La idea extrema de Mel Gibson con 'La pasión de Cristo' que no pudo llevar a cabo
Pudo llevar a este clásico de Semana Santa protagonizado por Jim Caviezel al rechazo total del público
Mel Gibson llevó a cabo una hazaña como pocas con La pasión de Cristo hace 20 años. No solo por atreverse con una versión cruda, sangrienta y dolorosa de la muerte de Jesucristo que despertó polémicas e incluso prohibiciones en varios países, sino también por desafiar las convenciones de la industria y obtener una de las películas más taquilleras de todos los tiempos.
Su decisión de rodar este clásico religioso en arameo, hebreo y latín, con la que buscaba mayor realismo e inmersión en el relato, echó para atrás a los grandes estudios de Hollywood, que daban por sentado que un amplio espectro del público sentiría rechazo ante la necesidad de leer subtítulos y escuchar idiomas en gran medida desconocidos. De hecho, el director fue bastante claro en que no quería doblajes ni siquiera en la distribución internacional, lo que frenó a la industria a la hora de dar su apoyo a este clásico religioso.
Como Gibson no quería renunciar al proyecto, decidió producir la cinta a través de su productora Icon Productions y apostar por una distribuidora independiente. Suponía un riesgo valorando la inversión de más de 30 millones de dólares que tuvo que aportar para la financiación, sin embargo, le iba a dar mucha más libertad creativa.
Fue entonces cuando surgió la idea de llevar la cuestión del idioma un paso más lejos.
El responsable de Corazón valiente o Apocalypto, además de rodar La pasión de Cristo en lenguas más cercanas a la historia de Jesucristo que el inglés, pensó que estrenar la película sin subtítulos y forzar al público a no entender los diálogos daría más poder a la imagen. Según contó en entrevistas, como la concedida a Zenit un año antes del estreno, consideraba que obras de arte como cuadros o espectáculos musicales transmitían su mensaje al público sin explicaciones ni líneas habladas, por lo que su propuesta podría funcionar de la misma manera.
También se apoyó en que sería una experiencia mucho más inmersiva para los espectadores, que sentirían de forma más directa el ambiente que se vivió durante la pasión de Jesús y no se despistarían leyendo diálogos y tratando de reconstruir la historia en su cabeza, simplemente se dejarían llevar por las emociones.
“Las pinturas de Caravaggio no tienen subtítulos, pero la gente capta el mensaje. El ballet Cascanueces no tiene subtítulos, pero la gente capta el mensaje. Creo que la imagen superará la barrera del idioma. Esa es mi esperanza”, declaraba Gibson. “Sólo intento ser lo más real posible. Hay algo sorprendente en verlo en los idiomas originales. La realidad sale y te golpea. Contacto total. Sé que sólo estamos recreando, pero estamos haciendo lo mejor que podemos para simular una experiencia de estar realmente allí".
“Creo que es casi contraproducente decir algunas de estas cosas en un lenguaje moderno. Te dan ganas de levantarte y gritar la siguiente línea, como cuando escuchas 'Ser o no ser' e instintivamente te dices a ti mismo: 'Esa es la cuestión'", continuaba el director. "Pero si escuchas las palabras pronunciadas tal como fueron dichas en ese momento, puedes quedar atónito. He visto que eso sucede cuando estamos trabajando. Se consigue claridad a través de la actuación, a través de los matices de los personajes, el movimiento de la cámara: es el movimiento, es el momento, es todo. De repente lo tengo muy, muy claro”.
Una idea comercialmente inviable
Sin embargo, la idea era tan arriesgada que ni siquiera pudo realizarla bajo el amparo de una distribuidora independiente. El cine no deja de ser un negocio, y pese a que las aspiraciones artísticas de Mel Gibson con La pasión de Cristo eran verdaderamente interesantes, forzar tan al extremo el uso de lenguas como arameo, hebre o latín y hacer que el público no entienda ni un diálogo era una decisión comercialmente suicida. Por esta razón, la distribuidora, Newmarket Films, que era conocida por estrenar títulos como Memento de Christopher Nolan o Donnie Darko con Jake Gyllenaal, paró los pies a Gibson y únicamente cedieron ante el estreno subtitulado.
May the Passion of Our Lord Jesus Christ be Aways in Our Hearts. pic.twitter.com/z88CaCqF0G
— Magnum (@watchfuldefend) March 26, 2024
Afortunadamente, este pareció ser el camino correcto, puesto que, pese a la barrera del idioma, La pasión de Cristo se convirtió en la película con calificación para adultos más taquillera de la historia en 2004. En la actualidad, pese a que otros fenómenos como Deadpool, American Sniper, Joker, Oppenheimer o It le han disputado el puesto, todavía sigue manteniendo ese récord en Estados Unidos con más de 370 millones de dólares, que se elevan hasta los 612 contabilizando el mercado internacional.
Fue todo un logro valorando que ningún estudio de Hollywood apostó por ella. Aunque eso sí, años más tarde, en 2007, Mel Gibson llegó a un acuerdo con 20th Century Fox para distribuir una versión más accesible del film. A través de un lanzamiento en Blu-Ray y DVD, se puso a disposición del público una edición que incluía tanto la película original como un remontaje donde se redujo la violencia gráfica. Además, por primera vez se permitió un doblaje en inglés y español.
Actualmente está disponible en la plataforma de Star+
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