Emilia Clarke escondió un temor profundo en pleno éxito de 'Juego de Tronos'
Un problema de salud dificultó sus primeros pasos como Daenerys Targaryen en la serie de HBO
Fueron muchas alegrías las que Juego de Tronos trajo a la carrera de Emilia Clarke, pero en los inicios de la serie, cuando su nombre aún no se había beneficiado del prestigio de la ficción de HBO, sintió que su trabajo era prescindible. Hasta ese momento, apenas había trabajado en la industria. Solo se había dejado caer en producciones de bajo nivel, como una película para televisión llamada Triassic Attack, y el aspirar a una franquicia tan querida como la de Canción de Hielo y Fuego, que ya arrastraba un fuerte fenómeno literario, hizo que las inseguridades se apoderan de ella. Pero eso no fue lo más duro del asunto.
En una entrevista con Big Issue, la actriz que dio vida a Daenerys Targaryen ha explicado que esta sensación llegó en un momento delicado para su salud, cuando sufrió dos hemorragias cerebrales que, según detalló, la dejaron “alterada a un nivel dramático”. La primera de ellas ocurrió en 2011, en pleno estreno de la serie. Perdió la capacidad del habla y estuvo cerca de entrar en coma, llegando a pensar que no estaba capacitada para el negocio de la interpretación, y mucho menos en una serie de tanto éxito donde cualquier desliz puede ser visto con malos ojos.
"Cuando tienes una lesión cerebral, tu sentido de identidad se altera a un nivel tan dramático que todas las inseguridades que tienes al llegar al lugar de trabajo se cuadriplican de la noche a la mañana", declaraba Clarke sobre las repercusiones psicológicas de su lesión cerebral, entre las que también destaca la sensación de soledad.
“Tener una enfermedad crónica que disminuye tu confianza en aquello que crees que es tu razón para vivir es muy debilitante y solitario. Una de las cosas más importantes que sentí con una lesión cerebral fue estar profundamente sola. Eso es lo que estamos tratando de superar”.
Dos años más tarde, cuando Juego de Tronos ya era un éxito sin igual en televisión, volvió a sufrir otra hemorragia y requirió de intervención quirúrgica, puesto que el tamaño de la lesión se había duplicado. La actriz reconoce que fue afortunada y que se encuentra entre “una minoría realmente pequeña” de personas que sobrevivieron y no tuvieron “secuelas”, pero, en aquel momento, ante el miedo de perder su trabajo por este problema de salud y que su carrera quedara limitara de por vida, “no podía seguir adelante”.
De hecho, incluso menciona que pidió al personal médico que la dejara morir porque pensaba que no volvería a actuar. “El primer temor que todos tuvimos fue: 'Dios mío, ¿me van a despedir? ¿Me van a despedir porque creen que no soy capaz de completar el trabajo?’, destacaba. Pero, afortunadamente, todo marchó sobre ruedas. Como bien reconoce, los médicos le dieron “un superpoder” y su lesión cerebral no trastocó lo más mínimo ni su capacidad interpretativa ni los planes de HBO con Daenerys Targaryen.
Un miedo perfectamente comprensible
Teniendo en cuenta los continuos cambios de reparto que hubo en Juego de Tronos, por los que se vieron afectados personajes como Dario Naharis, La montaña, Tommen Baratheon o el Rey de la noche, no es raro que Emilia Clarke temiera por su futuro. Además, hay que valorar que ella no fue la primera opción para interpretar a Daenerys Targaryen, ya que en el piloto original, que nunca fue emitido, su papel lo desempeñó otra actriz llamada Tamzin Merchant.
No obstante, aunque en los primeros compases de la serie no fuera tan notorio, Emilia contó con un apoyo incondicional por parte de los fans. La reina de dragones se convirtió en uno de los personajes favoritos de la audiencia, su caracterización estuvo a la altura de lo que siempre imaginaron los lectores de los libros y fue difícil no resistirse a su entramado en la serie. Además, su trabajo fue ampliamente aclamado con numerosas nominaciones en premios como los Emmy y le abrió las puertas a muchas otras producciones, como el drama romántico Yo antes de ti con Sam Claffin, el spin-off de Han Solo, la comedia Last Christmas o su salto a Marvel con Invasión secreta.
Por ello, un nuevo cambio de actriz hubiera dejado herida a la serie de HBO y no tanto a Clarke, quien era amada por millones de personas. Es decir, una opción que, salvo que la situación de la actriz se complicara en exceso, a ningún directivo se le hubiera pasado por la cabeza. Aun así, valorando la dureza de aquellos momentos, y que en cualquier profesión las inseguridades y el síndrome del impostor están a la vuelta de la esquina, es comprensible su posición.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine 54.
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