Yahoo Estilo La disfunción eréctil puede ser un síntoma de una enfermedad subyacente
La disfunción eréctil, también llamada impotencia, es la incapacidad para lograr y mantener una erección lo suficientemente firme y en el tiempo como para tener relaciones sexuales. Adicionalmente, y según se explica en el portal de Clínica Mayo, con esta incapacidad, viene también la disminución del deseo sexual, lo cual significa una mella para la relación de pareja.
Y es que la impotencia es mucho más que un contratiempo en la cama; puede hacer que las relaciones sexuales sean difíciles, tensas y, en consecuencia, hasta imposibles, porque se afecta no solo el hecho físico sino la conexión emocional. Si no se comprende el problema, puede aparecer vergüenza e inseguridad, pero sobre todo se podría estar ante un problema serio de salud, del cual la disfunción eréctil es solo uno de sus síntomas.
Rena Malik, uróloga y educadora sexual, que cuenta además con más de un millón de suscriptores en su canal de YouTube, señala que la disfunción eréctil puede ser mucho más que un problema en la cama. También puede ser una señal de alarma de afecciones subyacentes importantes.
Entre estas dolencias serias, de las cuales la disfunción eréctil puede ser un síntoma están la diabetes, la tensión arterial alta y otras enfermedades cardiacas. Adicionalmente, la experta destaca que la impotencia también puede ser una respuesta al consumo de algún medicamento, por lo cual recomienda que, aún cuando la persona esté sana, consulte al médico de cabecera en caso de experimentar este problema.
Hay que destacar que la disfunción eréctil es sumamente común, según se refiere en el portal de Sanitas, uno de cada diez hombres y más de la mitad de los mayores de 40 años de edad han experimentado disfunción eréctil. Aunque puede variar su frecuencia por distintos factores como el estilo de vida, mientras mayor es la persona, mayor será la posibilidad de experimentarla.
Sin embargo, aunque experimentarla una vez no debería ser señal de alarma, es importante que, en primer lugar se observe si se padecen otros síntomas ajenos a la cotidianidad y, por supuesto, no está demás mencionárselo el experto porque podría significar una oportunidad importante para chequear la salud del corazón, las interacciones de los medicamentos que se consumen, hacer un despistaje de diabetes, o revisar los valores del colesterol. Recordemos que estar delgado o en forma no significa que no seamos susceptibles de sufrir cualquier enfermedad.
En todo caso, es importante destacar que es un problema tratable y que, según afirma Malik, hay una amplia variedad de tratamientos disponibles y estrategias para tratarla para recuperar la confianza y mejorar la salud en general. Eso sí, abordar una solución oportuna requiere que consultemos al médico especialista.
Es posible que algunos cambios en el estilo de vida, como practicar actividad física frecuente, no fumar y disminuir el consumo del alcohol puedan ayudar, pero además, al ser una de sus causas sufrir de estrés y la ansiedad, adoptar nuevos hábitos, como practicar yoga, meditar y practicar ejercicios de relajación, que también contribuyan a solucionar el problema. Asimismo, una situación específica de muchos nervios puede ocasionar el mal momento de que, al quererlo, no se produzca una erección, esto es común y si se manejan estas emociones de manera adecuada puede que no se repitan.
Sin embargo, si se hace frecuente, es necesario comunicarlo al médico sin demora pues no es solo un problema sexual sino un problema de salud. No es una condición para tomarse a la ligera, ni mucho menos un dictamen para olvidarse del sexo con coito, que también es una práctica normal, pero no porque nos vemos obligados por una condición no tratada.
La salud sexual implica una inmensa cantidad de opciones para experimentar, y la mejor manera es hacerlo dentro de los parámetros que contemplen la salud física y emocional.
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