Cuando Steve McQueen necesitó sufrir un accidente de coche para convertirse en una estrella

Steve McQueen en una escena del thriller Bullitt de Peter Yates en 1968. (Foto de Screen Archives/Getty Images)
Steve McQueen en una escena del thriller Bullitt de Peter Yates en 1968. (Foto de Screen Archives/Getty Images)

Antes de ser uno de los mitos de Hollywood con películas como La gran evasión o El coloso en llamas, Steve McQueen comenzó labrándose un nombre en televisión gracias a series como Randall: El justiciero, western emitido a finales de los 50 que se convirtió en un fenómeno en Estados Unidos e hizo que la industria pusiera el foco en su estrella.

Fue el caso del director John Sturges, quien colaboró por primera vez con McQueen en 1959 con la película Cuando hierve la sangre e insistió en tenerlo también en 1960 en Siete hombres y un destino, una de sus más aclamadas obras maestras. Este título, un remake ambientado en México de Los siete samuráis de Akira Kurosawa, consolidó al actor como un icono cinematográfico y lo llevó a vivir décadas estelares en los 60 y los 70, donde pasó a trabajar con cineastas de la talla de Don Siegel, Robert Wise, Henry Hathaway o Sam Peckinpah.

Sin embargo, su fichaje para Siete hombres y un destino pudo no haber ocurrido. Su contrato televisivo para Randall: El justiciero, que se mantuvo en antena hasta 1961 con un total de 91 episodios y tres temporadas, le creó un conflicto de agenda que hacía incompatible ambos proyectos. Pero el actor, o más bien su agente, ideó una estrategia que puso al equipo de la serie contra las cuerdas y no les quedó más remedio que ceder. Aunque hubo que recurrir a una medida drástica.

James Coburn, Brad Dexter, Steve McQueen, Yul Brynner, Horst Buchholz, Robert Vaughn and Charles Bronson on the set of The Magnificent Seven, directed by John Sturges. (Photo by United Artists/Sunset Boulevard/Corbis via Getty Images)
James Coburn, Brad Dexter, Steve McQueen, Yul Brynner, Horst Buchholz, Robert Vaughn y Charles Bronson en el plató de 'Siete hombres y un destino', dirigida por John Sturges. (Foto de United Artists/Sunset Boulevard/Corbis vía Getty Images)

Lo contó su propio agente, Hilly Elkins, para la biografía Steve McQueen in His Own Words de Marshall Terill (via Express). Él fue el encargado de negociar con Four Star Productions, la productora de Randall: El justiciero, la excedencia de McQueen para rodar Siete hombres y un destino, una tarea complicada valorando que el productor al mando, un irlandés llamado Tom McDermott, era un tipo nada dispuesto a cambiar de opinión.

Según sus palabras, McDermott, que ya conocía sus intenciones cuando se encontró con él en su oficina, se puso rojo y comenzó a gritarle criticando las intenciones del actor. “¡No empieces con esas estrategias mafiosas conmigo, chico! Tiene un acuerdo, tiene un contrato, y eso es lo que va a hacer", afirmaba el productor. Sin embargo, lejos de iniciar una discusión, Elkins asintó y se fue en silencio, puesto que tenía un plan B: Fingir un accidente que condujera a Steve McQueen a abandonar la producción de la serie por motivos médicos.

Debido a las habilidades con los coches y las carreras que siempre profesó el actor, este lo asesoró para que tuviera un pequeño percance con su vehículo. Pero McQueen, deseoso de trabajar en Siete hombres y un destino, llevó la idea aún más al extremo. "Me sentí cómodo asesorando a Steve a ese nivel debido a sus habilidades de carrera y conducción. Sabía que sería cuidadoso y convincente, pero no tenía idea de que lo llevaría al nivel que lo hizo", dijo Elkins.

De hecho, para hacer la situación más real, el actor hasta introdujo a su esposa Neile Adams en su estrategia, quien se montó con él en su coche para que el suceso pareciera más cotidiano. Con los dos en el vehículo, McQueen se estrelló voluntariamente contra el costado de una sucursal del Banco de Boston, aunque no hubo que lamentar ningún percance grave. Eso sí, el actor se paseó por la ciudad con un collarín para que su coartada surtiera efecto. Y efectivamente así fue.

El productor de Randall: El justiciero sabía perfectamente que era un chantaje, pero poco podía hacer cuando McQueen tenía la excusa perfecta para abandonar su serie. De esta forma, ambas partes llegaron a un acuerdo y se le permitió compaginar su trabajo en televisión con Siete hombres y un destino, la película que lo elevó al estrellato. Además, su agente llevó la negociación un paso más allá, puesto que aprovechó su ventaja para pedir una subida de sueldo.

"Oye, mira. Fue un accidente, tiene un problema en el cuello y no puede hacer la serie, no puede hacer la película. Tenemos un problema", le dijo Elkins a McDermott en una nueva reunión en su oficina. "Está bien, mira. Esto no es lo que nos gusta hacer, pero tienes esta opción. Lo dejaremos salir temprano para hacer la película", respondió el productor en palabras del agente de McQueen. "Gracias, Sr. McDermott. Eso fue entonces, esto es ahora. Pero hay otro requisito, y es que quiero que le duplique el salario", concluía.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine 54.

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