El engaño que condujo a una de las mejores películas de Jennifer Lawrence al fracaso

Tras terminar Los juegos del hambre, Jennifer Lawrence no dejó de lado su relación profesional con su director, Francis Lawrence, quien se ha encargado de la franquicia desde En llamas hasta la reciente precuela Balada de pájaros cantores y serpientes y a quien debemos títulos como Soy leyenda con Will Smith o Constantine con Keanu Reeves.

Tres años después del final de la saga, ambas partes volvieron a unir fuerzas para un thriller que no generó mucho ruido. Un título que se saldó con reseñas negativas, fracaso en taquilla y que no tardó en quedar relegado al olvido. Sin embargo, no hablamos de una película que lo merezca, más bien de una muy reivindicable que a causa de una promoción empeñada en engañar al público acabó despertando rechazo.

Hablo de Operación Red Sparrow, título de espías estrenado en 2018 sobre una joven rusa reclutada contra su voluntad para el servicio de espionaje. El personaje de Lawrence, una bailarina lesionada llamada Dominika Egorova que no puede ejercer su trabajo, era obligada a entrenarse para ser usada como arma de seducción, quien no tardará en imponerse y en luchar para mantener su personalidad en un juego de engaños y atracción para el que esconde muchos ases bajo su manga. Es decir, cine de espías en el sentido más clásico del género.

Durante sus avances, esta vertiente fue lo que más se destacó, anticipando una cinta con Jennifer Lawrence como una nueva gran heroína de acción a la altura de James Bond o John Wick. Observando los trailers, es innegable que uno esperara una película de asesinatos cruel, despiadada, llena de momentos explosivos y con su estrella protagonista luciéndose de la misma forma que con Katniss Everdeen en Los Juegos del Hambre, sobre todo siendo un trabajo firmado por su mismo director.

Pero nada que ver.

Aunque el tono oscuro se mantiene intacto, Operación Red Sparrow se centró más en ser un thriller psicológico introspectivo que una explosiva cinta de acción. De hecho, no hay apenas secuencias que apuesten por el espectáculo, más bien un tempo lento y un fuerte ímpetu por desarrollar la evolución de su protagonista ante la crueldad que se ve obligada a afrontar. Como consecuencia, el film turnó a un vehículo de lucimiento dramático para Jennifer Lawrence, en un título atmosférico que nos adentra en la mente de su protagonista y donde la actriz, nunca exenta de talento, ofreció un tour de forcé interpretativo capaz de mantenernos en vilo durante sus más de dos horas de metraje.

No hay nada que se salga de la estructura de cualquier película de espías, con diversos bandos, topos, villanos, aliados y un montón de lugares comunes muy identificables, como el plantear la trama desde un enfrentamiento entre una organización rusa y la CIA de Estados Unidos. Sin embargo, con este enfoque psicológico se marca una diferencia sustancial y notable a la vez que extraña, sobre todo tratándose de una producción de alto presupuesto de un gran estudio.

Valorando que Operación Red Sparrow adapta la primera entrega de una trilogía de novelas escrita por Jason Matthews, no es de extrañar que 20th Century Fox encargara este proyecto a Francis Lawrence y Jennifer Lawrence buscando una nueva franquicia de acción. Al fin y al cabo, eran dos de los grandes nombres que tenía Hollywood en aquel momento y podían atraer a todo el target de Los juegos del hambre a los cines. No obstante, la libertad creativa, y tal vez la sensación de que limitándose a los estándares de las sagas del género hubieran creado un producto genérico, la habría convertido en esta cinta tan inusual, sugerente y turbia, pero, de cara a su venta comercial, parece obvio que el estudio no renunció a su idea de vendernos la cinta de espías que ingeniaron al comienzo.

El problema llegó cuando crearon unas expectativas que la película no cumple, y si el público se acercó al cine buscando acción o tramas de espionaje clásicas y se le ofrece justo lo contario (como el caso de este enfoque dramático bajo un ritmo lento y preciso), era obvio que iba a salir decepcionado. Solo hay que ver que su taquilla solo ascendió a 151,5 millones de dólares en todo mundo, siendo un resultado modesto cuando su presupuesto había sido de 69 millones. Además, se puede comprobar desde las críticas de la prensa, que como bien ejemplifica su 44% de reseñas positivas en Rotten Tomatoes también recibió Operación Red Sparrow con mucha frialdad.

Medios como Chicago Reader aludían directamente a Francis Lawrence por apostar por una película “larga y lenta”, mientras que en Film Comment Magazine mencionaban el enfoque psicológico en su protagonista para argumentar su desilusión por el film, del que esperaban “el encanto y la variedad de este tipo de entretenimiento”. Por otro lado, publicaciones como The Atlantic coindicen en lo que vengo comentando, comparándola con el film de espionaje El espía que sabía demasiado con Gary Oldman, Collin Firth y Tom Hardy y señalando que se siente como un film dirigido por Paul Verhoeven, el provocativo y también divisivo director de Bajos instintos o Showgirls: Lo prohibido.

A su vez, si bien creo que Operación Red Sparrow también tiene muchas carencias -como su mirada tan sexualizada a la hora de mostrar a sus protagonistas como armas de seducció- y el metraje podría estar más condensado, no pienso que esto justifique su recepción tan negativa.

Como vengo exponiendo, es un film psicológicamente intenso y atractivo, con una mirada oscura y turbadora a las típicas historias de espías bajo la cautivadora evolución de su protagonista. Si le sumamos el gran trabajo que se marca Jennifer Lawrence, el que considero uno de los mejores de su carrera, me parece un título completamente hipnótico, que te arrastra de lleno a su universo sombrío sin necesidad de artificios. Aunque eso sí, para disfrutarlo, tal vez haya que afrontar su visionado siendo conscientes del tipo de película que es y no engañados por su campaña promocional.

Operación Red Sparrow está disponible en Star+.

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