La niña a la que Hollywood dio la espalda tras hacer historia en los Oscars

En 2013, cuando una pequeña película independiente titulada Una niña maravillosa se erigió como una de las sensaciones de la temporada de premios, se hizo historia en los Oscars. La joven protagonista de este título, una niña de apenas 9 años llamada Quvenzhané Wallis, se convirtió en la intérprete más joven en optar a la estatuilla dorada a la Mejor Actriz, con crítica, académicos y público totalmente rendidos a su entrañable trabajo en este drama sureño con tintes fantásticos sobre el existencialismo y el cambio climático.

Lo más llamativo es que Wallis, que también se convirtió en la primera niña afroamericana y en la primera persona nacida en el siglo XXI en optar al premio de la Academia, hizo el casting y rodó la película con mucha menos edad, cuando solo tenía 5 años y ni siquiera reunía los requisitos para acceder al papel. Aunque buscasen una niña pequeña, se estableció que la protagonista de Una niña maravillosa debería contar como mínimo con 6 años, pero la pequeña, con el apoyo de su familia, consiguió acceder ocultando su edad y alcanzar un logro único en la industria.

"Mi audición resultó ser en una biblioteca. Mi mamá recibió una llamada de una de sus amigas, pero era para una niña de seis a nueve años. Entonces mi madre dijo que no podía ir porque solo tenía cinco años”, contó la actriz sobre cómo accedió a Hollywood siendo tan joven en una entrevista para Roger Ebert en 2012. “Pero nosotros fuimos y actuamos como si no tuviéramos nada que hacer, no hacíamos nada malo. Y simplemente entramos a hurtadillas porque yo era como un año más joven y salimos como si no hubiésemos hecho nada”.

Como Una niña maravillosa se realizó un año más tarde, cuando Wallis ya tenía seis años, el equipo de la película, comandado por el director Benh Zeitlin, pasó por alto el detalle de su edad. El trabajo de la pequeña cautivó de tal manera que consiguió imponerse a más de 4.000 candidatas que se presentaron a la audición, además, a pesar de los problemas que podría tener alguien de su edad para enfrentarse a un mundo tan complicado como Hollywood, su familia le dio su total apoyo para que pudiera demostrar su talento. De hecho, Wallis matizó en la entrevista que el mayor obstáculo que tuvo de por medio fue el tener que faltar a la escuela para rodar, problema que el equipo de producción solucionó poniendo un tutor a su servicio.

La película estuvo unos años en el limbo y no fue hasta su presentación en el Festival de Sundance en enero de 2012, donde se hizo con el Gran Premio del Jurado, cuando un estudio como 20th Century Fox se interesó en comprarla. Este fue el inicio de una carrera estelar que la hizo destacar en premios y crítica, ganando galardones en certámenes de prestigio como Cannes que la catapultaron hacia los Oscars, donde además de la nominación a Quvenzhané Wallis optó a otras estatuillas como Mejor Película, Mejor Dirección y Mejor Guion Adaptado. Sin embargo, este ascenso tan estelar fue un espejismo para la incipiente actriz, que tras esta película vio cómo Hollywood se olvidó rápidamente de ella y de su logro histórico.

Participó en otras cintas de prestigio como 12 años de esclavitud, el drama de Steve McQueen que consiguió la victoria en los Óscar un año más tarde, pero lo hizo en un rol pequeño donde no pudo lucir sus dotes interpretativas con la misma magnitud que en Una niña maravillosa. Después se le ofreció protagonizar Annie en 2014, que aunque fuera un remake de un clásico del cine y de los musicales acabó siendo un proyecto fallido que ni crítica ni público respaldaron. Siguió trabajando en dramas como Lo mejor de mi vida con Russell Crowe y Amanda Seyfried en 2015, pero ya estábamos ante títulos menores que nos hicieron perder su pista.

En los últimos años se dejó caer en doblajes como el de Trolls, en videoclips de Beyoncé, en algunos episodios de Black-Ish y American Horror Story y es una de las protagonistas de Swagger, la serie deportiva de AppleTV+. Pero, aunque se haya mantenido a flote en la industria, estos trabajos poco tienen que ver con lo que imaginaríamos para una joven promesa que hizo historia en los Óscar. Al final, Wallis ha sufrido el destino de muchos otros niños prodigio de Hollywood, viviendo en sus propias carnes cómo la industria solo la vio como estrella infantil y no llegó a darle la oportunidad de lucirse en roles adolescentes o adultos.

Por suerte, la actriz se ha abierto otros frentes para ampliar su carrera artística más allá de la interpretación. Por ejemplo, en 2015 se convirtió en escritora de libros infantiles, firmó un contrato con una editorial llamada Simon & Schuster y creó una saga llamada Shai & Emmie, que gira en torno a dos amigas destinadas al estrellato donde trató de plasmar su propia experiencia.

Además, también ha publicado otros libros individuales como A Night Out with Mama, con el que en 2018 matizó su intención de seguir explorando la profesión de escritora. "La lectura es muy importante", dijo Wallis en un comunicado enviado a la prensa (a través de CBS) tras su salto a la literatura. "Permite que las personas formen una experiencia visual en sus mentes de lo que sucede en la historia. Espero que todos los lectores disfruten usando su imaginación conmigo y emprendan un viaje a mis libros".

Por otro lado, si observamos sus redes sociales podemos percatar que también se presenta como “cantante” y “atleta”, precisamente dos virtudes que ya nos mostró en películas como Annie o series como Swagger y con las que demuestra que hoy, a sus 20 años, sigue trabajando al pie del cañón, persiguiendo sus sueños y abriéndose puertas allá donde la conduzca su talento.

Y es que a pesar de que Hollywood le diera la espalda, parece claro que Quvenzhané Wallis todavía tiene mucho por decir y no va a darse por rendida.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine 54.

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