, cuando lo hice, tenía mucha ansiedad porque seguían cambiando el guion. Es muy difícil ser estrella invitada porque no formas parte [del show] y realmente estás tratando de entender todo. Estaban trabajando de descubrir cómo era el personaje, cuál era la escena, y estaban cambiando, y cambiando, y cambiando. Todo me ponía tan ansiosa que apenas pude hacerlo".
"Tenía mucha ansiedad artística",continuó mientras añadía que no comprendía que necesitaba ayuda con el problema. "Siempre [sentí] que deseaba tener la capacidad de hacer cosas", dijo. “Como cuando me pidieron que hiciera Saturday Night Live, simplemente no pude. Dije 'No'. Estaba demasiado asustada”.
En la misma entrevista explica que le ofrecieron volver a la serie pero que rechazó la oferta, siendo reemplazada por Jana Marie Hupp en el episodio de la boda, más recordado por ser el momento que Rachel se desprende de la presión social cantando Copacabana. "Me entristece que dije que no a continuar en Friends o en Saturday Night Live debido a mi ansiedad. La verdad es que desearía haber tenido gente que me ayudara a superar ese tipo de miedo".
Sin embargo, cuando hacemos memoria y recordamos su trayectoria, podemos ver que su carrera entonces no solo se vio afectada por un cambio estético.
Jennifer Grey reveló el primer obstáculo que tuvo en su carrera tras el éxito de Dirty Dancing en su libro biográfico, compartiendo con el mundo las consecuencias sufridas tras operarse la nariz. “Después de Dirty Dancing, fui la novia de América, lo que pensarías que sería la clave para desbloquear todas mis esperanzas y sueños”, escribió en sus memorias (vía Insider). “Pero no fue así”.
Y claro que lo pensaríamos. El éxito de Dirty Dancing fue descomunal. A 36 años del estreno original sigue siendo uno de los guilty pleasures más populares del séptimo arte. Yo misma he perdido la cuenta de la cantidad de veces que volví a verla. Mucho más desde que está disponible en plataformas streaming (Mubi, Starz, Lionsgate+). Y es que Dirty Dancing se convirtió en uno de los grandes éxitos de 1987 después de ser rechazada por varios estudios y rodarse bajo un calor infernal que alcanzaba los 49 grados bajos las luces del equipo técnico. Sin embargo, a pesar de los problemas, convenció al mundo amasando unos $214 millones en la taquilla global, siendo un éxito de rentabilidad al haberse rodado por menos de $5 millones. El público la devoró. A la historia y su banda sonora, coronándola como otro éxito máximo del Home Video.
Sin embargo, el impacto de Baby, su historia de amor y empoderamiento personal terminó siendo una excepción en Hollywood. Porque, como recordó en sus memorias publicadas en 2022, no había exceso de ofertas para actrices que lucían “como ella”, mientras la presión externa forzada sobre su nariz terminó llevándola a pasar por quirófano. Aparentemente le dijeron que su nariz era “un problema” después de que un cirujano se preguntara por qué no se había operado cuando veía la película, y después de consultarlo con su madre y tres cirujanos plásticos, se sometió a dos rinoplastias. La segunda fue para corregir una irregularidad provocada por la primera, resultando en una nariz “truncada" y "empequeñecida", que la dejó irreconocible justo en el momento de auge tras Dirty Dancing.
“Entré en la sala de operaciones como una celebridad y salí siendo anónima” dijo según declaraciones publicadas por Mirror. “Fue la cirugía de nariz del infierno. Siempre seré la actriz que fue famosa y nadie reconoce por culpa de una operación de nariz”.
Jennifer Grey habló varias veces de este cambio drástico en su vida, diciendo a New York Times que el proceso de sentirse incomprendida por el mundo, perdiendo el reconocimiento repentino y convirtiéndose en centro de las bromas por sus cirugías, “fue muy doloroso”.
No obstante, resulta curioso hilar su historia con su nueva revelación, descubriendo a una actriz que después de las cirugías y mientras retomaba las riendas de su imagen profesional con una nariz diferente, tuvo que lidiar con un nivel de ansiedad que terminó cerrándole puertas interesantes. Porque ser actor invitado en Friends era un trampolín infalible. No solo ofrecía una plataforma para demostrar dotes cómicas, sino también que los acercaba al público a través de una serie de éxito masivo. Como Brooke Shields, que supo demostrar su talento para la comedia, consiguiendo su propia sitcom tras su paso por Friends. Así como Bruce Willis, que ganó el Emmy por su rol de amante de Rachel y padre protector de la novia de Ross, así como las nominaciones recibidas por Tom Selleck, Susan Sarandon, Gary Oldman, Brad Pitt, Hank Azaria y otros.
La buena noticia es que, con el tiempo, logró superar esta ansiedad en torno a interpretaciones realizadas bajo la presión de la audiencia, los cambios o el directo, aceptando ser una de las concursantes de Dancing with the stars en la temporada 11 de 2010. Que terminó ganando.
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