Maltrato infantil, el problema que se ha escondido entre los muros de la cuarentena
Se declara la pandemia y con ella la cuarentena - algunas más severas que otras – afectando a millones de familias alrededor del mundo. De un momento a otro pasamos a convivir, estudiar, trabajar, jugar, con toda la familia encerrados dentro de casa. Además estresados, tomados por el miedo y la incertidumbre, con las emociones intensas a flor de piel.
Los niños y adolescentes pasándola peor con una sobrecarga emocional que no pueden gestionar por sí solos, sobreexigidos con asignaciones escolares absurdas, con la movilidad muy limitada y privados de jugar e intercambiar físicamente con sus compañeros y amigos, algo tan importante para su bienestar y desarrollo. Los padres desprovistos de redes de apoyo imprescindibles para el sostén en la tarea tan demandante que supone la crianza.
Encima, las labores domésticas aumentadas ahora que todos juntos usamos y habitamos la casa el día entero. Como si ya fuera poca cosa, se trasladan a nuestro hogar las obligaciones de trabajo y las obligaciones escolares de los niños. El precario equilibrio con el que contábamos para mantener con alfileres un buen trato hacia nuestros hijos e hijas se pierde constantemente, y se disparan de manera espeluznante los índices de maltrato físico y psicológico infantil en todo el mundo.
En familias con precedentes de violencia física y psicológica, la situación se agrava. En las familias con padres más conscientes sobre la importancia de los buenos tratos, igual aumenta la dificultad para mantener el equilibrio emocional y la paciencia, y con ello los episodios de maltrato infantil. Los padres estresados y con problemas personales descargan su ansiedad, su rabia y su malestar en los niños que no pueden escapar. No tienen el recurso para defenderse y salir del maltrato.
Siempre los niños acaban como los depositarios de las mayores dosis de violencia implícitas y explícitas transportadas por esta civilización adultocentrista que todos generamos y retroalimentamos. No valoramos la importancia de poner a la infancia en el centro de nuestras decisiones, privilegiando su bienestar. Esta pandemia lo está dejando muy claro. Las decisiones y acciones de impacto público en el contexto coronavirus demuestran, en general, que tratando de cuidarnos del contagio estamos dañando severamente a las criaturas. Cuando se aplican estrategias para aplanar la curva del covid-19 no se considera el impacto de otra curva que debería asustarnos mucho más: el daño a la infancia. Como si no se nos fuera a revertir a todos más temprano que tarde.
La ONG Save The Children tras realizar 6,000 encuestas a menores de distintos países afectados por la pandemia explica en un comunicado que uno de cada cuatro niños presenta síntomas de ansiedad, y se estima que muchos de ellos podrían padecer trastornos psicológicos permanentes, como depresión. Desde todas partes del mundo llegan reportes sobre preocupantes incrementos en las cifras de maltrato físico y psicológico explícitos como pegar, gritar, humillar a los niños y el abuso sexual infantil. Todos sabemos que en situación de emergencia los niños son la población más vulnerable. No haber tomado medidas preventivas para impedir el daño, ya es una forma de maltrato por omisión, y en este caso a escala global sin precedentes en la historia de la humanidad. Aunque los números del maltrato infantil no aparecen con el detalle, la frecuencia y el protagonismo que se le ha dado a los números del covid-19 en medios y redes, desde diferentes organizaciones no gubernamentales de protección a la infancia se alerta sobre un acusado incremento de maltrato infantil. Una de ellas, la Fundación ANAR, reporta incrementos de un 1.8 por ciento a un 5.8 por ciento, en el promedio de peticiones de ayuda por maltrato físico, psicológico, ideas de suicidio y abuso sexual infantojuvenil, desde que comenzó el confinamiento.
Activa redes de apoyo
Mantener los buenos tratos hacia la infancia durante el confinamiento debe ser la primera prioridad. Hablemos entonces sobre algunas cosas podríamos hacer para ayudar a prevenir o mitigar el maltrato infantil en el contexto covid-19.
La especie humana es gregaria, esta diseñada para organizarse en sociedades, tribus, redes de apoyo. Para criarse bien, cada niño necesita como mínimo dos adultos de referencia, que a su vez necesitan sostenerse en toda una comunidad sensible. En nuestras sociedades modernas nos hemos organizado dentro familias nucleares aisladas. Hemos perdido las redes que antes constituían la familia extendida, los vecinos que también llegaban a ser parte de la familia y que coadyuvaban en el cuidado de los niños aligerando la carga. Ahora en el contexto covid-19 se agrava esta situación de aislamiento.
Sin embargo, al margen de la condición de cada familia, es imprescindible activar redes de apoyo para mitigar la sobrecarga que aumenta el riesgo de maltrato. Construye redes de apoyo emocional, llama a un amigo, amiga, familiar, reúnete con gente de confianza con quienes puedas conversar aunque sea por medios virtuales. Compartir tus estados internos, sentirte escuchado sin ser juzgado, sentirte sostenido es una forma potente de hacer higiene emocional. También se hace necesario activar redes de apoyo práctico con los adultos en casa. Revisa los acuerdos con tu pareja o con otros adultos con los que convivas. En situación de emergencia algunos acuerdos necesitan reajustarse. Distribuyan las responsabilidades domésticas y del cuidado de los niños. Si no tienes con quien hacerlo entonces prioriza actividades y descarta las que no sean imprescindible. Recuerda que lo más importante ahora es la salud mental propia y de los niños. Si sientes que estás a punto de gritar o de golpear a tu hijo, golpea un cojín o ve a lavarte la cara con agua fría.
Diseña diariamente espacios donde el único objetivo sea disfrutar, sentir placer, pasarlo bien, sin recordar o hablar sobre obligaciones, ni dar sermones, ni pensar cómo vas a resolver los problemas del futuro. Si eres testigo o tienes sospecha de alguna situación de maltrato infantil, denúnciala. En algunos países existen programas con canales para tramitar denuncias o hacer petición de ayuda que incluyen líneas telefónicas o correos electrónicos de atención especial para atender el maltrato infantil. Averigua si existen en tu localidad o llama directamente a las autoridades correspondientes.
Estamos llamados a ser los guardianes del bienestar y el desarrollo saludable de nuestros niños, niñas y adolescentes. El buen trato hacia la infancia es primera prioridad. Que abunde siempre en la crianza es una posibilidad que está en tus manos.
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