Michael Douglas y Kathleen Turner, el romance de Hollywood que no pudo ser

“Creo que podríamos habernos estado enamorando”. A primera vista, nos puede parecer una simple confesión que pronostica el inicio de una relación como cualquier otra. Sin embargo, es lo que dijo Kathleen Turner al recordar a Michael Douglas, resumiendo en pocas palabras lo que vivieron detrás de las cámaras cuando eran una de las parejas con más química de Hollywood. Porque la electricidad que irradiaban era tan real como la vida misma. La sintió el público de los ’80 en las tres películas que protagonizaron juntos y lo seguimos sintiendo ahora cuando volvemos a verlas. En esa química había atracción de verdad. Incluso enamoramiento jamás consumado.

Kathleen Turner tenía 30 años cuando la industria le colgó la etiqueta de sex-symbol a raíz de su debut cinematográfico en el thriller erótico Fuego en el cuerpo (1981). Aunque no solo la cosificó el cine, algunos hombres del negocio también. Según contó ella misma, su popularidad como la nueva ‘chica’ de moda llevó a Jack Nicholson, Michael Douglas y Warren Beatty a competir para ver quién la “conseguía” primero. Sin embargo, en medio de este juego competitivo existió una historia romántica real.

Algunos de los trabajos más recordados de la actriz fueron junto a Michael Douglas, como demuestran Dos bribones tras la esmeralda perdida en 1984 (también conocida en Latinoamérica como Tras la esmeralda perdida) y su secuela La joya del Nilo (1985), las divertidísimas películas de aventuras que emulaban el éxito de Indiana Jones pero añadiendo más comedia a la ecuación. Y, por supuesto, la deliciosa comedia negra La guerra de los Rose (1989). La química era innegable, pero no solo delante de las cámaras.

Porque durante el rodaje de la primera producción en México estuvieron cerca de trasladarla a la vida real.

En aquel entonces, Turner estaba soltera mientras Douglas estaba separado de su primera esposa, Diandra Luker. “Había una química grandiosa entre Michael Douglas y yo cuando hicimos 'Dos bribones tras la esmeralda perdida'”, explicó la actriz a The Guardian en 2018. “Entendí que estaba separado de su primera esposa, Diandra, en aquella época y yo no tenía ataduras”.

“Estábamos viviendo todas esas aventuras y yo me estaba sintiendo bastante romántica hacia Michael”, recordó entre risas en otra entrevista para el programa británico Loose Women.

“Creo que podríamos habernos enamorado”, dijo a The Guardian en 2023. “Pero luego Diandra voló y dejó claro que no consideraba que Michael estuviera disponible. Entonces todo se terminó porque no puedo involucrarme en la relación de otra mujer. ¡Pero, esa atención es deliciosa!”

Diandra, que siguió casada con el actor hasta el año 2000, habría aparecido de repente durante una cena de todo el equipo y en pleno rodaje. No le dijo nada a Kathleen pero la mirada fulminante que le habría lanzado básicamente lo dijo todo. Michael no estaba libre.

De todos modos, si la química se hubiera consumado, Michael habría ganado la apuesta que había entablado con su amigo Jack Nicholson. Según reveló la propia actriz, ambos habían apostado por ver cuál de los dos conseguía acostarse con ella primero.

“Jack Nicholson me dijo cuando trabajábamos en 'El honor de los Prizzi' que, después de 'Fuego en el cuerpo', yo era como la nueva chica de moda y tenían una apuesta parar ver quien me conseguía primero” reveló entre risas en Loose Women.

Efectivamente, Fuego en el cuerpo fue la primera película de Kathleen, un thriller con William Hurt que la convirtió en mito erótico de la noche a la mañana ganando, incluso, una nominación a los Globos de Oro como “nueva estrella del año”. De todos modos, ninguno ganó la apuesta.

Tal vez, ese enamoramiento que estaba naciendo en el rodaje del clásico romántico de aventuras, pero que se frenó con el golpe de realidad que asestó la exesposa del actor, se terminó expresando en forma de química y a través de sus personajes. Porque la complicidad y electricidad que generaban ante la cámara cada vez que estaban juntos en escena se transmitía como por arte de magia. Ya fuera en secuencias románticas, cómicas u odiándose a morir en La guerra de los Rose.

De todos modos, Kathleen encontró el amor casi de inmediato. La actriz contrajo matrimonio el mismo año del estreno de la primera película, en 1984, con un empresario inmobiliario llamado Jay Weiss y tuvieron una hija en 1987. Se divorciaron en 2007 pero, según la intérprete, siguieron siendo amigos. Sin embargo, su vida no fue un camino de rosas. Cuando estaba en la cima de su carrera en los '90, le diagnosticaron artritis reumatoide, una enfermedad autoinmune que afecta las articulaciones y órganos. “No me podía cambiar. No podía sostener un vaso de agua […] La gente no entiende porque no pone en peligro tu vida. No me matará, pero mata tu vida”, dijo a The Guardian.

En aquel entonces la dolencia solo se trataba con esteroides y la actriz padeció los efectos secundarios sufriendo la hinchazón de su cuerpo. “Nadie entendía lo que era una enfermedad autoinmune. Era aterrador”, explicó en Loose Women, detallando que prefirió ocultar su problema porque nadie iba a contratarla si sabían que tenía una enfermedad que nadie entendía. Sin embargo, su táctica derivó en el efecto contrario porque, para explicar su cambio de aspecto, comenzaron a circular rumores que la señalaban de sufrir problemas con el alcohol.

Sin embargo, la realidad terminó superando a la ficción cuando la actriz comenzó a recurrir a la bebida para lidiar con el dolor. Pero entonces tuvo un momento de claridad, dándose cuenta que estaba malgastando el día sin pasarlo con su hija y su marido porque “me encerraba y bebía”. Y así, entró en rehabilitación en 2002.

En la actualidad, la artritis reumatoide está en remisión aunque todavía tiene brotes. Continuó trabajando en cine, teatro y televisión, manteniéndose firme en su pasión después de que un doctor le dijera que pasaría el resto de su vida en silla de ruedas.

Y así, a pesar del paso del tiempo y las vueltas de la vida, la química con Michael Douglas nunca despareció. Lo demostraron hace en 2021 cuando se reunieron en la serie de Netflix, El método Kominsky, donde la actriz interpretó a la exesposa de su amigo en seis episodios, derrochando esa misma electricidad de los ’80 en cada escena.

El amor no se habrá consumado nunca, pero la química se mantuvo intacta...

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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