La rutina que se recomienda para la noche si quieres despertar con el rostro fresco e hidratado
La piel del rostro no solamente es el lienzo que muestras a la vida. Es una de las partes del cuerpo más expuestas a los daños ambientales y, por supuesto, emocionales. El rostro es el vehículo principal para mostrar alegría, entusiasmo, interés y seducción, pero también es allí donde se refleja inmediatamente el cansancio, la tristeza, y otras emociones negativas que pueden afectarlo. Por esto y más debemos cuidarlo y protegerlo de todas las formas posibles.
Además de visitar al dermatólogo, y otros especialistas que nos brindan las mejores recomendaciones para cuidarlo, podemos ayudarnos en casa conociendo las características de nuestra piel y sus necesidades.
Entre estos conocimientos básicos está el cuidado nocturno, el cual no responde exclusivamente a temas vanidosos sino estructurales. Es en la noche cuando la piel se prepara para repararse de los daños sufridos durante el día y fortalecerse para una nueva jornada.
“Mientras dormimos la piel es más receptiva a los tratamientos, más permeable, los activos penetran y se absorben más fácilmente”, explica la doctora Elisa Fernández, médico especialista anatomía patológica consultada por Europa Press.
Por su parte, Mercedes Abarquero, responsable de comunicación científica de L’Oréal asegura que “al utilizar un producto de noche conseguimos compensar la falta de elementos nutritivos y también aportan confort de forma inmediata y elementos que ayudan a mejorar esos mecanismos de reparación de la piel”.
Es por eso que además de la limpieza e hidratación adecuadas y las horas de sueño reparador, el uso de tratamientos nocturnos se traduce en salud y belleza que serán armas eficientes contra el envejecimiento prematuro.
Además de usar productos diseñados científicamente para el rostro, siempre podemos aportar un poco más a nuestro bienestar utilizando fórmulas naturales. Eso sí, tengamos presente las premisas fundamentales de la cosmética casera: lo natural no siempre es inocuo, con lo cual debemos evitar productos abrasivos, muy fuertes o que no conoces; si tenemos la piel sensible, o con alguna condición específica, debemos siempre consultar al especialista; seamos pulcros en la elaboración de nuestras mezclas. Materiales y productos deben estar muy limpios, así como la zona en la que trabajaremos.
Entremos en materia nocturna
Las propiedades fundamentales de los productos para la noche deben ser hidratantes, reparadoras y desintoxicantes, pues es durante la noche cuando la piel está mejor dispuesta para trabajar en su recuperación.
Para quienes muestran signos de resequedad, y poros abiertos, es recomendable una mascarilla preparada con aloe vera y pepino, el cual es refrescante y desinflamatorio.
El aloe vera, planta también conocida como sábila, es un ingrediente poderoso e ideal para la noche pues, tal como lo revela un estudio publicado en la red de revistas científicas Scielo, es emoliente suavizante y se ha confirmado que sus cristales contienen vitaminas A, B1, B2, B6, C, E, ácido fólico, así como también minerales y aminoácidos esenciales que estimulan la regeneración celular.
Para prepararla basta con combinar medio pepino triturado, sin cáscara ni semillas, con dos cucharadas de gel de aloe natural. Se aplica sobre el cutis limpio y seco y dejas actuar durante 15 minutos. Se enjuaga y se repite cada tres días durante un mes. Es muy importante que si sobra producto, no lo guardes. Al ser natural puede descomponerse y perder sus virtudes al tratar de conservarlo.
Una opción muy conocida por sus propiedades limpiadoras y purificantes es la mascarilla de avena y miel. Esta pasta además alivia la piel enrojecida.
Prepárala mezclando una cucharada de avena, una de miel y media cucharadita de agua. Aplica la mezcla en el rostro limpio y seco, deja actuar durante 20 minutos y enjuaga minuciosamente con abundante agua fresca. Completa la limpieza con agua micelar e hidrata con unas gotas de aceite facial. ¡Te sorprenderán los resultados!
Para una hidratación profunda, se recomienda la mezcla de aguacate y miel. Mezcla medio aguacate triturado con una cucharada de miel. Aplica en el rostro limpio y seco deja actuar entre 10 y 20 minutos y enjuaga con mucho cuidado procurando que no quede ni el más mínimo rastro de producto. Culmina con tu hidratante de acostumbre y a la cama. Esta mascarilla es idónea para quienes tienen la piel muy seca.
Para dejarlas durante la noche
Un poco de osadía será necesaria para las siguientes recomendaciones. Si duermes acompañada, es probable que requieras un método para guardar la distancia, para que tu acompañante no termine con producto indeseado. Prepárate también para lavar las fundas de tus almohadas al día siguiente y así evitas la acumulación de bacterias.
Aclarado este punto, una de las mezclas recomendadas frecuentemente para quienes buscan humectar a profundidad la piel durante la noche es la mascarilla de aceites. Para prepararla mezcla media cucharadita de aceite de oliva, media cucharadita de almendras y media cucharadita de sésamo. Aplica una capa fina con un algodón en el rostro, evitando el contorno de ojos, y retírala cuando te despiertes con agua tibia. Limpia como lo haces habitualmente en las mañanas.
Finalmente, una receta centenaria proveniente de los cuadernos de muchas abuelas, especialmente es la mascarilla de aloe vera, leche y aceite de oliva. Se prepara mezclando 2 cucharadas de gel de aloe vera, 1 cucharada de aceite de oliva y 2 cucharadas de leche en polvo hasta lograr una pasta homogénea. Se aplica en el rostro limpio dando suaves masajes circulares hasta que desaparezca. Deja actuar toda la noche y lava el rostro en la mañana con un jabón neutro y abundante agua fresca.
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