El éxito de Leonardo DiCaprio, sin quererlo, se convirtió en desdicha para Ewan McGregor
Tanto Leonardo DiCaprio como Ewan McGregor se erigieron en los '90 como dos de los galanes más carismáticos y rompecorazones del séptimo arte. El primero, tras destacar en dramas juveniles como The Basketball Diaries o actuar junto a leyendas como Meryl Streep o Robert De Niro en La sangre que nos une, se convirtió en una estrella indiscutible de Hollywood cuando Titanic le trajo aquel épico y trágico romance junto a Kate Winslet. Por su parte, McGregor construyó una suculenta carrera en el cine británico con clásicos como Trainspotting, sin límites y se coronó dando el salto a los confines del espacio con Star Wars - Episodio I: La amenaza fantasma.
Lo curioso es que las carreras de ambos actores chocaron y despertaron problemas personales serios, sobre todo en el caso de McGregor, que tras ver cómo DiCaprio le robó un papel que tenía cerrado rompió una de las relaciones de amistad más prolíferas de su carrera. De hecho, se trataba de la persona a quien debió su salto al estrellato, un director que le dio sus primeros papeles de prestigio y sin el que posiblemente su trayectoria no hubiera despegado de la forma en que lo hizo.
Hablo de Danny Boyle, el oscarizado director británico de Quisiera ser millonario o 127 Horas que en sus inicios trabajó con Ewan McGregor en Tumba al ras de la tierra, Trainspotting y Vidas sin reglas. Estos tres títulos supusieron el debut de ambos en la gran pantalla y el estrechamiento de una relación profesional muy exitosa, como bien se vio cuando Trainspotting acaparó toda la atención de crítica y premios y consagró al cineasta y al actor como dos de las voces más prometedoras del cine.
Por esta razón, cuando Boyle estuvo desarrollando La playa, la película que protagonizó DiCaprio en el año 2000, su primera opción fue contar con Ewan McGregor como protagonista. La estrella de Moulin Rouge o Big Fish no dudó en aceptar la oferta del que se erigía como su director estrella, sin embargo, cuando Boyle comenzó a trabajar en el proyecto junto a 20th Century Fox, el estudió sintió que la película estaba demasiado enfocada al público británico y exigió cambios para abrirla a las audiencias estadounidenses.
Entre estos cambios estaba la sustitución de McGregor por Leonardo DiCaprio, que tras el éxito de Titanic se erigía como como la gran estrella juvenil del momento y parecía una opción idónea para una historia de temática veraniega como La playa. Se podría pensar que Boyle, con una relación cercana con el intérprete de Obi-Wan Kenobi, entraría a defender a su actor fetiche con uñas y dientes, pero lo cierto es que cedió a las exigencias de Fox y McGregor quedó fuera del proyecto.
La jugada salió redonda, puesto que La playa fue un éxito de taquilla y recaudó 144 millones de dólares, más del doble de su presupuesto de 50. Pero Ewan McGregor no se lo tomó nada bien. Rompió su amistad con Danny Boyle y no volvió a dirigirle la palabra en más de una década. Con el tiempo superaron sus diferencias, el director pidió perdón al actor, volvieron a trabajar juntos en la secuela de Trainspotting y McGregor incluso se entristeció por las oportunidades profesionales que pudo perderse por culpa de esta enemistad. No obstante, en todo este tiempo vivieron momentos bastante tensos.
“No fue solo no conseguir ese papel. Fue la forma en la que se manejó, que no fue muy inteligente. Me dolió un poco”, contaba Ewan McGregor en una entrevista para The Independent en 2016, donde reconoció que cada vez que se encontró con Boyle tras este suceso lo sintió como “encontrarse con un viejo amante”.
“Le di mucha importancia a ser su actor. Me definió profesionalmente. Sentí que era una insignia en mi manga: soy el actor de Danny Boyle. Sentí que era lo más importante de mi carrera”, continuaba. “Dieciocho años después de ese momento, me arrepiento de todas las películas que Danny y yo no hicimos juntos. Yo era arrogante cuando era joven. Ahora me pongo nervioso con cada papel”.
Boyle, en una intervención en 2013 junto al presentador Jonathan Ross (a través de Digital Spy), confesó sentirse mal por la forma en la que gestionó el fichaje de Leonardo DiCaprio para La playa, siendo consciente de que pudo mediar por McGregor de otra manera. “No lo tratamos muy bien, tengo que ser honesto al respecto, no nos comportamos lo mejor posible”, confesaba el cineasta. “He aprendido y nos hemos disculpado. Hicimos esta película llamada La playa y le dimos a Ewan la impresión de que lo íbamos a incluir en ella y no lo hicimos, elegimos a otro actor, un actor maravilloso llamado Leonardo DiCaprio que era un tipo encantador. Ambos son maravillosos”.
Por suerte, el tiempo sanó las heridas y la situación quedó en una mera anécdota para el recuerdo de ambas estrellas, pero es curioso que, sin pretenderlo de ningún modo, Leonardo DiCaprio terminó generando uno de los conflictos de amistad más peculiares del cine, rompiendo una de las relaciones profesionales más estrechas que lanzó dos carreras para la historia del séptimo arte.
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